Este año se cumplen 50 años del trabajo antorchista nacional, un trabajo que tiene un doble aspecto. Primero: busca obtener soluciones rápidas, o cuando menos lo más rápidas que se puedan, a las carencias más urgentes y lacerantes que matan o hacen más amarga la vida de los pobres del país.
Segundo: educar y organizar al pueblo para que tome el poder político por la vía pacífica y cambie el actual modelo económico generador de más pobreza.
La maestra Rosa Crucy, muy conocida en Chiapas, nació un 2 de mayo del año 1966 en el municipio de Jonuta, en el estado vecino de Tabasco, y se despidió de este mundo el 12 de enero del 2024.
Antorcha es un éxito, y un gran éxito visto como organización reformista —pedimos reformas graduales, parciales, dosificadas, pero reales, concretas y rápidas para paliar la pobreza del pueblo mexicano—; ha conseguido mejoras en servicios públicos y a nivel de educación: escuelas de nivel básico y media superior, unidades deportivas, centros educativos de nivel universitario y claves.
Tal es el caso de nuestra secundaria Rafael Ramírez Castañeda, que es producto de una lucha entre las autoridades, habitantes de la comunidad de Elambó y el Movimiento Antorchista.
En reconocimiento a esta lucha, llamamos a la generación 2014, “50 años de Antorcha: somos futuro y esta es nuestra bandera”, la bandera de la vanguardia de la educación crítica, científica y popular.
Los centros educativos de la comunidad tzotzil de Elambó, Zinacantán, este año honran la memoria de “Rosa Crucy Arias Morales”, quien entregó los últimos cuatro años de su vida a la causa más noble que el hombre puede darle al mundo: transmitir conocimiento a través de un gis y un pizarrón, sin pedir nada a cambio más que la conclusión de jóvenes hechos y derechos, con valores.
La maestra Rosa Crucy, muy conocida en Chiapas, nació un 2 de mayo del año 1966 en el municipio de Jonuta, en el estado vecino de Tabasco, y se despidió de este mundo terrenal el 12 de enero del 2024.
En Chiapas dejó huella, en el Cecyt de Simojovel, pues fue fundadora de la primera escuela de medio superior al servicio de los pobres, y finalmente dedicó sus últimos años a educar a los jóvenes de Zinacantán, donde caminaba sin cesar desde las 7 de la mañana, de la autopista hasta la secundaria, cinco días a la semana, y 190 días de cuatro ciclos escolares consecutivos, siempre preocupada por el porvenir de los jóvenes de la secundaria Rafael Ramírez.
Con su entusiasmo característico, impulsaba a la juventud a no abandonar los estudios, recorría casa por casa, incitándolos a no desistir. Y dedicó tanto a la educación, que apenas el año pasado había recibido el máximo reconocimiento de la Zona Escolar 007 en el ciclo escolar 2022-2023, por mantener en alto a una institución, a pesar de las duras carencias estructurales que padece.
Llevó cuantas veces pudo a los estudiantes a conferencias, les enseñó a cantar, declamar, bailar; con ellos también asistió a concursos de basquetbol o escoltas, y siempre los jóvenes destacaron.
Por eso y por más razones, las escuelas rindieron homenaje a la luchadora social, a la siempre fraterna y solidaria, a la antorchista, a la maestra Rosa Crucy Arias Morales, a través de un acto cultural preparado con mucho cariño por las alumnas de la secundaria Rafael Ramírez Castañeda, un acto que representa los orígenes de tan destacada mujer.
“Tabasco en sangre maduray en mí su poder sangró.
Agua y tierra el sol se jura;
y en nubarrón de espesura
la joven tierra surgió.”
Carlos Pellicer
0 Comentarios:
Dejar un Comentario