En las elecciones para presidente de la República muchos mexicanos votaron por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), más allá de que hubiera sido por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), muchos fanáticos cegados por las emociones nunca meditaron su voto para elegir a un presidente que le fuera funcional a la nación, había mucho desencanto hacia los partidos políticos y muchas personas imaginaron que el actual presidente iba a mejorar la situación del país. Muchos personajes de la farándula, actores de cine, e, incluso, intelectuales avalaron y se convirtieron en los apologistas del señor presidente, algunos férreos periodistas críticos de los gobiernos anteriores, ahora tomaban la bandera apologética, repitiendo las siguientes frases: "le dejaron un cochinero al presidente&rdquo, "es difícil cambiar la situación de muchos años de corrupción&rdquo, "hay que darle tiempo al presidente” y un largo etcétera de escusas sin fundamento científico, puras frases superficiales que hasta algunos intelectuales reconocidos por su trayectoria académica cayeron en esas trampas discursivas.
Todos estos apologistas de Morena han caído en un fetichismo encarnado en la figura personal del presidente, algunos lo han llamado mesías, salvador, puritano, incorruptible, etc. Muchas personas creen en el presidente como si fuera una divinidad y como si este hombre tuviera un poder sobrenatural, este fetichismo le hace mucho daño al país y hasta al propio presidente, porque siempre se le alimenta su ego. En las mañaneras, él siempre quiere tener la razón, a tal grado de que ni siquiera usa el cubrebocas pasando por alto las medidas de prevención de este terrible y letal virus.
A más de dos años de gobierno, el país está en una de sus crisis más profundas en la historia contemporánea, se han perdido miles de empleos, la economía no crece, muchas personas han perdido algún familiar a causa de la covid-19 y por la falta de equipamientos médicos y de hospitales de calidad. La violencia va en aumento y la delincuencia organizada cada día se fortalece más, en fin, es una cadena de problemas que este presidente y su gobierno no han resuelto. A lo largo de la historia nunca un solo hombre por más brillante e iluminado que se sienta ha transformado a la sociedad. Siempre se ha necesitado al pueblo trabajador para ejercer una transformación profunda y no "el cambio verdadero” que utilizó el presidente como eslogan de campaña. Lo que se necesita es organizar al pueblo trabajador para que luche por sus derechos; para mejorar la situación económica del país se requiere de una buena dirección que ejerza un control adecuado, pero este presidente se la pasa diciendo un sinfín de ocurrencias, "que vamos requetebién&rdquo, "abrazos no balazos” "acusar con sus abuelitas a los delincuentes&rdquo, etc. Estamos ante una figura presidencial sumamente ignorante de los problemas que se están profundizando en nuestro país y sus más allegados en lugar de ser críticos de este gobierno se han convertido en simples focas aplaudidoras.
Sin embargo, la figura del presidente se ha ido desgastando conforme va pasando el tiempo y la gente se va desesperando porque ya no tienen el dinero suficiente para tener una vida digna. Muchas personas se han arrepentido de haber confiado en esta figura. Hoy, en este inicio del año 2021 lo que se necesita son nuevos políticos que sean conscientes de la situación por la que atraviesa el país y que se pongan a trabajar para favorecer las condiciones económicas de esta rica nación. Los morenistas ya tuvieron la oportunidad de gobernar. Lo único que se percibe es que hay una profunda división entre el simple y sencillamente porque este partido no cuenta con una estructura, ya que Morena se construyó en la figura del presidente, por eso llegaron a ocupar los cargos más relevantes: ex priistas, ex panistas, ex perredistas y todo el chapulineo está en este partido político, incluso, para elegir a sus candidatos han exhibido que cada uno de esos políticos busca su interés personal, el cual consiste en robarle al pueblo y seguir enriqueciendo sus bolsillos. El año 2020 fue una terrible pesadilla, es momento de poner los pies en la tierra y renovar a la clase política que está en el poder, dándole la oportunidad a políticos más sensatos para que puedan sacar adelante a esta hermosa patria. El fetiche no sirve de nada cuando se piensa científicamente, por eso es necesario seguir educando, politizando y organizando al pueblo trabajador porque sólo él es quien transformará esta sociedad.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario