Durante las fiestas de fin de año, todos nos reunimos con nuestras familias a desear buenas vibras para el año entrante y creo que todos, sin excepción, nos deseamos lo mejor. Sin embargo, la realidad dice otra cosa.
Aunque los deseos sean de buena fe, muy pocos se llegan a concretar. Los buenos deseos quedan de lado cuando la realidad nos toca la puerta.
Por ejemplo, la cena navideña en Nuevo León tendrá un costo más elevado en comparación con 2022, pues en general habrá un aumento de 3 % en los artículos que se consumen para estas fiestas. La carne de bovino, que es de las más consumidas en la capital regia, la típica “carne asada”, es la que más incremento tendrá debido a las restricciones de exportación de reses a Estados Unidos.
Otro tema que afecta a los neoloneses es el clima de inseguridad que se vive todos los días, pues según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) federal reveló que en noviembre hubo un registro de 132 registros de delito, esto representa un aumento del 40 % en comparación con el año 2022.
La típica “carne asada” es la que más incremento tendrá en Nuevo León debido a las restricciones de exportación de reses a Estados Unidos.
De acuerdo con la asociación Cómo vamos Nuevo León, el panorama de homicidios en la entidad es preocupante, pues desde 2018 estos casos han ido en aumento.
En el tema del presupuesto de Egresos del Estado para 2024, es un tema que está en boga, pues después de la crisis política generada por los diputados del Congreso Local del Estado y el gobierno estatal, ahora está el tema del presupuesto: se lo pelean como si verdaderamente lucharan por recursos para obras que verdaderamente beneficien al pueblo. Hay crisis y al parecer de eso nadie habla.
La verdad es que las felices fiestas que nos desean nuestros familiares y amigos no son del todo felices, pues es evidente que hay problemas en nuestra sociedad. Aunque parece como si nada pasara, con los comerciales en la TV incitándonos a comprar hasta lo que no es necesario; el consumismo a todo lo que da.
No todos tienen las mismas oportunidades de vestir, calzar y comer bien. Vivimos en una sociedad hasta cierto punto egoísta donde sólo nos preocupamos por nosotros mismos. Toda esta realidad ha sido promovida por el sistema, porque así le conviene a los intereses del gran capital.
Serán felices fiestas cuando no existan niños con hambre en vísperas de Nochebuena, cuando no dé miedo salir a la calle con la incertidumbre de si regresarás a tu casa, cuando los salarios sean justos y alcance para comprar lo necesario y pasarla bien con tus seres queridos.
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