En México y el mundo entero no faltarán mentes maquiavélicas queriéndose apropiar del recurso hídrico para lucrar y someter a la humanidad por la vía del hecho. En los tiempos que corren vivimos una grave escasez de agua, en cierto grado debido al incremento poblacional a nivel mundial; no hemos sabido guardar el equilibrio con la madre naturaleza y ello dificulta el ciclo del agua de manera natural.
Nos hemos encargado de acabar con ecosistemas, con grandes zonas boscosas, y es que la lluvia es nuestra principal fuente de abastecimiento de agua, pues tras precipitarse sobre la tierra se distribuye a través de ríos, lagos, mantos freáticos y los grandes embalses creados por el hombre.
Sin embargo, las precipitaciones pueden variar mucho de un lugar a otro, lo que produce enormes problemas de escasez de agua sobre todo en lugares áridos y semiáridos. Ahí tenemos el proyecto de la presa “Libertad” en el estado de Nuevo León, un proyecto que nace por intereses políticos y económicos olvidando, para variar, a los desposeídos de esta tierra norteña, ya que como vemos podemos tener el embalse, ¿pero si no llueve? de gran cosa sirve.
Pero, ¡ojo! Agua sí hay. Según Elizabeth Barrón, socióloga, investigadora y defensora del agua, quince empresas acaparan un total de 44 millones 490 mil 222 metros cúbicos anuales de agua en Nuevo León.
¿Inventando o especulando? No, claro que no, ahí tenemos dos grandes embalses conocidos regionalmente como la presa “La Boca” en el municipio de Santiago, sin agua por falta de lluvias, y peor tantito la presa Cerro Prieto en el municipio de Linares, prácticamente seca, igual por falta de precipitación pluvial.
Así la cosa, y nuestros gobiernos, ausentes e insensibles; será queriendo extinguir a los pobres de esta región: ¿de qué otra forma nos lo explicamos?
Sabemos que de manera natural las zonas áridas y semiáridas de México abarcan aproximadamente el 50 % del territorio, zonas que se caracterizan principalmente por una precipitación escasa e impredecible, cambiante, lo que limita una producción agropecuaria sostenida.
Además, estás áreas enfrentan una problemática de sobreexplotación de sus recursos naturales dentro del sistema neoliberal capitalista.
El estado de Nuevo León limita al norte con el estado de Coahuila, los Estados Unidos de América, en la angosta zona fronteriza de Colombia, municipio de Anáhuac, y el estado de Tamaulipas. Hacia el poniente limita con Coahuila, San Luis Potosí y con Zacatecas, en el vértice de los límites de los cuatro estados. Al sur colinda con San Luis Potosí y Tamaulipas, con el que también comparte todo su límite oriental.
De forma irregular, Nuevo León se extiende más sobre su eje norte-sur, excede los 500 km, en sentido este-oeste. Su superficie abarca 64 mil 81.94 km2.
El estado engloba porciones importantes de tres de las grandes regiones naturales o regiones fisiográficas del país. La Sierra Madre Oriental, que domina todo el panorama occidental y meridional del estado y cuyas sierras alargadas de calizas, ya alternándose con valles amplios y bolsones, o elevándose como gran cordillera de cumbres muy abruptas, separan en sentido noroeste-sureste, las tierras altas del suroeste neolonés de las extensas llanuras de llamado plano inclinado.
La Gran Llanura de Norteamérica que comienza en Nuevo León y se extiende por toda la parte central de los Estados Unidos de América hasta Canadá se caracteriza, en el estado, por los abundantes lomeríos suaves que dominan el paisaje de su porción nororiental, a lo largo de una amplia franja paralela al río Bravo.
La Llanura Costera del Golfo Norte, que abarca las tierras más bajas de Nuevo León, y que, por su morfología de llanuras aluviales extensas, es la zona del estado que mejor responde al nombre de "plano inclinado".
En Nuevo León predominan los climas semiáridos y extremosos, hecho que va unido a la relativa pobreza en recursos minerales metálicos. La principal actividad en Nuevo León fue durante mucho tiempo la ganadería de pastoreo; no fue sino hasta fines del siglo XIX que se produjo en el estado el despegue industrial y agrícola que lo caracterizó un buen tiempo.
Los fértiles suelos de la llanura costera produjeron una buena parte de los granos y cítricos del país. En otras regiones del estado también fueron abundantes los terrenos potencialmente aptos para la agricultura, y en algunos de ellos se desarrollaron dichas actividades.
Sin embargo, ahora en la entidad escasean los recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos, lo que limita la agricultura y la ganadería de forma continua, y sólo puede llevarse a cabo en la mayor parte del territorio neoleonés mediante el riego, recurso hídrico que también se ha venido abatiendo debido a la sobreexplotación irracional, nacida de la desmedida avaricia de la clase burguesa, sin que ningún Gobierno con el poder suficiente les pusiera un alto hasta la fecha.
Las actividades pecuarias ocupan un lugar importante dentro de la economía del estado, y son numerosos los terrenos potencialmente aptos para diversos usos de este tipo, bien mediante el cultivo de pastizales, o bien a través del aprovechamiento de la vegetación natural. El aprovechamiento de los recursos forestales de bosque y matorral, aunque limitado en muchos casos, puede también incrementarse (Inegi).
Hoy, Nuevo León es un Estado cuya amplia y creciente infraestructura productiva en los sectores primario e industrial, lo cual conlleva un gasto alto de agua, agua que hoy por hoy no se tiene en suficiente cantidad para poder mantener el ritmo del gasto en la gran metrópoli.
De acuerdo con el dato más reciente del Instituto Nacional de Estadística Geografía (Inegi), en los últimos cinco años, la población de Nuevo León dio un salto de casi un 20 %, ya que pasó de 5 millones 119 mil 504 habitantes a 5 millones 969 mil 564.
Además, los datos del Inegi arrojan que el crecimiento poblacional de Nuevo León ha sido constante y que en los últimos 31 años se duplicó, ya que en 1990 en la entidad habitaban 3 millones 98 mil 736 personas y ahora son casi 6 millones, lo que representa un alza del 93 %.
Todos los datos dichos en el párrafo anterior le han dado un lugar de gran importancia en México. Monterrey, su capital, se ha convertido, en relativamente pocos años, en una de las tres ciudades más pobladas e importantes del país. Las potencialidades naturales de su tierra y agua se van quedando limitadas con todo y lo amplias que fueron en algún momento; sin embargo, podría garantizarse mejor el aprovechamiento de los recursos naturales, lo que llevaría a mayor prosperidad en el futuro para la población en su conjunto.
La falta de lluvias, en buen grado por el deterioro de nuestro ecosistema a causa de la sobreexplotación, sigue siendo nuestra gran limitante en el estado de Nuevo León y principalmente en el área metropolitana la falta de agua ha tenido en vilo a la población neolonesa.
En un artículo publicado en la revista Buzos el 19 de junio de 2022 por Omar Carreón Abud, mmiembro destacado del Movimiento Antorchista Nacional, dice:
“Pero, ¡ojo! Agua sí hay. Según Elizabeth Barrón Cano, socióloga, investigadora y defensora del agua, quince empresas acaparan un total de 44 millones 490 mil 222 metros cúbicos anuales de agua en la entidad (en Nuevo León), entre ellas Femsa, cuando para uso doméstico sólo se destina un millón 33 mil 950 metros cúbicos (…) Juan Ignacio Barragán Villarreal, director de Agua y Drenaje (AD) de Monterrey, ha dado a conocer que la iniciativa privada ocupa 54 % del líquido del acuífero de la capital, pero sólo se reduce el abasto de agua a las familias, que son en su gran mayoría las familias de los trabajadores. Hasta el momento no se sabe de ninguna gran fábrica o empresa que haya tenido que limitar su actividad al 50 % (así como a los niños se les ha obligado a reducir su jornada escolar) o, más aún, que sólo vaya a recibir agua de seis a diez de la mañana, (como se les ha impuesto a las colonias populares). Los gigantes de la generación de ganancias privadas siguen trabajando a toda máquina. Cosas de la distribución injusta de la riqueza y el papel del Estado, la 4T en este caso, que la garantiza. Y, aunque usted no lo crea, hay más todavía. La autoridad educativa de Nuevo León, muy mortificada por la falta de agua para los estudiantes, instruyó a los padres y madres de familia para que cada alumno lleve a clases un recipiente con al menos un litro de agua para su consumo personal, es decir, la autoridad se comide y aprovecha la emergencia para fungir como agente de ventas del agua embotellada de poderosas empresas que, seguramente, le quedarán muy agradecidas. Felices las embotelladoras (…)
Como queda demostrado, conquistar una mejor distribución de la riqueza, no es tarea para los oligarcas, ni para sus servidores de la 4T, es tarea del pueblo organizado y consciente.”
Mientras la clase laboral y el pueblo en general no se eduque y organice, los mandamases seguirán haciendo de las suyas en perjuicio de la clase trabajadora.
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