Las desigualdades sociales las vivimos día a día y siempre los que pagan los platos rotos son los pobres. Nos enfocaremos en un ámbito que es la educación, en específico la cancelación de las Escuelas de Tiempo Completo.
Mientras unos ven por el bien del país, otros solo por su interés personales, sin interesarles quienes serán los afectados.
La secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, en su Proyecto de Presupuesto de Egreso de la Federación 2022 (PPEF), contempla la cancelación total del programa de ETC; esto marcará un antes y un después en la educación porque las instituciones educativas en esta modalidad brindan aprendizaje significativo, avances académicos, el desarrollo de habilidades en los estudiantes, una mejor alimentación nutritiva y la satisfacción de contar con un alimento. Esto traía en las familias una mejor estabilidad economía en beneficio de millones de niñas, niños y jóvenes.
La modalidad de la ETC nació como una propuesta pedagógica innovadora, cuyo objetivo general era generar ambientes educativos propicios para ampliar las oportunidades de aprendizajes y el desarrollo de competencias de los estudiantes, conforme a los propósitos de la educación básica, a través de la promoción de una educación integral en el alumno y de la extensión de la jornada escolar.
Por lo tanto, se tiene que proteger y resguardar el artículo 3 de la constitución mexicana que señala claramente que los niños tienen derecho a una educación pública, gratuita y laica, y el Estado está obligado a garantizarla. En las ETC se dedican 3 horas y media para reforzar las materias de español y matemáticas, además de complementar con inglés, artes, computación y deportes.
Asimismo, se proporcionaba una alimentación a más de 1.4 millones de niños, niñas y jóvenes que se encuentran en condiciones de pobreza extrema y que en casa solo alcanza para comer una sola vez al día.
Por ello, los niños gozaban, dentro de la escuela, de una alimentación balanceada y esto generó un impacto en los salones de clases porque los alumnos lograron un mejor desempeño académico, según los resultados de las pruebas ENLACE Y PLANEA.
No solo se trataba de mejorar, sino que se corregía el rezago educativo y la deserción escolar con resultados favorables y desarrollo de las inteligencias múltiples de los estudiantes.
Es evidente que el programa de ETC estaba planeado con perspectiva de género porque facilitaba que las madres de familia, cuyos hijos o hijas asisten a las escuelas con jornada escolar extendida, podían trabajar mientras dejaban a sus hijos seguros en las aulas, esto ayudaba, a su vez, a incrementar sus posibilidades en el mercado laboral.
De esta manera no solo los niños y padres de familia salían beneficiados, también los maestros y las maestras eran favorecidos porque recibían una compensación que ayudaba a su profesionalización y actualización de su formación profesional.
Es necesario estirar la brecha y decir sí a las escuelas de tiempo completo, ahora que, tras la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19, ya es oficial el regreso a clases presenciales en aula.
Las jornadas escolares de las ETC son elemento crucial para mitigar las consecuencias negativas que ha dejado la pandemia, ello apoyaría en los procesos de nivelación, reforzamiento y recuperación de aprendizajes, considerando que los maestros contarían con más tiempo para identificar, crear estrategias e implementar acciones para acompañar a los estudiantes en proceso enseñanza-aprendizaje.
No hay justificación válida para
Exigimos que las escuelas de tiempo completo permanezcan como apoyo para la educación y para el pueblo que más lo requiere.
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