¿Qué es la educación? ¿Cuál es el proceso educativo para Antorcha? ¿Cuál es el proyecto educativo de Antorcha Magisterial?
Para comenzar, diremos que Antorcha mira el problema así: primero tenemos que ubicarnos y analizarnos, no solo como profesionistas o solo como miembros de un determinado gremio, (aunque nos estamos refiriendo en concreto a los maestros, el planteamiento bien pudiera extenderse a todo ser humano) sino como parte de la humanidad, como parte de esta gran colectividad mundial que son los seres humanos, y que en nuestros días suman, aproximadamente 6,500 millones de almas. Y es necesario comenzar por ahí, para poder aterrizar hasta el nivel de lo más concreto, sin olvidar que se es parte integrante de un todo más amplio y sin lo cual, no se entiende ni se puede medir su significación e importancia. Y si alguien se preguntara, ¿por qué, para analizar y conocer la problemática educativa y proponer soluciones viables, tenemos que ubicarnos primero como parte del género humano?, respondemos a esa hipotética pregunta, pues…porque esa problemática específica, que estamos tratando de resolver, es parte de la problemática de toda la humanidad.
Ahora bien, si nos pusiéramos a detallar punto por punto la problemática actual de la humanidad, es bien seguro, que no acabaríamos nunca. Por tal razón, nos obligamos a hacer generalizaciones, pero no tan abstractas que resulten inútiles para el análisis que nos hemos propuesto realizar. Y por eso simplificamos de la siguiente manera: todos los problemas que enfrenta la sociedad humana en la actualidad, grandes y pequeños, trascendentes o no, derivan de un hecho capital, del hecho de que la sociedad se encuentra escindida, dividida en dos grandes bandos antagónicos: el bando de los que viven de su trabajo, que es el mayoritario, y al cual pertenecemos todos nosotros; y el bando de los que viven del trabajo ajeno, que constituyen una ínfima minoría de los privilegiados del planeta.
Ahora bien, el sector de los privilegiados, tienen su proyecto para toda la humanidad. Entiéndase bien, no es un proyecto solo para México, o solo para los Estados Unidos, o solo para cualquier otro país en el que se nos ocurra pensar, sino para toda la humanidad, y ese proyecto consiste, en hacer que todos los hombres sobre la tierra, hagan lo que hagan, y sea cual sea su profesión, especialidad u oficio, trabajen siempre y en todas partes para el enriquecimiento de la minoría que detenta el poder político y económico del mundo, para la pequeña parte de plutócratas que se ha adueñado de toda la riqueza de la tierra.
Éste es el planteamiento: la humanidad entera tiene que trabajar para unos cuantos, para una oligarquía, que hasta hace poco era distinta en cada país, pero que ahora, bajo la bandera de la “globalización”, se ha convertido en una única fuerza, que ejerce su dominio a escala planetaria (y que no nos extrañe, si mañana o pasado, nos enteramos de que existe un comité secreto, que probablemente funcione en Estados Unidos, cuya tarea única y exclusiva sea diseñar la política mundial, es decir, un pequeño comité de sabios que decide y aconseja lo que se tiene que hacer en México, en China, y en todas partes). Estamos siendo manejados, por una mafia, que controla el mundo entero. ¿Por qué? ¿Para qué?, pues…para lo que acabamos de decir, para garantizar que el mundo entero trabaje para ellos, para ese pequeño grupo. Esto quiere decir entonces, que estamos siendo víctimas de una grande manipulación en todos los terrenos: en el político, en el filosófico, en el religioso, en el económico, en el cultural, en el laboral, etc., etc., y todo con el fin de que la esclavitud y la explotación de los asalariados se lleve a cabo sin violencia, e incluso, con el consentimiento de las víctimas. Se nos manipula, no solo para que aceptemos nuestras cadenas, sino para que las amemos, y las defendamos, pensando que así defendemos nuestra libertad y nuestra independencia.
Pero la otra gran parte de la humanidad, que como dije, somos la inmensa mayoría, afortunadamente, sostiene otra visión, ciertamente, dicen sus mejores representantes, los hombres, los seres humanos en general tienen que trabajar, tienen que llevar a cabo todas las actividades productivas, necesarias para producir los satisfactores que la humanidad necesita. Pero los frutos de ese trabajo tienen que ser para todos, tienen que aprovecharse en beneficio de todos, mediante un reparto equitativo y justo de los mismos, de tal manera que, todos contemos con lo elemental.
Ya hemos dicho en otras ocasiones que la meta no es, no puede consistir, en que cada hombre se convierta en un multimillonario, sencillamente porque eso no es posible ni conveniente. Pero sí es posible y además, absolutamente necesario y urgente, que cada ser humano tenga un trabajo bien remunerado, alimentación adecuada, buena salud, mediante medicina preventiva y curativa de calidad, educación, techo, vestido, calzado, servicios básicos, como agua, luz, drenaje, pavimento, medios de comunicación y trasporte, e incluso, áreas y actividades recreativas para el descanso y el disfrute espiritual; en una palabra, que cada quien tenga satisfechas sus necesidades básicas, así como las de sus hijos y las de todos quienes dependan de él económicamente. En síntesis, estas son las dos grandes visiones que se disputan la consciencia del mundo: o la humanidad trabaja para un pequeño grupo de privilegiados, o la humanidad trabaja para el beneficio de todos, para que todos tengamos lo humanamente necesario para vivir.
Ahora bien, una vez planteada y entendida la disyuntiva, tenemos que preguntarnos ¿De qué lado está la educación oficial? ¿Qué papel juega en el contexto así descrito?
Contestar a estas interrogantes, será la intención del siguiente tema, que espero lo aborden con deseo de comprenderlo y hacer lo consecuente.
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