El martes 24 de mayo, un joven estadounidense asesinó se metió a la Escuela Primaria Robb de Uvalde, Texas, y asesinó de manera fría a 19 niños y dos maestras. Casi todos los niños tenían entre 8 y 10 años. Eran niños estudiantes y estaban comenzando apenas a vivir. El asesino, un demente armado influido por las ideas retorcidas del sistema capitalista, los abatió a sangre fría.
No es la primera vez que en Estados Unidos de Norte América, la potencia imperialista mundial, ocurre una matanza así contra la población civil. El gobierno de Joe Biden, como antes el de Trump, el de Obama o el de los Bush, se acostumbraron “a rezar” por los asesinados y los heridos, pero nada han hecho para frenar a las grandes empresas que venden armas libremente y mucho menos para ponerle un alto a la ideología de los blancos derechistas que consideran que debe exterminar a las razas que ellos consideran menores y no dignas para vivir. Es decir, la publicidad de las empresas, la ideología nazi que se predica libremente, un gobierno militarista que se siente el mandamás del mundo y que ordena guerras para someter a los países adversarios o que no le hacen caso, así como la venta indiscriminada de armas entre los ciudadanos de Estados Unidos han provocado estas masacres, en las que son asesinadas miles de personas.
Ahora mataron a 19 niños de 8 o 10 años en una primaria, pero antes asesinaron a adultos o a ancianos. Y nadie, desde el gobierno de Estados Unidos, le pone un alto a las masacres. No se ve tampoco, en el mundo, una condena contra lo que el gobierno de Joe Biden permite que suceda en su territorio.
No es la primera matanza. El 14 de mayo, un joven de 18 años mató a tiros a 10 personas en una tienda de comestibles de Buffalo, Nueva York. Con un chaleco antibalas y un rifle AR-15, el autoproclamado supremacista blanco transmitió en vivo su ataque.
El portal de noticias dw.com, en su nota “La larga lista de las masacres en escuelas de Estados Unidos”, ofrece una escalofriante lista de las masacres ocurridas en las escuelas de ese país. El portal inicia el conteo con el asesinato de 45 personas en una escuela de Michigan, ocurrida el 18 de mayo de 1927. La mayoría de los asesinados fueron niños de primero a sexto grado de primaria. Desde 1999 y hasta la fecha, en Estados Unidos han ocurrido cerca de 14 masacres en las escuelas de aquel país.
Pero, como sabemos, los asesinatos no ocurren solo en las escuelas. La ideología supremacista de la derecha norteamericana, que es financiada por la burguesía de ese país, ha provocado crueles matanzas. Todos nos acordamos, por ejemplo, del 1º de octubre de 2017, cuando un hombre armado disparó desde el piso 32 de un hotel contra una multitud de más de 20 mil personas que estaban en un concierto de música. Mató a 58 personas y dejó heridas a más de 500. Se trató del tiroteo masivo más mortal en la historia moderna de Estados Unidos. Así, como este, hay muchos.
El problema es que el gobierno de ese país, con la prensa como aliada, culpa de todas las masacres solo al autor material de ellas, al asesino. Y toda la investigación de esas masacres terminan cuando el asesino se suicida o la policía lo aniquila. Claro que los asesinos deben pagar por sus crímenes. Pero en Estados Unidos ese no es el problema de fondo: el verdadero problema es que su sistema imperialista está fuertemente unido con el uso de las armas para someter a los adversarios. Esa “educación” militar, sumada a la filosofía de la supremacía blanca que se difunde por todo el país, concluye en las matanzas que suceden con frecuencia en aquel país.
¿Quién va a frenar las masacres? Podría comenzar por un gobierno con ideas progresistas y humanistas que le ponga un alto a las empresas militares. Eso ayudaría bastante. Pero para frenar en serio las masacres es necesario un gobierno popular que imponga otras normas y otro sistema económico.
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