El campo mexicano está abandonado desde hace algunas décadas y este abandono ha sido agravado por los brutales recortes presupuestales del actual Gobierno federal que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Debido a esta situación, la producción agrícola y pecuaria atraviesa por severas complicaciones, a las que se suman las consecuencias de los conflictos entre Rusia y Ucrania, y eso advierte que se agudizarán las dificultades que afrontan los campesinos para producir alimentos, en cantidad y calidad, que demandan los mexicanos, como el maíz para la elaboración de tortilla, el principal alimento del pueblo de México.
Por ejemplo, el sector agroalimentario de Jalisco prevé que habrá mayor escasez de granos e incremento en sus costos, esto podría provocar compras a futuro, donde haya escasez y sobredemanda, así como importación desleal de productos de otros países, a un bajo precio y sin calidad. Para ver claro este panorama, no es necesario esperar mucho, pues ya hay alzas en los precios de los combustibles y fertilizantes, al ser Rusia el principal proveedor de estos productos, y el consumidor es el principal afectado con los precios más elevados, tal como sucede, por ejemplo, con el limón, el cual se ha encarecido alrededor de 175 por ciento.
Estamos a más de dos años de la pandemia, y los mexicanos enfrentan un escenario de inflación por encima del 7 por ciento, lo que genera un alza importante en el costo de alimentos, entre ellos el de la tortilla y el pan, además de otros bienes de consumo, aunado al incremento en el precio de los combustibles, entre ellos el gas LP. Pese a la lejanía del conflicto bélico en el este de Europa, analistas advirtieron las consecuencias de que desencadenaría en la economía globalizada, y en nuestro país la ciudadanía no debe sorprenderse al encontrar su pan favorito, o los tacos preferidos, a un precio más alto.
En Jalisco, el alza de fertilizantes golpea el precio de la tortilla. En enero pasado, el kilogramo de este producto promediaba los 16 pesos, pero para marzo aumentó a 20 pesos en las tortillerías del Área Metropolitana de Guadalajara. Los productores de maíz en la entidad representan uno de los sectores más afectados por el incremento de los precios de los insumos agrícolas, provocado por el conflicto de Rusia y Ucrania y estas afectaciones llegarán al consumidor final y a todas las áreas relacionadas con el grano, como la producción de tortilla.
De acuerdo con datos oficiales, a nivel nacional se consumen cinco millones de toneladas de fertilizantes químicos; tres millones de éstas se importan de la región en conflicto bélico. A fin de abastecer el mercado interno, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, informó que se invertirán 300 millones de dólares para rehabilitar tres plantas productoras de fertilizantes en lo que resta de la administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Pero, expertos en fabricación y formulación de agroquímicos aseguran que no serán suficientes esos 300 millones de dólares para que arranquen las tres plantas productoras de fertilizantes que planea la 4T, entre 2022 y 2024, y mucho menos para que sean rentables. Es un paliativo, porque han estado abandonadas por mucho tiempo, por tanto, servirán para una pintadita nada más, para darles una limpiadita, pero no para abastecer las necesidades que tiene el país. Queda claro que el gobierno lopezobradorista, al igual o peor que sus antecesores, no está preparado para amortiguar un choque externo.
Nuestro país, como en los últimos sexenios, continua su dependencia de las importaciones por falta de una estrategia de desarrollo del sector agrícola científicamente diseñada y de un apoyo real a la productividad y al desarrollo tecnológico. Al no tener producción nacional suficiente tenemos que importar más, casi todo.
Los recortes a programas del campo de la 4T también han abonado a que la producción de granos haya disminuido en los últimos años. Del ya de por sí reducido presupuesto al campo, buena parte se destina a fines asistenciales. Como efecto de esa política sin rumbo se contrae la producción de alimentos básicos, se castiga la productividad.
De tal manera que el encarecimiento de los fertilizantes en nuestro país, más que otros factores como los choques externos, exhibe el fracaso del modelo agrícola basado en el neoliberalismo y agravado, ahora, por la pésima administración de este gobierno. México es exportador de productos agrícolas de alto valor comercial, pero somos dependientes en alimentos básicos e insumos. A más de tres años del Gobierno de la Cuarta Transformación nada se ha corregido, sino todo lo contrario, ahora hay escasez y altos costos en granos, tanto que llegará el momento que para los mexicanos la tortilla será un lujo.
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