Este año, el gobierno federal encabezado por el partido Morena y López Obrador como patriarca de la 4T, cumplen cuatrp años de mandato, ya a estas considerables alturas de su sexenio, ha quedado más que claro que hay un hartazgo generalizado en la población porque ha estado contradiciendo, desde el mismo 2018 lo que pregonaba en las campañas lectorales, ¿qué? Ayudar a los pobres, acabar con la corrupción, eliminar la mafia del poder… hay más pobres y la corrupción y la mafia de poder, digamos que no se han destruido, solo se transformaron para quedar a la medida de los que ahorita están jalando los hilos del poder.
Resalta esto último porque en las recientes semanas, por todos lados hemos escuchado, con argumentos y pruebas reales, que resulta que el hijo mayor de Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán tiene millonarias residencias en Houston, Texas, de las cuales se sospecha haberlas adquirido con recursos públicos de forma ilícita; esta información fue dada a conocer a través de investigaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus, siendo este último un medio que ha tomado reconocimiento público, pues no es la primera vez que saca los “trapitos al sol” de los miembros del gabinete presidencial morenista, exponiendo principalmente a su líder, el presidente López Obrador, con documentos, testimonios y toda una serie de pruebas que no dejan duda de los que se expone.
El presentador de todos estos casos sobre el gobierno de la austeridad es el periodista Carlos Loret de Mola, reconocido por el público desde que trabajaba en Noticieros Televisa y uno de los comunicadores más críticos de las políticas de López Obrador. Bueno, pues a raíz de esta última investigación, donde está seriamente involucrado su primogénito, sin la posibilidad de contradecir la verdad, AMLO ha hecho, una vez más, uso de su poder como presidente para atacar públicamente en su mañanera del viernes a Loret de Mola. Ahí sacó una serie de diapositivas muy serias, con datos muy serios y cifras muy serias, estilo 4T, en su desesperado intento de desprestigiar el trabajo de investigación y periodismo que lo tiene ya desde hace un rato desprestigiado a él, a su hermano y a todos los que lo acompañan en su aventura llamada Cuarta Transformación.
Dijo, por ejemplo, que Loret de Mola ganó en 2021 más de 35 millones de pesos en los diferentes medios de comunicación en los que “trabaja”, mientras el austero López Obrador gana anualmente dos millones de pesos. Aquí, lo primero que aclaró el mismo día el periodista en cuestión, además de que son cifras alteradas sobre su supuesto sueldo, es que dentro de esos medios que enlistaron, metieron a Televisa, a pesar de que dejó de laborar para dicha empresa desde 2019; pero lo grave, además de las mentiras de Obrador no solo es eso, amigos, amigas, sino la forma tan descarada en la que viola la ley que presume defender.
¿De qué ley hablamos? En la Constitución Mexicana, en el artículo 16, que hace referencia a la protección de datos personales, dice: “Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los términos que fije la ley, la cual establecerá los supuestos de excepción a los principios que rijan el tratamiento de datos, por razones de seguridad nacional, disposiciones de orden público, seguridad y salud públicas o para proteger los derechos de terceros”. Razón por la que en cuestión de horas Loret de Mola hizo uso del poder de las redes para desmentir lo dicho de él y las violaciones legales del presidente de México.
Lo absurdo aquí es que el gobierno de la Cuarta Transformación, se está deformando a sí mismo y quiere llevarse entre las patas a todo aquel que sea su enemigo declarado. Esta forma de tratar de exponer a un periodista como Loret de Mola para desprestigiarlo, o lo que también hizo en días recientes con Carmen Aristegui, hablando también contra su trabajo, es un botón de muestra de lo que es capaz de hacer contra todo aquel que no lo llene de elogios y aplausos, pero ¿qué se le puede festejar? No olvidemos, yo no dejaré de hacerlo, que la masacre contra periodistas alrededor del país no ha parado, seguramente porque han tratado de decir la verdad y la verdad incomoda a tal grado de causar la muerte, ¿y qué dice el presidente? Que querer ponerlo a él y su gobierno como culpables solamente es provocación de sus opositores.
A raíz de todo esto, el pasado 11 de febrero, haciendo uso del poder de las “benditas redes sociales”, en la plataforma Twitter se hizo tendencia el hashtag #TodosSomosLoret y también abrió un foro de debate en el que participaron más de 60 mil oyentes y duró caso 10 horas. Ahí se vio un respaldo, no solo hacia Loret de Mola, sino hacia el derecho de libre expresión que tenemos los ciudadanos y los abusos que ha cometido la Cuarta Transformación hacia personas, organismos autónomos, intelectuales, médicos, académicos, científicos, mujeres, papás de niños con cáncer, clase pobre, clase media, maestros, y muchos otros sectores sociales que han sido agraviados ante recortes presupuestales y cancelación de programas, con la mentira de ataque a la corrupción, y también ataques que en cada mañanera avienta a diestra y siniestra contra sus enemigos.
El pueblo en general está harto de mentiras, de hacernos creer que está contra los malos, porque los que más daño siguen causando están en su gobierno, ocupando algún puesto, beneficiándose del erario, cobijándose con el lema de “gobierno de austeridad”, “gobierno de izquierda”. Ya lo he dicho y es real, ni son austeros ni son de izquierda ni van a mejorar las cosas en el país. Nosotros como parte del pueblo dañado por su forma de gobernar debemos estar en defensa y cuidarnos unos a otros, porque esto pone en riesgo la vida de muchos, no solo de un periodista, sino del pueblo en general.
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