MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE l En riesgo, industria del calzado en Guanajuato

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Flexi, la empresa zapatera que inició en una casa como taller artesanal con seis empleados que apenas producían 300 pares semanales en una cochera de la calle Madero, del municipio de León en Guanajuato en el año de 1935, anunció el cierre de su planta en San Luis de la Paz.

Esto, sin duda, significa un duro golpe a la economía de sus empleados que, desde hace más de 18 años, acudían a maquilar calzado en dicho lugar. Después de 78 años, la compañía emplea a más de 4 mil 500 personas que producen alrededor de 600 mil pares diarios en sus cuatro plantas y que exporta a países como Canadá, Estados Unidos, Japón y Centroamérica.

Aunque el Gobierno de Guanajuato anunció un fondo de inversión de 40 millones de pesos para apoyar al ramo zapatero, esto no garantiza que mejore la situación para los productores.

Desde su inicio, el negocio se manejó como una empresa familiar por el señor Roberto Plasencia Gutiérrez, que empezó con muy poco capital y que poco a poco se fue posicionando en el mercado hasta convertirse en una gran empresa que se consolidó en la industria del calzado. en la región.

En la actualidad, Flexi cuenta con sucursales en San José el Alto, San Diego de la Unión, León y San Luis de la Paz.

La industria del calzado enfrenta una de sus peores crisis, que se agravó con la pandemia de covid-19, y desde entonces han sido meses de incertidumbre, ya que muchas fábricas han dejado de ser atractivas y son cada vez menos competitivas ante la llegada de nuevas empresas y, sobre todo, por el calzado chino que entra de contrabando.

Aunque el Gobierno del estado anunció un fondo de inversión de 40 millones de pesos para apoyar al ramo zapatero, esto no garantiza que mejore la situación para los productores.

Se sabe que el Plan de Impulso para la Competitividad y Productividad del Sector Calzado, implementado por las autoridades municipales y estatales, pretende proteger los empleos de millas de zapateros de León, entra ya en su segunda etapa y los recursos aportados se destinan a pagar la nómina de los trabajadores y también para que las empresas se adapten e innoven y así se mantengan competitivas.

Aunque se pretende minimizar la grave situación, lo cierto es que la propia Cámara de la Industria del Calzado de Guanajuato ha tenido que reconocer que podrían cerrar hasta 35 fábricas de calzado en el lapso de un año. 

Además, agregó que el contrabando chino, la corrupción en las aduanas y las ventas en línea de empresas como Shein y Temu significan un daño a la economía formal, por lo que en los próximos meses más trabajadores podrían perder sus empleos.

Recientemente, el Inegi dio a conocer que la tasa de desempleo en México alcanzó en el mes de mayo al 2.6 % de la población económicamente activa, lo que significa que más de 1.6 millones de personas no tienen empleo. De igual manera, se señaló que más de 32 millones de mexicanos trabajan en la informalidad, lo que significa que dichas personas no cuentan con prestaciones laborales y tampoco tienen acceso a la seguridad médica y, en muchas ocasiones, deben enfrentar largas jornadas de trabajo.

Sus bajos salarios e inestabilidad laboral los arrojarán inevitablemente a situaciones de pobreza y pobreza extrema a ellos ya sus familias.

Otro dato: en la ciudad de León, una familia de 4 miembros requiere al menos la cantidad de 20 mil pesos para afrontar los gastos cotidianos y poder tener una vida digna. 

La crisis en el sector zapatero hará que se incremente tanto el número de personas sin empleo como de trabajadores en el sector informal, lo que hará que se incremente el porcentaje de personas en condición de pobreza, que ya casi llega al 50 %.

He aquí la terrible situación por la que atraviesan millas de trabajadores de la industria del calzado en Guanajuato, para quienes la verdadera posibilidad de enfrentar con éxito la crisis que están viviendo está en su educación y organización en un auténtico movimiento social que no sólo lucha por garantizarles su fuente de empleo y buenos salarios, sino que, sobre todo, luche por acabar con la pobreza en la que viven ellos y muchos mexicanos desde hace muchos años.

Ni los sindicatos charros ni las migajas que les aviantan los tres niveles de Gobierno los sacarán de su miseria.

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