En estos días que corren, el mundo está dando vueltas apresuradamente, los medios de comunicación que antes hablaban de los malvados rusos ahora callan ante las atrocidades cometidas por el régimen israelí en contra de los palestinos. Ni Herodes se atrevió a matar a tantos niños como los que actualmente han sido asesinados.
A nivel nacional una imagen reflejó la inoperancia del actual mandatario federal que se quedó atascado en un camino debido a las afectaciones del huracán “Otis” que pegó a Guerrero dejando una gran destrucción valorada por más de 15 mil millones de dólares. Los comentaristas dicen que lo hizo sólo para la foto, aquel que antes decía que los demás hacían lo mismo. Se confirma, porque al otro día regresó al palacio nacional y a su mañanera.
Todo ello en medio de la desaparición de los fideicomisos del Poder Judicial que lo único que hace, como la desaparición de los otros, es afectar a los trabajadores de ese poder, y no se sabrá nunca hacia dónde se fue el dinero.
Aquí en Nuevo León, el gobernador a punto de cumplir dos años en el puesto y usando argumentos legales, buscó licencia para intentar ser el presidente de México, a pesar de comprometerse a no hacer lo mismo que su antecesor. A cualquier red social que entres, encontrarás una campaña del Gobernador y copiando a sus amigos del centro, comenzó a pintar algunas paredes de naranja, mientras realiza sus batallas legales para imponer un gobernador interino a modo.
Ahora que el congreso del estado le tomó la palabra y le concedió la licencia para separarse de su cargo; propone una consulta ciudadana, que al igual que en el centro busca la aprobación del público y seguir en su campaña.
Algunos políticos de la vieja política o del antiguo PRI, se han sumado sin rubor, cosa completamente normal en una democracia, sólo que lo han hecho de una forma burda, diciendo que del partido del que renuncian no estaban a gusto y que, ahora sí, toda su energía a realizar algo en beneficio del pueblo. Que no lo podían hacer libremente a pesar de que fueron diputados, senadores y hasta gobernadores de un estado.
Aquí en Nuevo León, el gobernador buscó licencia para intentar ser el presidente de México, a pesar de comprometerse a no hacer lo mismo que su antecesor.
Recién volví a leer un artículo de nuestro dirigente nacional, Aquiles Córdova Morán, cuando comentaba la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y decía que algunos de los miembros del Partido Comunista habían renunciado a él porque decían que habían perdido toda esperanza de redención; que lo único que se podía hacer es resignarse con el capitalismo y prefirieron compartir sus migajas con él.
Para verdades, el tiempo y para justicias dios, diría Cervantes: el tiempo, ese juez incorruptible nos vuelve a enseñar que no falló la teoría, sino la comprensión de la misma, y la corrupción de algunos dirigentes.
Ahora, después de más de 30 años de aquel acontecimiento histórico, vuelve a surgir Rusia, que no habla de socialismo, pero hace lo que haría un país con ese tipo de régimen.
El Partido Comunista Chino, que gobierna la gran República Popular China, está a la vanguardia en la lucha por un mundo multipolar compitiendo y superando al imperialismo dominante. El colectivo superando con creces en muchos sectores al egoísmo preconizado por el sistema dominante.
La inmensa mayoría de nuestros políticos mexicanos se ha inclinado a adorar al dios del dinero y el poder. Pueden cubrir sus trapacerías con palabras hermosas o artilugios luminosos, pero se queda en eso.
El mundo, tal como lo conocemos, puede desaparecer; los halcones siguen buscando la forma de seguir permaneciendo en la cima, bebiendo la sangre inocente y joven de todo el mundo. Sus rostros pálidos y grotescos siguen hablando de paz mientras siguen enviando armas a todo el mundo en nombre de la paz.
A los políticos mexicanos debe de quedarles claro que la oportunidad de corregir está terminando. De no hacerlo, una nueva generación debe surgir y proponer nuevas cosas si queremos que como mexicanos sigamos haciendo algo por el mundo. El dinero y el poder no se lo van a llevar a la tumba y sólo el recuerdo quedará para la posteridad.
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