La covid-19 ha obligado a todos los países del mundo a vivir situaciones más complejas. El distanciamiento social antes de la pandemia entre ricos y pobres era evidente y ahora ya no queda ninguna duda.
Pues según datos de OXFAM, la acumulación de la riqueza en manos de los más ricos no ha dejado de aumentar desde que empezó el siglo XXI. El número total de milmillonarios prácticamente se duplicó durante la década posterior a la crisis económica de 2008 y, entre 2017-2018, cada dos días surgía un nuevo milmillonario en el planeta. La desigualdad entre los más ricos y el resto de la población se debe, en parte, a los elevados y persistentes niveles de desigualdad en los ingresos.
En 2015, la mayor parte de la población mundial vivía en países donde la desigualdad de ingresos había aumentado durante los últimos 25 años. Según el World Inequality Lab, entre 1980 y 2016, el 1% más rico de la población recibió 27 centavos de cada dólar de crecimiento de los ingresos a nivel mundial, es decir, más del doble de lo que acabó en manos del 50 % más pobre. Esta desigualdad tan extrema se materializa por el hecho de que, incluso antes de la pandemia, miles de millones de personas ya vivían en una situación límite, y carecían de los recursos y el apoyo necesarios para hacer frente a la crisis económica y social generada por la covid-19.
Aterrizando en nuestro país, vemos como la situación de miles de millones de mexicanos se ha vuelto más grave, pues muchos mexicanos carecen de atención médica, falta de una vivienda digna, de agua potable, drenaje sanitario, viven sin pavimentación y, por otro lado, sufren de pobreza laboral muchos trabajadores y trabajadoras, quienes no cuentan con los mecanismos de protección social. La desigualdad económica está basada en la explotación y que solo beneficia a la clase rica y poderosa, que hunde sus raíces en el neoliberalismo económico. Este modelo económico promueve la acumulación de la riqueza en manos de los más ricos, y, por otro lado, la gran mayoría sufre en el empleo informal o el autoempleo, por lo tanto, no pueden adquirir la canasta básica y por consiguiente padecen hambre.
En fin, la pandemia no ha hecho otra cosa más que dibujar la verdadera realidad de nuestro país en tiempos de pandemia, provocado por la covid-19, donde se ve claramente que los mexicanos que menos tienen, no están recibiendo el apoyo del gobierno que aparentemente es el gobierno de los pobres, pero brilla por su ausencia… lección muy dolorosa, pero también aleccionadora para que tomemos consciencia y nos organicemos y luchemos por un nuevo amanecer.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario