Irresponsable, basta esta palabra para describir en su totalidad a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador. Pues, ¿quién en su sano juicio se presenta en público sabiendo que tiene síntomas de Covid-19? Solo él, AMLO “el mejor presidente del mundo”. Por segunda ocasión el presidente enfermó de Covid y aún así se presentó a su conferencia mañanera del 10 de enero, poniendo en riesgo a todos los periodistas y personal del Palacio Nacional y gente que estuvo cerca. Y como es su costumbre corrigió a un periodista que le cuestionó por su estado de su salud y aseguró que solo era una gripe.
Y la realidad le dio de golpes en la cara, pues resultó que sí era Covid-19 y no solo una gripe como él afirmaba. Y, ¿cómo la pasó el presidente en su recuperación? ¿Qué tratamiento médico tomó? Según sus propias palabras se trató con Paracetamol, Vaporub y miel con limón. ¿En serio? ¿Alguien se traga ese cuento? ¿Qué piensan de esto las familias de las víctimas mortales que padecieron Covid-19 y que no tuvieron a su alcance dicho remedio? ¿Seguirá actuando de manera irresponsable nuestro presidente? De verdad espero que ya cambie de parecer y enfoque su atención a la nueva ola de contagios que está atravesando nuestro país.
Pero, por si faltaba más, el pasado viernes 21 López Obrador fue sometido a un cateterismo cardiaco debido a que su equipo médico lo consideró necesario para descartar cualquier daño en su salud. Y los resultados fueron favorables. Lo malo en esto es que AMLO lanzó un mensaje afirmando que ya tiene un “testamento político” en caso de que pierda la vida. Y aquí hay que decir algunas cosas. Primera, el país no es su propiedad para que deje un testamento de cualquier tipo; segunda, afirma que ya tiene elaborado dicho testamento pero que solo se dará a conocer el día en que él deje de existir, y ¿esto qué significa? Todo apunta a que seguirá gobernando aún después del 2024 y que el proceso de revocación de mandato en solo un “show” para engañar al pueblo mexicano, y aunque en el 2024 él deje de ser presidente ya tiene todo preparado para dejarle el changarro a su predecesor, quien quiera que sea.
Pero supongamos que sus intenciones son buenas al dejar un testamento político. Ahora analicemos qué es lo que dejará en su misterioso testamento. ¿Qué nos dejará en materia de salud pública? Un sistema de salud completamente destruido con un INSABI inexistente, desabasto de medicamentos, cero apoyo para niños con cáncer, hospitales sin el equipo y personal necesario para realizar la labor adecuadamente, una crisis fatal gracias a la inacción e irresponsabilidad del gobierno mexicano ante la pandemia del Covid-19 y gracias a la falta de humanidad por parte de la 4T que hasta el día de hoy sigue cobrando vidas de inocentes, pues México ya rebasó en varias ocasiones los 50 mil contagios en 24 horas.
Su testamento nos dejará un Narco-Estado donde ahora el crimen organizado es quien patrocina elecciones y pone y quita gobernantes para hacer y deshacer a su gusto. Nos dejará 36,579 homicidios en 2020, 33,410 del 2021 y 600 solo en los primeros días del presente mes, contando a los 10 cuerpos que fueron abandonados a la puertas del Palacio de Gobierno de Zacatecas y los 9 cuerpos hallados sobre una carretera de Veracruz. Y la cifra seguirá aumentando. Asesinatos de periodistas, pues en el 2020 México quedó en segundo lugar a nivel mundial con 5 periodistas asesinados, según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), y en el 2021 ascendiendo al liderazgo como el país más peligroso del mundo para la prensa, ya que en ese año siete periodistas fueron asesinados en territorio mexicano.
Aquí no termina esto. Justo el pasado 23 de enero fue asesinada a tiros la periodista Lourdes Maldonado mientras se encontraba arriba de su automóvil afuera de su hogar en Tijuana, Baja California. En 2019 ella misma acudió a la mañanera del presidente López Obrador para solicitar su ayuda, ya que fue amenazada por el gobernador de ese entonces Jaime Bonilla López. Y exactamente cuando Lourdes Maldonado el 19 de enero gana un litigio laboral por despido injustificado en una empresa de Jaime Bonilla, días después le arrebatan la vida. ¿Este asesinato quedará impune como todos los demás?
Y es que la parte central que estará incluida en el testamento político de Andrés Manuel López Obrador, será la persecución y represión política de los morenistas contra los adversarios y desprestigiadores de la 4T. Ese es su legado. Así actúan los gobernantes de MORENA. Bastan tres ejemplos para darse cuenta de esto, el primero está en Veracruz, Cuitláhuac García quien odia y detesta a todo aquel que se atreva a cuestionar sus pésimos resultados como gobernador: periodistas, líderes sociales y población en general han sido víctimas de su represión; el segundo es Claudia Sheimbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México que manda a su policía a golpear a familias que solo solicitan ser escuchadas y que sus demandas sean resueltas; el tercer ejemplo es el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, que todavía en estos tiempos sigue peleando con Rafael Moreno Valle, fallecido en el 2018, además de ser un censurador de la prensa, tal como se los advirtió a los periodistas y organismos que denunciaron el hallazgo de un bebé muerto en el penal de San Miguel; además, Barbosa tiene una orden presidencial de exterminar a Antorcha Campesina a como dé lugar. Así las cosas.
¿Qué más nos dejará López Obrador con su testamento? Crisis económica, una inflación mayor al 7%, la más grande en 20 años, un salario mínimo que no alcanza para lo más indispensable de la canasta básica alimentaria. “Ajuste inflacionario” que pone el precio de la gasolina y el diésel por los cielos, precio del Gas LP completamente inestable. También dejará como herencia programas sociales asistencialistas que no sacan de la pobreza a nadie, además de cero posibilidades de exigir obras y servicios para pueblos y comunidades.
Y lo que más destacará, sin ninguna duda, es su tan prestigiado combate a la corrupción. Aunque parezca contradictorio su política anticorrupción sí ha tenido resultados positivos, pues ahora entendemos y nos damos cuenta quiénes son los verdaderos corruptos. Todo el mundo tiene que saber que en Morena radican los funcionarios más corruptos de nuestro país: Manuel Bartlett y sus casas y sus empresas, Pío López Obrador y sus “aportaciones voluntarias”, Felipa Obrador con sus contratos millonarios con PEMEX, Irma Eréndira Sandoval y sus cinco casas y un terreno regalados por el gobierno de AMLO, Miguel Barbosa Huerta y sus propiedades millonarias, y lo más actual: Delfina Gómez y sus financiación ilegal para Morena gracias a que les quitaba parte del sueldo a trabajadores del municipio de Texcoco cuando fue presidenta.
Y gracias a ese testamento político los mexicanos siempre recordaremos las tragedias que se han hecho presentes a consecuencia de la ineptitud del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: explosión de ductos de PEMEX en Tlahuelilpan, Hidalgo; inundación de Tabasco en el 2020 y que fue decisión del mismo presidente inundar las zonas más pobres; el “culiacanazo” del 17 de octubre del 2020; apagón masivo en México en el 2020; una pandemia fuera de control desde el 2020 a la fecha; crisis migratoria, Guardia Nacional golpeando y encarcelando a migrantes en Chiapas; inundación en Tula, Hidalgo el 2021.
Este es el testamento político que Andrés Manuel López Obrador dejará a más de 130 millones de mexicanos. Las cosas no andan bien, y si López Obrador continúa aplicando las políticas que desde un principio ha venido aplicando, las cosas en nuestro país se pondrán color de hormiga. A estas alturas de los problemas sociales que se están manifestando en México es mejor que López Obrador aplique lo que dijo: “No puedo gobernar un país en un proceso de transformación, no puedo actuar con responsabilidad”. Porque claramente no puede gobernar a nuestro país, eso lo sabemos desde el primer mes que comenzó su mandato; no puede gobernar México ni mucho menos puede aplicar una transformación con políticas totalmente erróneas y nunca actuará con responsabilidad, eso ya lo sabemos muy bien.
Termino mi sencilla opinión con esto: Nuestra Carta Magna menciona en el Artículo 84 que si el Jefe Ejecutivo llega a fallecer durante su gobierno, será el o la titular de la Segob quien tomaría el poder, mientras el Congreso nombra a un presidente interino antes de un plazo de 70 días. Esto quiere decir que el testamento político de AMLO no tiene fundamento legal, pero como es costumbre de López Obrador terminará atropellando nuestra Constitución Mexicana. Y comparto la opinión del señor abogado Javier Lozano Alarcón: “Ese testamento político vale lo mismo que las promesas del presidente: pura madre”.
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