Otra de las calamidades que no han logrado resolver quienes gobiernan bajo la Cuarta Transformación ha sido el asunto de la extorsión que proviene de la delincuencia organizada y que, sin duda, les representa grandes beneficios económicos a la mafia, donde nada los detiene, ninguna ley los frena, convirtiéndose en una medida con la que se hacen de dinero sumamente fácil.
No importa desde dónde operen, la cárcel o cualquier nación del mundo, basta una llamada telefónica para extorsionar a la gente, los acosan, los persiguen y si no cumplen los asesinan.
Los extorsionistas son los victimarios más crueles de este sexenio de la Cuarta Transformación, sin que el Gobierno, encabezado por AMLO, logre hacerles frente.
Son los victimarios más crueles que han aparecido durante este sexenio de la Cuarta Transformación, sin que dicho Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador logre hacerles frente, pues viven en una impunidad descarada que les permite navegar tanto en redes sociales como en llamadas telefónicas, donde se puede advertir que hoy los criminales andan desatados.
“Escucha bien, tenemos a tu sobrino detenido, te vamos a mandar poco a poco partes de su cuerpo si no nos entregas la cantidad de dinero que te estamos pidiendo, tú sabes si lo dejas morir”, se escucha en una de las llamadas que se hicieron por parte de los extorsionadores en México.
Del otro lado, la señora responde angustiada “Por favor, no le hagan nada, déjenme ver cómo consigo su dinero y se los entrego”.
Seguido de eso viene la amenaza más fuerte; “te tenemos detectada, si avisas a las autoridades, tu sobrino se muere o vamos y te partimos la madre, ya sabemos dónde vives así que cumple o te carga la chingada”.
De acuerdo con diversas publicaciones, la extorsión se ha convertido en los últimos años, y específicamente meses, en un problema cada vez más grave, arrojando episodios de violencia que llenan de terror al pueblo mexicano.
Desde el Senado de la República, hay quienes advierten que casos como la extorsión no dejaron de crecer a pesar del cambio de Gobierno a finales de 2018, de acuerdo con un análisis realizado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.
A nivel nacional, de enero a noviembre de 2023, se registraron 10 mil 255 víctimas de extorsión, representando un incremento del 0.80 % respecto al mismo periodo de 2022, que contabilizó 10 mil 172 víctimas del mismo delito.
Es decir, en los últimos cinco años, de 2018 a 2023, las víctimas de extorsión han ido en aumento. Por ejemplo, en 2018 se registraron seis mil 895 víctimas en este delito, según cifras registradas en los informes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), mientras que en 2019 hubo nueve mil 003, un incremento del 30.5 %.
Las entidades con el mayor número de víctimas de extorsión en los últimos cinco años fueron: Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Veracruz y Zacatecas, siendo el territorio mexiquense donde se registraron, durante ese período y de manera consecutiva, el mayor número de casos de extorsión.
Es evidente que de esa fórmula esgrimida por los criminales se da pie a las desapariciones y secuestros, donde a pesar de que se denuncia, nadie mueve un solo dedo por parte del Gobierno, tal vez pensando que se trata de asuntos que no son de su competencia o que no tienen motivo de persecución, hasta que quienes llegan a sufrir los embates de extorsión aparecen muertos.
Se debe precisar que el aumento de delitos por extorsión también se observa en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la que se indicó que durante el 2022 hubo 26.8 millones de delitos a nivel nacional, lo que representa una tasa de 28 mil 701 delitos por cada 100 mil habitantes.
Se trata, sin duda, de una figura adherida al Crimen Transnacional Organizado (CTO), con esquemas extorsivos en los países del llamado Triángulo Norte —El Salvador, Guatemala y Honduras—, así como en Colombia y México, hallando cómo las pandillas dedicadas a la extorsión, tanto como sus imitadores, están continuamente ensayando nuevas técnicas para garantizar que sus pagos sigan fluyendo.
Hace días, una mujer de avanzada edad amaneció muerta en su casa, después de que andaba consiguiendo el dinero que le exigían por dejar libre a su nieto, que supuestamente lloraba a través de la llamada que le hicieron; ella fue asesinada y su casa saqueada en la Ciudad de México, pero de ello nadie habla. Las autoridades argumentaron que se trató de un asalto, cuando la realidad fue un asunto de extorsión proveniente de quienes siguen navegando en la impunidad.
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