La historia de la sociedad en nuestro planeta ha sido dividida por etapas, o eras históricas. Iniciamos en la era primitiva, cuando los primeros seres humanos, aún un tanto parecidos a nuestros antepasados, los monos, tuvieron que vivir en manadas, buscaban refugio en las cuevas, cazaban su comida de manera conjunta, vivían en comunidad porque la sobrevivencia de la nueva especie dependía de ello.
En la era primitiva un solo humano no podía hacer frente a animales más grandes y fuertes como el mamut, o depredadores más rápidos como leones, tigres, lobos. Los hombres de la época tuvieron que emular la forma de vida de estas especies que han sobrevivido por miles de años en manadas, y así fue como el hombre primitivo pudo hacer frente a la vida en ese entonces.
La segunda etapa en la historia de la sociedad fue la era del esclavismo. Ya bien aprendida la forma de vida en comunidad, las pequeñas poblaciones o tribus de seres humanos aprendieron a explotar algunos recursos naturales como el fuego, el agua, las piedras, palos, y los utilizaron como medios de producción para obtener un bien de la tierra, de la caza de animales, de las pieles, de los mares, ríos y lagos, pero al mismo tiempo se dieron cuenta de que no solo los recursos naturales podían ser explotados, también empezaron a explotar a otras especies de animales, como los caballos, vacas, borregos, perros; y también descubrieron la explotación de los de su misma especie, los seres humanos.
Así fue como nació el sistema esclavista, en el que un ser humano podía adueñarse de la vida de otros por medio de la fuerza porque no había otra manera más que explotarlos para hacer trabajos sin paga alguna, más que la alimentación y un lugar donde pudieran dormir, descansar y recobrar sus fuerzas para la siguiente jornada laboral. La explotación del hombre por el hombre fue la forma más eficaz de conseguir mayores ganancias para las tribus más fuertes, pueblos o colonias.
La tercera etapa en la historia de sociedad humana fue la era feudal, en la que los seres humanos ya no pertenecían al 100 por ciento a una persona, ahora eran libres de trabajar la tierra, pero con la condición de entregar parte de sus productos al señor feudal, dueño de las tierras, y a la iglesia. Aunque parecía una forma de libertad, el campesino seguía explotado, lo señores feudales hacían que se endeudara de una manera tal que ni con trabajar toda su vida podría pagarle y librarse del compromiso para trabajar para él. Esa era una nueva forma de explotación. Aquí también tomaron su papel las guerras de conquistas de otros pueblos, de otros países, para adueñarse de los recursos naturales de los mismos, recursos humanos y poder venderle a la fuerza los productos del país o pueblo explotador.
Por último, en la etapa social en la que nos encontramos actualmente, es la etapa capitalista o el sistema de mercado. En un video publicado en la página Ecoador Ecología, llamado La Historia de las cosas, Annie Leonard, conductora e investigadora, explica, de una manera muy gráfica, el sistema de explotación de los recursos naturales, bosques, montañas, ríos y mares, aire., en el que el afán de mayores riquezas de las grandes empresas y de los gobiernos del mundo entero, como servidores de los dueños del dinero, o sea, de los multimillonarios del mundo, provoca que éstos exploten de manera irracional, sin control ni medida, ni restricciones de parte de institución alguna, la flora y la fauna en el planeta tierra.
Estamos en la era del consumo, en la que, por la vía de los medios de comunicación masiva, tv, radio, internet, se convierte a los seres humanos en consumidores de todo tipo de productos para satisfacer necesidades que no se tienen, en su gran mayoría. La raza humana pudo sobrevivir por miles de años sin productos químicos de belleza, sin productos plásticos como los que ahora conocemos y somos incapaces de dejar de utilizar, como los desechables, que son útiles por un momento pero que se desechan de manera inmediata como los envases de jugos, refrescos, bolsas plásticas, envolturas, productos plásticos que van directo a la basura, misma que desemboca en grandes extensiones de terreno habilitados para eso, donde muchas de las veces se entierran, se queman, o se desechan muchos de los líquidos en afluentes de ríos y mares, provocando una contaminación a gran escala que afecta al planeta entero y a todas las especies que en él habitamos.
La sociedad del consumo no sólo destruye el habitad y los recursos naturales, sino que acaba con la vida humana; estamos cavando nuestra propia tumba, como dijera alguien por ahí.
En el afán de producir más y a menores costos posibles para vender más y más barato, las empresas y los gobiernos han dejado de regular la producción y sus formas, o sea, ya no revisan la calidad de los productos, si son naturales o son puros químicos, como en el caso de algunas marcas de leche que se venden en el mercado y que ya no se sabe si realmente es el producto del animal o es una mezcla química realizada con el mismo color, textura y sabor a la leche. En el video se comenta que el producto con más químicos que se transmite de una persona a otra, como alimento, es la leche materna.
Realmente es una tragedia lo que sucede en nuestro planeta, mira que darle como primer alimento de vida a un recién nacido, a tu propio hijo, una cantidad elevada de químicos, lo cual produce en ellos un desbalance natural en su organismo y sus consecuencias, como el cáncer infantil, diabetes en edades tempranas, fallas renales, pero todo esto pasa por alto por las instituciones encargadas de regular dichos productos.
Los gobiernos del mundo se han convertido en simples servidores del capital, no regulan la cantidad de químicos en los productos, no regulan la contaminación en todas sus vertientes, ni mucho menos regulan la explotación de los recursos naturales, y, sobre todo, la explotación laboral, que en última instancia es la que genera la mayor riqueza, pues sin el trabajo del hombre no es posible producir nada. Sin obreros, el empresario, aunque tenga montañas de dinero, no puede producir más, por fuerza debe existir alguien que produzca, que mueva las máquinas, que corte las telas, que perfore los pozos, las minas, que saque el producto de los mares, que maneje los camiones, que abra los negocios; el trabajador es a quien más se le carga la mano, pero se le paga una miseria, se le mata de hambre y se le hace trabajar más del tiempo legal, con tal de que el producto final sea más competitivo en el mercado.
El sistema del cual habla el video “La historia de las cosas”, se llama sistema capitalista, y como dice la propia conductora, no es un sistema que haya llegado para quedarse, pues así nos los quieren hacer entender los poderosos del mundo, que son esos mismo multimillonarios, que gracias a la explotación de los recursos naturales y recursos humanos, han condenado a la humanidad y todas las demás especies a desaparecer junto con todo el planeta, de seguir por la misma vía de producción y consumos desenfrenados.
La investigadora del video nos dice que el gobierno debe ser del pueblo porque es la única manera en que se puede detener a las grandes empresas.
En la historia de la humanidad se nos dijo que después del esclavismo y el feudalismo, se instauró la democracia, o sea, el gobierno del pueblo, pero como todo en este sistema, es una mentira más de los explotadores del mundo. El video plantea que debemos de rescatar al gobierno, que sea un verdadero gobierno del pueblo, y que éste se encargue de regular la explotación, de manera adecuada, pues estamos de acuerdo en que no puede dejar de producirse, pero sí podemos regular más y mejor dicha producción, para no acabarnos el único planeta que tenemos. Debemos luchar por un nuevo sistema político y económico, que le sirva a la humanidad entera y no solo a unos cuantos, pues de lo contrario pereceremos como especie, así como hemos hecho perecer a muchas otras en nuestro planeta.
El sistema capitalista no es eterno, tiene un ciclo de vida, como todo en este mundo, y la descomposición social, la brecha cada día más ancha entre ricos y pobres, la sobre explotación de los recursos naturales y las reacciones del planeta a dicho daño, son muestras claras de que el sistema ya caducó y urge uno nuevo, llámesele como quiere llamársele, un sistema más responsable con la humanidad y la naturaleza, y los que somos mayoría en este mundo debemos luchar para conseguirlo, así como lo han venido haciendo otros países en el mundo, como China, Rusia, Cuba, Corea, etc., que por atreverse a ponerle un freno al sistema capitalista, regular la explotación y concentración de la riqueza generada, han sido atacados vilmente por los principales representantes del capital, Estados Unidos de América y sus aliados en la OTAN. El pueblo de todo el mundo debe exigir a estos explotadores un cese inmediato a sus acciones en contra de la humanidad y del planeta entero, de lo contrario será demasiado tarde.
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