Han transcurrido ya dos años de Gobierno del partido Morena en Hidalgo. En la campaña previa, como en muchos lugares a nivel nacional, se pregonó que Morena regeneraría Hidalgo, que las cosas cambiarían en favor de los más pobres, que por fin los olvidados de siempre serían escuchados y resueltos sus problemas más sentidos.
Sin embargo, tras dos años de Gobierno, la situación no ha cambiado. Continúan y se han ahondado las carencias de salud, empleo digno y bien remunerado, la falta de servicios básicos y, sobre todo, se ha estancado y deteriorado la infraestructura carretera, dificultando el acceso a comunidades indígenas en la Sierra Otomí, la Huasteca hidalguense, entre otras regiones.
A pesar de los anuncios millonarios y promesas de campaña, la falta de inversión real ha dejado en el olvido a las comunidades más vulnerables, dificultando su desarrollo y bienestar.
En nuestro estado, las carreteras se encuentran en un estado deplorable, reflejando la falta de inversión gubernamental y la falta de priorización de la seguridad y el desarrollo. La semana pasada se evidenció esta situación debido a las lluvias.
Por ejemplo, habitantes de comunidades que comprenden al libramiento Tres Huastecas-Ma Ixtlahuatempa piden al Gobierno de Hidalgo que realice la reparación de esta vía ubicada a sólo metros del entronque a la comunidad de Buena Vista, en donde desde hace seis años se dañaron alrededor de cincuenta metros de un carril, y así permanece desde entonces.
Además, desde hace dos años se generó un socavón por las lluvias en el tramo Huejutla-San Felipe, entre la comunidad de Tepexititla y La Curva Tlaltzintla de la demarcación Huejutla, en donde presuntamente ya han ocurrido tres accidentes. Hasta la fecha, no hay informes por parte del Gobierno estatal.
Los derrumbes también son frecuentes. Este viernes 27 de septiembre se registró un derrumbe en la carretera estatal Molango-Xochicoatlán, a la altura del km 0+500, el cual bloquea ambos carriles en una extensión de aproximadamente treinta metros, con un volumen estimado de mil 500 metros cúbicos, lo que ocasionó el bloqueo total de la vialidad que comunica a ambos municipios.
Una vez más, permanecieron incomunicadas estas comunidades, exponiéndose a que, ante una urgencia médica, peligre la vida del afectado debido a la falta de servicios médicos locales y la imposibilidad de acudir a las ciudades cercanas, como ya ha ocurrido en diversas ocasiones.
En las visitas de “La Ruta de la Transformación” por la Sierra Otomí Tepehua, en el municipio de Huehuetla, uno de los más pobres del país y del estado, se anunciaron inversiones millonarias en materia de caminos e infraestructura carretera, que es, entre otras, una de las carencias más graves que padece la mayoría de la población.
Decenas de comunidades grandes y pequeñas (alrededor de cincuenta y cinco) padecen del aislamiento a consecuencia del mal estado de los caminos, en su mayoría de terracería, por falta de mantenimiento o a consecuencia de los derrumbes que provocaron las intensas lluvias.
Para recorrer distancias que van de los treinta a cincuenta kilómetros, hay que emplear hasta dos o tres horas.
Sólo en materia de caminos y carreteras hay que subrayar que la mala calidad de las pocas obras realizadas, la falta de mantenimiento y las fuertes lluvias que se registran año con año en toda esta región.
A pesar de que recientemente se reencarpetó un tramo de alrededor de apenas ocho a diez kilómetros, siguen existiendo puntos críticos en los tramos El Xhindó-San Clemente y en el del Crucero de San Antonio el Grande-Acuautla, mismos en los que de no invertirse recursos en obras de pavimentación, muros de contención, obras pluviales y de drenaje, se corre el riesgo de que colapsen y se vea interrumpido el tráfico vehicular, de personas y mercancías, que a nadie conviene y que seguramente tampoco se desea.
Situación similar encontramos en los tramos: crucero de Acuautla-La Esperanza I-San Andrés-San Esteban-Juntas Chicas-San Lorenzo Achiotepec. Igual ocurre con el tramo Acuautla-San Gregorio-San Ambrosio-San Francisco-Juntas Chicas. También aquí, la falta de mantenimiento en los escasos kilómetros (tres a cuatro) pavimentados está acabando con el asfalto o concreto hidráulico.
Esta situación tan deplorable en que se encuentra la infraestructura carretera del municipio desde hace décadas requiere de la inversión de millones de pesos del erario público que se obtienen a través de los impuestos que pagamos los ciudadanos.
No basta con declarar, no basta con anunciar —para impactar a los oyentes— fuertes inversiones, es necesario pasar a los hechos concretos.
Tampoco, a nivel federal, se resuelve esta problemática. Según datos oficiales, en el sexenio 2018-2024 se invirtieron 227 mil 878 millones de pesos en 555 obras viales con una cobertura total de siete mil 977 kilómetros, es decir, apenas 28 mil 500 pesos por kilómetro, cantidad insuficiente para acondicionar 52 mil kilómetros de vías federales, cuya mayoría presenta grave deterioro.
Basta de seguir construyendo obras de relumbrón para atraer votos. Es urgente y necesario hacer realidad el eslogan de campaña de la 4T de “primero los pobres” e invertir en serio en las zonas más pobres y marginadas como el municipio de Huehuetla.
El Movimiento Antorchista en Hidalgo, desde el inicio de la actual administración, ha enarbolado esta demanda en incontables ocasiones, a pesar de que la respuesta del Gobierno estatal morenista ha sido una actitud de rechazo a las organizaciones sociales, a quienes se trata de borrar e intimidar con porros y represión policial, como en la última marcha realizada en el segundo informe de Gobierno.
Los antorchistas de Hidalgo seguiremos insistiendo y luchando por la solución de esta problemática y la atención de las carencias que aquejan a los hidalguenses más humildes.
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