La pandemia por covid-19 ha afectado a todas las familias mexicanas, en la economía para la adquisición de la canasta básica, etc. y, si hablamos de la educación ¿qué hay con ello?
Los cierres de escuelas provocados por la covid-19 afectaron directamente a los niños y las niñas porque no todos tuvieron las oportunidades, las herramientas o el acceso necesarios para seguir aprendiendo desde casa durante la pandemia.
Todas aquellos niños y jóvenes que viven en las zonas rurales las cuales no cuentan con energía eléctrica para tomar sus clases desde un aparato electrónico o televisión fueron los principales motivos por los cuales los estudiantes se vieron obligados a abandonar sus estudios.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5.2 millones de niños, adolescentes y jóvenes entre los 3 y los 29 años de edad, no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021 por motivos económicos y por causas de la covid-19.
Ahora bien, de esos 5.2 millones, 3 millones pertenecen a educación básica, y de esos 3 millones, 1.3 abandonó la escuela a causa de covid-19 y 1.6 por falta de recursos económicos. Además de esos 5.2 millones que tampoco terminaron el ciclo escolar 2019-2020, 3.6 millones no se inscribieron al ciclo siguiente porque tenían que trabajar.
Desde principios de esta terrible situación se vio necesaria la intervención del gobierno o de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que implementaran un plan en el que los jóvenes se vieran apoyados y no obligados a dejar sus estudios, una de sus ´´magnificas´´ ideas para apoyar la educación en nuestro país fue el programa ´´Aprende en casa´´ en el cual, la mayoría de la población afirmó que fue un rotundo fracaso, y así fue, pues este programa solo vino afectando más la economía de las familias que menos recursos tienen.
“Siendo honestos, la estrategia a distancia de la SEP no funcionó como se pensó y menos como se justificó; fue un fracaso para las familias con mayores limitaciones, y la programación de “Aprende en Casa” no puede tomarse como referencia de lo aprendido en este periodo”, señaló el especialista de la organización Mexicanos Primero.
La mayoría de los jóvenes que abandonaron sus estudios optaron por terminar trabajando para el sustento de sus familias o simplemente para seguir sobreviviendo antes y después de la pandemia; el cierre de las escuelas no solo sería una interrupción temporal en sus estudios, sino el fin absoluto de su educación.
Es tiempo de exigir al gobierno nuestro derecho como ciudadanos, el derecho a la educación que se tiene que impartir y respetar, no simplemente dejar volar en el aire esta ley.
La educación debería y debe de ser el primer problema a tratar y resolver por parte del Gobierno morenista, es tiempo de crear un plan de recuperación de forma inmediata para que todos aquellos niños los cuales se vieron obligados a dejar sus estudios recuperen pronto la oportunidad de volver a continuar con su educación, pues las consecuencias de dejar la escuela sin concluir sus estudios es un fuerte impacto para el resto de sus vidas. No se trata de volver a la normalidad y fingir que todo sigue igual, o que nada malo ha pasado, es necesario la reconstrucción de mejores sistemas educativos, uno en que los jóvenes tengan mejores oportunidades, un sistema en que la educación sea igualitaria para los niños de bajos recursos.
Es importante reforzar el sistema de educación pública, buscar a cada uno de los niños y jóvenes que se vieron afectados ante esta situación, invitarlos y apoyarlos para que continúen y no dejen a la deriva sus estudios.
Si queremos un mejor México una juventud formada de diferente manera y que se preocupe no solo por sus problemas individuales sino también por los problemas que existen dentro de toda la sociedad y de todo nuestro país siempre será necesario que la juventud estudie y se prepare, de lo contrario, esto afectará su desarrollo, limitará sus oportunidades laborales, incluso aumentará la desigualdad social.
Exhorto a la juventud mexicana a organizarse y exigir sus derechos, levantemos la voz y hagamos que nuestros derechos sean respetados, exijamos mejores condiciones educativas en nuestro país, un mayor apoyo en becas y sobre todo una mayor inversión en la infraestructura de nuestras escuelas.
Alcemos la voz y luchemos juntos de la mano de la FNERRR.
Por una educación democrática, crítica, científica y popular.
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