MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El loco afán de ganancia contra China

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Lo que está sucediendo ahora mismo con la República Popular de China nos muestra qué es lo que podría suceder a México si los mexicanos decidimos, de una vez por todas, hacer de la nuestra una nación grande y poderosa: los vecinos del norte nos exigirían detener nuestro intento y seguir siendo un país débil, dependiente de ellos, y nos amenazarían con sus armas. 

Además, le dirían al planeta que el progreso de México "distorsiona" los precios en todo el mundo (claro, los que el mismo imperio establece), que nuestro avance también distorsionaría los patrones de producción (que mantienen a los capitalistas inmensamente ricos, consistentes en la apropiación de la plusvalía equivalente al 99 % de la riqueza generada por un obrero en un día y el 1 % o menos para pagar, en forma de salario, el consumo de su fuerza de trabajo en ese día, es decir, un patrón de producción basado en la esclavitud, disfrazada de libertad).

Y, para colmo, le dirían al mundo que nuestro intento de acabar con la pobreza en nuestro territorio "perjudica" ni más ni menos que a los demás trabajadores del mundo. ¡Habrase visto!

Eso es precisamente lo que está intentando hacer Estados Unidos con la gran República Socialista Asiática. Suena inverosímil, pero de ese tamaño es la locura gringa. En aras de ser sólo ellos quienes controlen el mundo e impedir que haya muchos polos de desarrollo que garanticen a muchas naciones mejorar las condiciones de vida de sus pueblos, el imperio estadounidense ha llegado al absurdo de pedir a China que detenga su admirable crecimiento.

Tal cual se escucha: Es como imaginar que Rocky ruega a sus adversarios que no entrenen ni se fortalezcan antes del combate.

"El exceso de capacidad de China distorsiona los precios globales y los patrones de producción y perjudica a las empresas y trabajadores estadounidenses, así como a las empresas y trabajadores de todo el mundo", afirmó el Departamento del Tesoro yanqui en un reciente comunicado, según Canal 6 TV (2 de abril). Estados Unidos ha perdido toda noción de dignidad.

Si los mexicanos llegáramos a decidirnos construir un país sin pobreza, en ese camino de progreso obligatoriamente tendríamos que aplicar políticas comerciales más justas con todos los países del mundo, incluidos Estados Unidos, nuestras prácticas económicas tendrían que ser de intercambios equitativos, y de reparto de la riqueza social igualmente equitativo (no igualitario, que no es lo mismo).

Para quienes basan sus políticas comerciales en el robo, la guerra, la rapiña, las sanciones y castigos, los bloqueos económicos, la amenaza y la conquista, esas políticas comerciales y prácticas económicas honestas serían un peligro.

Eso fue lo que dijo el presidente Biden: “…expresó su preocupación por las políticas comerciales desleales de China y sus prácticas económicas, que perjudican a los trabajadores y a las familias estadounidenses” (Actualidad RT, 2 de abril de 2024). Eso le dice el Tío Sam a quien sacó de la pobreza a la inmensa mayoría de su gente.

De ganar de nuevo su agresión, el imperio se le irá encima con todo a todos los países del mundo para esclavizarnos aún más. Así, por lejano que parezca, la suerte de México y de todos los países que aspiran al desarrollo se está jugando hoy en China.

Por ello, declaramos nuestra solidaridad con China por dos razones. Primero, porque nos alegra que esa inmensa nación tenga tan notables éxitos en su lucha contra la pobreza: al menos 800 millones de chinos han salido de ella en cuatro décadas, como todo el mundo reconoce.

Segundo, porque de salir triunfante contra la agresión estadounidense, el impacto será inmensamente beneficioso para toda la Tierra y en ella habitamos, desde luego, los mexicanos.

No hay duda: las propuestas chinas de construir un mundo con desarrollo multipolar nos jalan hacia un futuro más prometedor, responden a nuestros propios anhelos y a los de todos los pueblos del orbe: las propuestas del capitalismo estadounidense nos jalan hacia la autodestrucción del género humano, responden a la locura del afán por la ganancia de las clases burguesas a costa de lo que sea.

El presidente chino Xi Jinping respondió así al ataque imperial:

“Si la parte estadounidense está dispuesta a llevar a cabo una cooperación mutuamente beneficiosa [...] la puerta de China está siempre abierta, pero si la parte estadounidense está decidida a suprimir el desarrollo tecnológico de China y a privar a China de su legítimo derecho al desarrollo, no nos quedaremos de brazos cruzados" (Idem).

Los mexicanos también tenemos derecho al desarrollo, ese derecho se conquista, se gana como resultado de una ardua batalla, pero nunca se ganará si ante la amenaza que hoy pende sobre el mundo entero nos cruzamos de brazos y quedamos pasivos y callados.

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