MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El impacto humano y social de la migración

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La migración es un fenómeno que ha evolucionado a lo largo de la historia. En tiempos remotos, los seres humanos se desplazaban libremente por el mundo; no existían las fronteras, sólo la necesidad de satisfacer las condiciones de vida que tenían. 

La migración ha sido una constante en la humanidad y ha contribuido a la formación de sociedades diversas y ricas en términos culturales y económicos. En los tiempos modernos, la migración ha sido impulsada por una diversidad de factores, algunos similares a los del pasado, como las fluctuaciones en el clima y los desastres naturales que han obligado a las personas a abandonar sus hogares en busca de lugares más seguros y habitables. También los conflictos armados, la persecución y la inestabilidad políticas de un país en concreto.

Pero principalmente, se da por la urgencia de buscar una mejor calidad de vida que permita cambiar su situación económica y que garantice, como en el pasado, mejorar su situación dentro de la sociedad en la que ahora nos toca vivir.

Lamentablemente, muchas personas migran debido a la falta de oportunidades económicas en sus países de origen. Esto tiene una explicación más profunda, y de la que los gobiernos no quieren aceptar su responsabilidad, ya que los exhibe como incapaces de garantizar suficientes empleos de calidad y el pago de salarios suficientes.

La falta de acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica, y una economía poco desarrollada. Es importante destacar que estas razones históricas de migración a menudo se superponen y se ven influenciadas por factores políticos, económicos, sociales y culturales específicos de cada período histórico y región.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2020 se estimaba que había más de 280 millones de migrantes internacionales en todo el mundo. Esto incluye tanto migrantes económicos como refugiados y solicitantes de asilo.

En el tema de los desplazados y refugiados, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estimaba a finales de 2020 que había alrededor de 26 millones de refugiados y 48 millones de desplazados en todo el mundo debido a conflictos armados y persecución.

En 2020, el número de migrantes internacionales que residían en un país distinto al de su nacimiento alcanzó la cifra de 272 millones en todo el mundo, frente a los 258 millones de 2017. De estos, 164 millones son trabajadores migrantes. Se estima que hay 38 millones de niños migrantes y tres de cada cuatro están entre los 20 y 64 años en edad de trabajar.

Asia acoge alrededor del 31 por ciento de la población migrante internacional, mientras que el dato para el resto de los continentes se reparte así: Europa 30 por ciento; las Américas 26 por ciento; África 10 por ciento; y Oceanía 3 por ciento.

El problema migratorio de nuestro país no es una excepción. También padecemos esta situación que sufren otros países. Nuestros connacionales deben salir de México en busca de una mejor alternativa de vida, donde su trabajo sea mejor remunerado y les permita enviar remesas a sus familiares para mejorar sus condiciones materiales de vida.

México no sólo es un país de tránsito y destino de migrantes que vienen de distintas partes del mundo, sino que también es un país del que parten miles de mexicanos, principalmente hacia los Estados Unidos. A lo largo de su historia, se han presentado diferentes oleadas de inmigrantes, algunas de ellas por razones políticas, como argentinos y chilenos en los años setenta.

En la década de los años ochenta, la frontera entre Estados Unidos y México era significativamente activa en las zonas que conectan a San Diego y Tijuana, El Paso y Juárez, Laredo y Nuevo Laredo. Para el año 1986, el 85 por ciento de los migrantes indocumentados cruzaba por estos puntos. 

Sin embargo, el incremento de los controles de la patrulla fronteriza desvió el flujo de migrantes hacia rutas nuevas pero más peligrosas, obligándolos a cruzar por Arizona, Texas y Nuevo México. Esto provocó protestas en las nuevas ciudades de tránsito que no estaban acostumbradas a la presencia de migrantes. La intolerancia hacia los migrantes, combinada con una mayor vigilancia fronteriza hizo que los migrantes buscaran rutas cada vez más remotas y peligrosas para evitar la detección por parte de las autoridades.

En lugar de ver la migración como una amenaza, debería considerarse una oportunidad para enriquecer sociedades, pues los migrantes a menudo están dispuestos a trabajar duro y contribuir a sus nuevas comunidades de maneras significativas.

Hoy en día, más de 8 mil personas originarias de distintos países llegan diariamente a la frontera sur de México para intentar alcanzar el sueño "americano" y transitan por el territorio nacional hacia la frontera norte de México. Esto ha originado una crisis migratoria que incomoda al vecino país del norte.

El gobierno, a través del Instituto Nacional de Migración (INM), ha tomado algunas medidas para tratar de frenar el flujo de migrantes hacia los Estados Unidos, como la creación de puntos estratégicos para tratar de disuadir y "rescatar" a los migrantes que, en un intento desesperado por llegar a tierras estadounidenses, saltan a los trenes de carga, causando graves accidentes que en ocasiones terminan con la pérdida de vidas humanas. 

Datos del INM estiman que se ha detenido a alrededor de 9 mil migrantes y se ha tenido una media de diaria de 6 mil 125 de enero a agosto. Se ha detenido a más de un millón de ellos, de los que se han deportado a sus países de origen a más de 788 mil.

La migración de mexicanos hacia Estados Unidos es un fenómeno importante y de larga data que ha tenido un impacto significativo en ambos países. A medida que Estados Unidos intensifica sus esfuerzos para detener la migración en la frontera, México se enfrenta al desafío de proporcionar refugio y alimentos a miles de migrantes desesperados.

Las políticas fronterizas recientes, que son complicadas y nuevas, han reducido significativamente la cantidad de migrantes que logran cruzar a Estados Unidos, alcanzando los niveles más bajos desde que asumió la Presidencia Joe Biden. Sin embargo, estas medidas han generado un problema grave a lo largo de la frontera norte de México.

Desde Tijuana hasta Reynosa, hay decenas de miles de migrantes frustrados que están atrapados en albergues abarrotados. El tema de la migración en Estados Unidos sigue siendo relevante y es un tema recurrente en los discursos de los políticos durante sus campañas electorales y apariciones públicas. Esto es especialmente evidente en los estados del sur, donde la migración a menudo se percibe como un problema con connotaciones de "invasión" que debe abordarse a toda costa.

La falta de garantías para la permanencia de los ciudadanos en sus países de origen y la consiguiente migración hacia otros países es un tema pendiente dentro de la agenda política de los países con mayor índice de migración.

La migración es una manifestación de la búsqueda innata de los seres humanos de una vida mejor, de la esperanza por un futuro más prometedor para ellos y sus familias. En lugar de verla como una amenaza, deberíamos considerarla como una oportunidad para enriquecer nuestras sociedades. Las personas que emigran a menudo están dispuestas a trabajar duro y contribuir a sus nuevas comunidades de maneras significativas.

Las principales causas de la migración mexicana hacia Estados Unidos incluyen la búsqueda de mejores oportunidades económicas. Históricamente, la migración ha sido alimentada por la falta de solución al problema laboral y salarial en México; la demanda de mano de obra en sectores como la agricultura, la construcción y la industria en el país vecino se presenta como una oportunidad para cambiar el estatus económico del migrante.

López Obrador no ha sido capaz de garantizar seguridad económica y, además de eso, la violencia y la inseguridad en algunas regiones de México han influido en la decisión de las personas a huir en busca de seguridad y protección.

Desde una perspectiva social, debemos recordar que los migrantes son seres humanos que han tenido que dejar atrás sus hogares, familias y todo lo que les es familiar debido a circunstancias difíciles. La emigración a menudo se ve impulsada por la necesidad y la desesperación, y las personas migrantes a menudo enfrentan peligros significativos en su viaje.

En lugar de cerrar nuestras fronteras y adoptar políticas restrictivas, deberíamos considerar cómo podemos crear sistemas que faciliten la integración de los migrantes en nuestras sociedades. Esto incluye proporcionar oportunidades de empleo, acceso a la educación y atención médica, así como apoyo para superar barreras culturales y lingüísticas. Al hacerlo, podemos aprovechar la diversidad y el talento que los migrantes traen consigo, lo que puede enriquecer nuestras comunidades y fomentar el entendimiento intercultural.

El problema de la migración se debe abordar como una crisis que se debe combatir de manera efectiva y humanitaria, y para ello hace falta que los gobiernos se preocupen por garantizar bienestar social en la salud, la vivienda, la seguridad, la creación de empleos y mejores salarios.

Solo así, en algún momento de la historia, el ser humano no tendrá la necesidad de salir de su tierra de origen; sólo si se garantiza lo antes dicho. Mientras tanto, seguiremos siendo un país que no sólo es paso de migrantes, sino que también nos sumamos a las enormes cifras de seres humanos que tienen que salir por necesidad, porque en México no hay la garantía de una vida mejor.

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