A diferencia de los que únicamente están para aplaudir todo lo que dice y hace el presidente Andrés Manuel López Obrador o aprobar incondicionalmente todas sus iniciativas, entre los que se encuentran en primer lugar, sin ninguna duda, los que conforman la aplastante mayoría morenista de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, muchos mexicanos medianamente informados, desde un principio nos dimos cuenta de que las conferencias de prensa mañaneras de AMLO no se tratan de un ejercicio serio de comunicación gubernamental, sino, de un medio propagandístico en favor del partido en el poder.
Destacados columnistas nacionales e internacionales señalan que en las mañaneras del presidente no se busca convencer a la sociedad sobre la conveniencia de las decisiones del presidente mediante el uso de argumentos y datos veraces. Si el presidente considerara a los medios interlocutores legítimos, las conferencias serían un ejercicio de rendición de cuentas y servirían a las necesidades de acceso a información de los ciudadanos. Pero esos propósitos no son los que animan a AMLO. Los constantes ataques del presidente a los medios de comunicación revelan que no los valora como un interlocutor legítimo, sino como mero instrumento para difundir sus afirmaciones.
Considero que a estas alturas, no solo para los que no estamos de acuerdo con el proyecto morenista, sino incluso buena parte de los 30 millones de electores que votaron por Morena ha quedado claro y evidente que las conferencias matutinas de López Obrador han sido un eficaz instrumento para golpear o regresar el golpe y neutralizar a sus críticos. Además de silenciar a las voces que denomina conservadoras, también ha invisibilizado a las que no pretenden derrocarlo ni que su gobierno fracase, sino que buscan que se concrete el cambio que prometió en su campaña.
De esta manera, no es sorpresivo que a través de diferentes medios de comunicación de mayor circulación y en redes sociales, una de las seguidoras de mayor perfil de Andrés Manuel López Obrador, haya reavivado en estos días la polémica sobre la utilidad y los fines propagandísticos de las ruedas de prensa diarias del presidente mexicano, conocidas como "mañaneras". La amiga de AMLO calificó de "abuso del poder" que periodistas "vayan todas las madrugadas a hacer preguntas a modo". Reveló que uno de los consejos que le daría a López Obrador seria: "Señor Presidente, ya párele con las mañaneras ¿Acaso no se da cuenta que hay un hartazgo nacional?".
En mi opinión, las declaraciones de la amiga del presidente confirman lo acertado de los señalamientos de los críticos de AMLO y Morena. Asimismo con lo que confiesa la seguidora de López Obrador de que el presidente "no le hace caso a nadie" y "ahora es sumamente más difícil acercársele, verlo y hablar con él", implica que no es gratuito el señalamiento de que el mandatario federal carece de una mínima flexibilidad para escuchar hasta a sus propios seguidores y mucho menos corregir sus errores pues, ello implicaría reconocer que todo su proyecto morenista es un desastre.
Estamos en plena precampaña electoral, a pocos días de la campaña y a escasos meses de las elecciones de 2021 para renovar 500 diputados del Congreso de la Unión, además de 15 gubernaturas y un considerable número de Ayuntamientos. Pero los expertos advierten que es notoria la intervención de López Obrador en esta contienda, que tanto criticó como opositor. Hoy como presidente parece replicarla, lo cual viola los principios establecidos en la Constitución, vicios y errores del antiguo régimen por el cual votó el pueblo de México, además de las prácticas de corrupción. Por lo que, los mexicanos de conciencia limpia tenemos la obligación de votar organizadamente para evitar que en nuestro país se repita el hartazgo que tanto repudiamos. ¡Votemos en contra de AMLO y Morena el próximo 6 de junio!
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