A finales del mes de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciaba el regreso a clases a partir del día 7 de junio (un día después de las elecciones), en varias entidades del país, argumentando que ya se han vacunado maestros y maestras en el territorio nacional; al mismo tiempo que dijo “se van cumpliendo con todos los protocolos sanitarios” y puso como ejemplo a la Ciudad de México, que regresaría a clases presenciales.
A los quince días, contados a partir del 4 de junio; los medios de comunicación anunciaron, el regreso a semáforo amarillo y las clases presenciales tuvieron que suspenderse nuevamente. Durante este período, la jefa de gobierno, dijo que el número de personas hospitalizadas y defunciones se mantuvo en el mismo nivel desde que había pasado a semáforo verde, sin embargo, respetaría la decisión de la autoridad federal. El número de contagios pudo aumentar, de haber continuado las clases, pues ya sumaban ocho contagios de alumnos en las escuelas.
En su mensaje de la octava sesión del Consejo Técnico Escolar, la secretaria Delfina Gómez, manifestó que, gracias a la participación de la Secretaría de Salud, de Bienestar Social y de Seguridad, los docentes ya se encuentran vacunados, que existe comunicación con autoridades estatales y municipales sanitarias, “representantes magisteriales”, madres y padres de familia, y dijo ya se dio a la bienvenida a los alumnos que regresaron a las escuelas en las entidades con semáforo verde, tomando las debidas medidas de seguridad e higiene.
El empeño de las autoridades federales por decir que los alumnos pueden ya regresar a las aulas antes de concluya este ciclo escolar, se vuelve una total gansada. En primer lugar, porque el gobierno de la República no ha preparado un plan más detallado para un regreso seguro a clases presenciales, decir que se mantiene un constante diálogo con los integrantes de la comunidad escolar es una total mentira. En segundo lugar, porque las autoridades escolares no han levantado censo de las escuelas públicas que se encuentran vandalizadas y que requieren mantenimiento para preparar el regreso. En tercer lugar, porque los padres y sobre todo los alumnos, no han sido vacunados.
En este país, quienes están preparados y listos para un regreso a clases, son, en su mayoría, los colegios particulares que (por lo menos) cuentan con todos los recursos necesarios para garantizar la salud de alumnos y maestros; en Querétaro, por ejemplo, han solicitado a la autoridad local, cerca de 290 planteles, la revisión de sus protocolos para un regreso paulatino a sus aulas.
Las escuelas públicas se encuentran lejos de esto, y lo que se requiere es que el Gobierno federal, en coordinación con los estatales, enfoque todos los recursos necesarios para diseñar un programa ambicioso que permita garantizar, con la remodelación de infraestructura o equipamiento de las herramientas necesarias para recibir a todos los alumnos de escuelas públicas en el país, así como su vacunación inmediata, recibirlos y prevenir una ola masiva de contagios.
La educación de los mexicanos en esta pandemia se ha visto mermada por la falta de sensibilidad de López Obrador y su gobierno de cuarta, pareciera que prefiere mantener un pueblo ignorante y sumiso.
Tampoco él entiende el concepto de sociedad, cuando dice que el pueblo pobre debe estar incluido, puesto que no resuelve los problemas de educación que tiene, no garantiza su salud, no le da empleo y mucho menos mantiene el mínimo respeto por quienes ante la falta de oportunidades luchan día a día por tener un ingreso para sus familias.
Se le olvida que en este sistema económico en el que vivimos, existe una lucha de clases entre explotados y explotadores; estos últimos serán siempre los que busquen mantenerse en el poder, para ello es necesario un pueblo que ignore su condición de clase y le impida organizarse para luchar y corregir esta sociedad tan desigual.
Por eso el regreso a clases tan espontáneo se convirtió en un verdadero fracaso, ¿de verdad Morena y López Obrador están interesados en la educación y en la salud de los mexicanos?, ¿a quiénes les conviene que los mexicanos sigan tomando clases de forma improvisada, sin capacitación en el uso de las herramientas digitales educativas, sin acceso a internet, sin escuelas dignas?
El estudiantado nacional, nacido de las entrañas del pueblo trabajador, sea de la clase media o no, debe salir a las calles y exigir al Gobierno federal, su vacunación inmediata y escuelas equipadas. El futuro de México está en juego.
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