Hace algunos días, los partidos de oposición y la ciudadanía en general salieron a marchar a las calles, juntos mostraron su rechazo a la pretendida reforma electoral promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Los morenistas y su mesías saben que no tienen el número de legisladores que necesitan para aprobarla. La marcha se convirtió en la principal noticia de ese momento, algo que no pudo controlar López Obrador que está acostumbrado a marcar los temas de la agenda nacional. Los inconformes y todos los que se sienten agraviados dejaron sentir la sensación de que hay tierra fértil para que prospere una unión muy grande de todos los opositores al régimen lopezobradoristas, todos los que se sienten agraviados por sus comentarios y decisiones. 

El presidente no pensaba que se movilizara ese número de gente, en cuatro años que lleva el gobierno no se había registrado una movilización tan nutrida. Los ciudadanos fueron a darle pelea en su terreno y le ganaron, perdió el monopolio de las marchas como manera de protestar, pues él llegó a considerarse el dueño de las manifestaciones en la calle.

Como era de esperarse, todo eso dio un duro golpe al ego de AMLO, y escaló el grado de los insultos en contra de los asistentes. El enojo del presidente es notable. Ha superado sus arranques de rabia periódicamente desde meses anteriores, casi desde que apareció la noticia de la casa gris.

En estos cuatro años de gobierno morenista, los mexicanos hemos aprendido a convivir con sus absurdos, a hacer chistes de sus exabruptos y normalizar sus abusos de poder. Sin embargo, ahora ha escalado a un nivel más alto, pues, ahora pretende marchar en contra de sus propios ciudadanos, la respuesta del presidente fue desmedida, un verdadero berrinche, otro arranque de coraje, se comporto como un macho retador. Increíble, hará su evento en apoyo a él mismo y será encabezado por él.

No debemos olvidar que, históricamente, las marchas se han hecho para protestar en contra de las autoridades que no resuelven. El próximo 27 de noviembre AMLO encabezará una marcha de apoyo a él mismo, las pancartas dirán ¡Viva yo!, ¡Yo apoyo a AMLO, el mejor presidente! ¡No estoy solo, el pueblo me apoya!

Se hará con los recursos del estado, en camiones que se pagarán con nuestro dinero, desde varias partes del país traerán contingentes de apoyo, el gobierno federal se encargará el transporte, comida, sonido, templete, grupos musicales, lonas, pancartas.

Vendrán los gobernadores, senadores diputados, presidentes municipales y empleados morenistas. Obligaran a todos los beneficiarios de los programas sociales a que le canten loas a su jefe, ¡gracias jefe! y no les extrañe que hasta el ejército vestido de civil marche en este show, el mesías debe mostrar músculo, quiere voltear a otro lado y no ver que esta perdiendo en control del país, que se le esta saliendo de las manos el control del país, quiere asegurarse de que sigue manteniendo el poder.

Lo único que le importa es mantener su imagen y conservar el poder en 2024, por eso sin ningún pudor se pasea por todo el país promoviendo a sus corcholatas. A él no le interesa resolver las grandes crisis del país. No cree que la tarea de un verdadero presidente es la de resolver los problemas por los que atraviesa México. Su meta es mantener el poder, pero no para servir, sino como una herramienta para aplastar cualquier disidencia. Olvido que la clase media y otros sectores de la sociedad lo apoyaron para llegar a donde esta, se ha dedicado a insultar, criminalizar y humillar a quienes piensan diferente.

Insulta a quienes quieren una vida mejor acusándolos de aspiracioncitas, se burla y amenaza a los periodistas que lo contradicen, ofende a las organizaciones sociales como el Movimiento Antorchista, grupos ambientalistas, defensores de derechos humanos y un largo porque no admite la menor de las críticas.

Preparémonos para el show del 27 de noviembre, AMLO mostrándonos su musculo para las próximas elecciones, pero mejor nos preparamos para escoger mejor quien nos gobernará en 2024, aprendamos de los errores, merecemos gobernantes preparados, comprometidos con el país, ya basta de ser el hazmerreír del mundo.