** Se les ha pedido a las instituciones que tengan las escuelas abiertas: Delfina Gómez.
La variante Ómicron de Sars-Cov-2 resultó más contagiosa que las anteriores y aunque estamos medio vacunados porque la mayoría de la población tiene una sola vacuna, el hecho concreto es que ómicron nos manda al encierro. El 2022 sería el año en que superaríamos la pandemia y la SEP anunciaba en meses pasados que para enero se regresaría a clases presenciales en todo el país; Ómicron cambió los planes en muchos estados.
La secretaria de Educación Delfina Gómez insistió en su exhorto a los docentes a que las escuelas permanezcan abiertas. “Se les ha pedido a las instituciones que tengan las escuelas abiertas, salvo algunas situaciones muy extremas”, pero no hablo del peligro que corren los menores de edad que no han sido vacunados y de cómo se va combatir el contagio en las escuelas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en el regreso a clases presenciales y le apuesta a la implementación de los protocolos sanitarios, tanto en casa como en los planteles escolares, lo que muestra que a pesar de casi dos años del inicio de la pandemia aún no se aprende de la experiencia o en su caso le apuesta a lo que Gatell expresó como “El que se tenga que morir se va a morir”, el presidente pone en manos de la disciplina de niñas, niños y adolescentes el que se contagien, dejando en peligro su vida ya que no han sido vacunados.
Los especialistas han anunciado que Ómicron, se está convirtiendo en la variante predominante en México desde enero, aunado a un invierno que aumentará los contagios, en los últimos días se han rebasado los máximos historicos. El gobierno federal por su parte confía en que el uso de cubrebocas le dé la batalla y mitiguen el impacto de la nueva variante en hospitalizaciones y muertes, y pudiera ser así en los casos en que ya se está vacunado, pero ¿qué pasará con los pequeños en las escuelas?
La federación se encuentra en la disyuntiva entre el manejo de la crisis sanitaria y la economía, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador repite la estrategia de la que echó mano durante las fases anteriores de la pandemia. El objetivo es engañar a la población con la noción de “normalidad” con negocios abiertos y sin recomendaciones para reducir la movilidad; cerrando los ojos a lo que está sucediendo en otras partes del mundo. Las medidas de protección para combatir al virus están descartadas y los apoyos para mejorar las condiciones en las escuelas y poder evitar los contagios tomando precauciones, también.
Ante tales circunstancias se vuelven necesarias al menos dos demandas: una inversión para mejorar las condiciones de las escuelas que no cuentan ni con agua potable y dotación de insumos necesarios para mantener a los niños y niñas protegidos de contagios; y dos la eventual vacunación en niños y niñas a la brevedad posible.
En ambos casos a nivel nacional, desde mediados del año pasado han sido la FNERRR (Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez) y Antorcha Magisterial quienes han levantado la voz exhortando al Ejecutivo Federal para suministrar la vacuna a menores de edad. Este llamado toma fuerza con la llegada de Ómicron y urge a que se cambien las condiciones si realmente se quiere evitar la muerte de niños y niñas.
Sobre el proceso de la aplicación de la vacuna de refuerzo para docentes y personal administrativo, la secretaria de la SEP indicó que se aplicarán 2 millones 686 mil 320 vacunas de Moderna, en 30 entidades del país. Pero lo que se ve de nula importancia para el Gobierno Federal es la posibilidad de vacunación, en el inmediato o mediano plazo, de la población infantil. Y se argumentará que no se ha aprobado la aplicación de vacunas a menores de entre 5 y 12 años de edad, sin embargo, Argentina, Canadá, Costa Rica, Cuba, Chile, Emiratos Árabes, Estados Unidos, El Salvador, Israel, Venezuela, entre otros países más, ya han aplicado la vacuna a su población infantil protegiéndolos de esta nueva amenaza.
Por otro lado aumentan la voces como la del el doctor Fidel Alejandro Sánchez Flores, investigador del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM y presidente de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor) quien dice que “No deberían de tomarse a la ligera ni bajar la guardia a esta alturas de la pandemia, las recientes festividades navideñas y la presencia de la variante Ómicron pueden generar un aumento de casos y saturar los sistemas de salud”, y es que existen dos razones por las que deberíamos de preocuparnos, una es porque en esta época tiende a facilitar las transmisión del virus y por otro lado que Omicron se transmite entre tres y cuatro veces más rápido que la variante Delta.
Estamos ante esta nueva variante que tiene dos meses que apareció en el mundo y sería demasiado descuidado o irresponsable decir que esta variante es más leve, siendo que tenemos solo dos meses de conocerla.
Pues así la situación, la ligereza con la cual se toman las decisiones en este gobierno sin entender la esencia del problema, las causas que lo originan nos llevará irremediablemente a un nuevo encierro sin comida, pero el pueblo no se dejará enclaustrar nuevamente porque ya sufrió hambre, perdió trabajo si lo tenía y vio morir a sus seres queridos; el pueblo saldrá a trabajar por sobrevivencia, los estudiantes regresaran a las aulas y si no son apoyados morirán en el intento; es por eso que le hacemos un llamado al gobierno federal y estatal a voltear a ver a la población más vulnerable y se le apoye en sus necesidades elementales, que los niños y niñas sean vacunados; de otra forma nos tocará llorar a nuestros hijos e hijas, es una situación difícil, la vida de millones de estudiantes queda en manos de la toma de decisiones de Andrés Manuel López Obrador.
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