Vivimos en una sociedad clasista, donde los ricos son dueños de la mayor parte de la riqueza social que se genera en nuestro país, es decir, son dueños de los medios de producción y vemos también a los trabajadores o proletarios, que no tienen nada, salvo su fuerza de trabajo, que venden a los empresarios de este país. Estas son las dos clases principales de nuestro país: ricos y pobres, y cada una defiende sus intereses de clase.
De esta división en clases nacen todos los problemas de nuestra sociedad, como el desempleo, la inseguridad, el atraso en la educación, en la salud, en el deporte y la cultura, etcétera.
Todos sabemos que el neoliberalismo (que no es otra cosa más que la libertad total para que la iniciativa privada trabaje libremente, sin ningún obstáculo y obtenga grandes utilidades) sigue vigente en nuestro país, aunque AMLO ya lo dio por desaparecido en México; por eso vemos que el gobierno de la 4T ya no hace obra social, ya no le importa la educación de calidad, ni que se tenga un buen sistema de salud, ni tampoco que las familias mexicanas tengan una buena vivienda, amplia, cómoda y barata, etcétera, porque su tarea no es el bienestar de los mexicanos sino el que las empresas obtengan jugosas ganancias, tarea que está cumpliendo muy bien.
Con la llegada de Morena al poder las cosas siguen igual: las dos clases sociales principales ya mencionadas siguen vigentes. A los ricos no se les ha tocado para nada, es más, no sólo no se les ha tocado, sino que ahora en este gobierno han salido más beneficiados; se han hecho más ricos, mientras el número de pobres ha aumentado.
Pero, a pesar de esa contradicción tan tangible de la sociedad actual, donde la gente sufre por vivir hacinada, por la inseguridad imparable, por el desempleo y porque no puede curarse, hay gobernantes morenistas, empezando por el presidente de la república, que dicen que en el país todo está bien, que se respeta el derecho, que a la gente se le escucha y que se trabaja para el pueblo.
Es importante recordar que la estructura económica de México sigue intacta, nada ha cambiado, se sigue gobernando para favorecer a la élite económica que mantiene el poder, mientras los pobres viven con muchas carencias y cuando estos se organizan para defenderse, se les aplica la ley para aplacarlos, haciéndolos ver como delincuentes, como se puede ver en el siguiente fragmento de nota:
“Obstruir cualquier vía de comunicación es un delito y se castiga con cárcel, expresó para este medio de comunicación el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Jorge Benito Rodríguez Martínez. Destacó que las pretensiones que realizan los manifestantes pueden ser justas, pero aclaró que no se puede dañar al resto de la población, y especificó que ante todo se debe respetar el derecho a la circulación de los automovilistas y conductores de carga pesada. Puntualizó que en Nayarit la libertad de manifestación se respeta, pero especificó que no se puede ni se debe de obstruir las vías de comunicación.” (27 de diciembre de 2023, Meridiano).
En México se sigue gobernando para favorecer a la élite económica que mantiene el poder, mientras que a los pobres, cuando se organizan, se les hace ver como delincuentes.
La nota no aclara a qué manifestación se refiere el Secretario de Seguridad en Nayarit, pero en Tepic por esos días estaba presente la manifestación y lucha de los sindicalizados del Sutsem y del SNTE que exigían entrega de aguinaldos y respeto al contrato colectivo de trabajo.
Sea quien sea el que se haya manifestado, el mensaje que da el funcionario nayarita debe preocupar a todos, porque ya se les olvidó a los morenistas que hicieron promesas de acabar con las injusticias sociales y ahora actúan como grandes defensores del estado de derecho burgués.
Hasta ahorita, la única manera de que el pueblo se haga escuchar es saliendo a protestar a las calles, y manifestarse por la calle es obvio que tendrá afectación a terceros, porque hasta hoy todavía el hombre no ha aprendido a volar para no afectar el tráfico, y pues no queda de otra más que hacerlo por la calle. Que es un delito, según dice el secretario, y que amerita cárcel es creíble, porque el Derecho en la sociedad burguesa está pensado para proteger los intereses económicos de los poderosos, no los de los pobres, y entonces, si los pobres protestan, como lo hicieron los maestros, pues entonces están obstruyendo la vía pública, vienen los amagos, y si no se calman, los revoltosos merecen la cárcel.
Pero, habría que preguntarle al funcionario público Jorge Benito Rodríguez Martínez: Muy bien Secretario, usted como buen trabajador del sistema aplica la ley, es contundente al precisar la ley, ¿pero qué dirá usted de los funcionarios que no cumplen su obligación de entregar los recursos económicos para aguinaldos a tiempo, como es el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero y los funcionarios federales involucrados? ¿A ellos quién los castiga cuando infringen la ley? De esto no se dice nada.
Como vemos, pues, cuando se trata de justificar la negligencia de los funcionarios los pretextos para justificarse sobran, y por lo general siempre se escuchará decir que el Estado está al servicio de todas las clases sociales, que está por encima de todos y al servicio de todos, nada más alejado de la realidad de cómo suceden las cosas.
La nota ilustra cómo, cuando el pueblo hace valer su derecho a la manifestación para exigir justicia, le aplican la ley y le dicen “puedes manifestarte, pero allá donde no te veas y donde no afectes”, mientras que a quienes pisotean la ley afectando el bienestar del pueblo, a esos, se les tolera y protege. El pueblo debe saberlo y no permitirlo.
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