Desde que inició el gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T), encabezado por Morena y AMLO, se ha manejado un discurso recurrente para estereotipar a todo aquel que piense diferente y se manifieste en contra de las políticas implementadas en su gobierno, como un conservador, un liberar, un neoliberalista, con características ya bien definidas (todas las que pudieras encontrar en el diccionario), pero la que los hace igual a todos ante los ojos de AMLO, es saberlo contrario a sus ideales, por tanto es culpable de todas las consecuencias que ahora enfrentamos millones de mexicanos. Ésa ha sido, en lo que va de su sexenio, la respuesta del millón. Ahora, miles de mexicanos repiten con un loro, que todo lo que nos pasa es gracias a los que pasaron por el mando. Generando una especie de repudio, enojo y coraje, en contra de todos los expresidentes, por parte de la población.
Ese discurso como preámbulo, no está mal, pues también coincido en que no todo lo que hicieron los gobiernos pasados estuvo bien, también creo que muchos de los padecimientos que ahora vivimos son consecuencia de malas políticas públicas. Pero pensar en eso solo como causa única, me parece un razonamiento bastante limitado y reducido que no nos permitirá avanzar como verdaderamente se requiere.
La semana pasada se dio a conocer que el Instituto Nacional Electoral (INE), será el encargado de llevar a cabo la consulta ciudadana para enjuiciar a los expresidentes, donde se nos hará la siguiente pregunta: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?(elfinanciero.com) Esto a través de la una boleta en donde podremos responder, sí o no. El 1ero de Agosto es la fecha propuesta para hacer está consulta, y se realizará en un ejercicio parecido al de las votaciones pasadas, se calcula que esto generará un gasto aproximado de 528 millones de pesos, informaron Carla Humphrey Jordan y Uuc-kib Espadas Ancona, consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) (eleconomista.com.mx).
Al respecto pienso lo siguiente. Este mentado ejercicio, se hace en un nombre de la democracia que tanto pregona el gobierno de la 4T, pero a mí me parece que pretende confundirnos; que solo con la forma se pretende generar un cambio que es de esencia. Veamos pues qué es democracia. El diccionario de la Real Academia, lo define como “sistema político en el cual l
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), México es uno de los países que menos invierte en Ciencia y Tecnología, con 0.38% del PIB, y es en este sexenio donde ha recibido menos presupuesto. Asimismo, es el país con los salarios más bajos. Dice también que el 57.3% de mexicanos carecen de Seguridad Social, es decir no cuentan con ningún tipo de servicio médico gratuito para curarse, en caso de enfermarse deben hacerlo con sus recursos. Que hay 52.4% de habitantes que padecen pobreza, y entre ese porcentaje hay un 18% aproximadamente en pobreza extrema. Que la pobreza laboral aumentó de 40% a 46% por pandemia. (coneval.org.mx). Ésta última se refiere, a cuando el salario de las personas no alcanza para comprar la canasta básica del hogar y los servicios mínimos para vivir dignamente.
Y para colmo, la Oxfam asegura, que el 1% de la población en México, (120 mil personas aproximadamente) concentran el 43% de la riqueza nacional, y todo lo restante, es decir el 57%, está repartido entre el 99% de la población (119millones 880mil habitantes, aproximadamente) (oxfam.org).
Estos datos refieren la cruda realidad en la que vivimos. Evidencian la injusta repartición de la renta nacional que producimos todos los que trabajamos en este país. Y a luz de estos datos, me pregunto: ¿qué no es esto lo que debería estar enjuiciando el gobierno?, es decir, por qué no nos preguntan en esa misma encuesta, si es que estamos conformes con los salarios que recibimos, con el servicio de salud que tenemos, con el servicio educativo que ofrecen a nuestros hijos; si estamos conformes con los servicios públicos (electricidad, alcantarillado, drenaje, agua), con la infraestructura pública, las calles, avenidas, parques, jardines, centros deportivos, etc. ¿Por qué no nos preguntan si estamos de acuerdo en las jornadas de trabajo que tenemos que cumplir para ganar el sustento? ¿Por qué no nos preguntan cómo repartir el dinero? Y otra cosa, ¿de qué nos servirá a los mexicanos que enjuicien a los expresidentes?, se les hará que regresen lo que robaron? En caso de que sí, ¿se repartirá entre los pobres equitativamente, es decir, según sus necesidades? Yo lo dudo.
La verdadera democracia debe manifestarse justamente en la repartición equitativa. El día que nuestro salario alcance para todo y sobre para recrearnos el espíritu con un buen libro o una función de teatro, sin necesidad de endeudarnos; el día en que en las clínicas se nos atienda eficazmente y se nos dote de medicinas y se nos programen las cirugías en tiempo y forma, haya espacio suficiente para diabéticos y enfermos con cáncer; el día en que las escuelas públicas doten a nuestros hijos de la mejor educación y todos los materiales necesarios para ello, ese día podremos hablar de democracia.
Por ahora, este ridículo ejercicio democrático, es solo para crear una cortina de humo a los ojos de mucha gente, que inocentemente caerá sin poder evitarlo. Y mientras sigan unilateralizándose los mandatos, violentando las leyes y manejándose a modo, en vez de ser país democrático, avanzaremos inevitablemente hacia una dictadura. No lo permitamos. Urge trabajar más en colectivo y aprender que la democracia se forja todos los días y solo con el Pueblo unido y organizado. ¡Urge despertar al oso dormido de su sueño letargo!
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