Una serie de manifestaciones en contra del gobierno que encabeza Miguel Díaz-Canel comenzaron a darse en la isla de Cuba; la primera de ellas en San Antonio de los Baños.
Frente a estos intentos, gobiernos, organizaciones sociales, políticos y activistas reconocieron el impacto del cerco estadounidense, al tiempo que rechazaron cualquier tipo de interferencia en la nación caribeña.
Llama la atención la presencia de la bandera estadounidense entre los manifestantes contra el gobierno cubano, críticos han señalado que es una posible prueba de la injerencia de Estados Unidos en contra de uno de pueblos que se ha resistido estoicamente a sus designios los últimos 60 años.
Asimismo, los medios y las redes sociales evitan señalar al bloqueo de Estados Unidos como principal obstáculo para el desarrollo económico en la isla y el enfrentamiento a la pandemia, o el incumplimiento de los tratados migratorios vigentes con Cuba por parte de la nación norteña, como denunció el jefe de Estado.
Por otra parte, miles de personas salieron a mostrar inconformidad por las provocaciones hacia el gobierno. “No le demos el gusto a ese imperialismo que no desea nada bueno para nosotros, no será un sistema mejor”, afirmó un ciudadano de La Habana.
"El pueblo cubano está ejerciendo con valentía derechos fundamentales y universales", indicó por su parte Biden en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
"Si quieren saber de qué es capaz Cuba, abran el bloqueo", propuso el presidente de la nación caribeña. "¿Eso no es genocidio? ¿Eso no es crimen de lesa humanidad? Yo creo que la vida [y] la historia nos demuestran que está detrás de todo esto, de acabar con la revolución cubana", aseveró el presidente cubano, evidenciando que desde Estados Unidos se está financiando a grupos golpistas que intentan desestabilizar al país, aun cuando, es –el propio Estados Unidos-, el que mantiene bloqueada a Cuba, repercutiendo gravemente entre la ciudadanía.
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