La educación en México ha sufrido cambios considerables que en poco han contribuido a la calidad educativa que reciben los niños y jóvenes. Mucho de esto se debe principalmente al enorme desinterés por parte de los gobiernos (municipal, estatal y federal), en mejorar el sistema de educación.
Esto es grave, pues la formación del ser humano y su desempeño en la sociedad depende mucho de la educación que reciba porque de esa forma podrá favorecer positivamente en su entorno y a la sociedad en su conjunto.
Es lamentable que en pleno siglo XXI, miles de jóvenes sigan sin la oportunidad de prepararse de manera profesional y son abandonados a su suerte, pues aquí radica la frase de “el que quiere puede”, que elimina toda responsabilidad del gobierno y es una falacia que sigue demostrando que la realidad es adversa a lo que vivimos.
Esto lo podemos constatar en el descuido y abandono de los centros educativos que no cuentan con áreas que les permitan desarrollarse, la falta de centros de cómputo, salones de clases sin la capacidad para albergar a una cantidad considerable de alumnos. Desgraciadamente, el desarrollo está ligado siempre a quedar en promesas no cumplidas por parte de aquellos que juran trabajar por la educación y año tras año, sexenio tras sexenio. Seguimos viendo y viviendo en las mismas condiciones.
La realidad que hoy vemos es desalentadora, desde hace muchos años México ha arrastrado una educación deficiente que lo ha colocado en los últimos lugares del mundo. Nuestro país ocupa el segundo lugar en deserción escolar en América Latina, comprensión lectora y matemáticas; esto se agrava pues en el mes de febrero en el ciclo escolar 2021-2022 más de 270 mil estudiantes abandonaron sus estudios, mientras que 5.2 millones de estudiantes de 3 a 29 años no se inscribieron al ciclo que concluye por motivos económicos y por la pandemia, según datos de la asociación Educación con Rumbo.
Esto se suma a una política del Gobierno federal que no hace nada al respecto para tratar de salvar a los estudiantes que desertaron. Lo anterior no es más que el resultado de la poca inversión del país al rubro de la educación comparado con otros países, dando como consecuencia ciudadanos poco preparados o con una carrera profesional.
Otro claro ejemplo de esta incapacidad ha sido el manejo de la pandemia, situación que se agravó todavía más. Según datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la cuarentena para evitar la propagación rápida de la enfermedad covid-19 generó que, aproximadamente, 30.2 millones de alumnos, de todos los niveles educativos presenciales, tuvieran que dejar de ir a sus centros escolares porque se suspendieron las clases. Esto dejó en evidencia que el sistema escolar no estaba preparado para incursionar en las clases a distancia y mucho menos para sustituir las aulas por otra área de aprendizaje.
Aunado a esto, la brecha de conectividad en el caso de México con 30.2 millones de estudiantes según las cifras oficiales, calcularon que el 24 por ciento de alumnos entre 7 y 17 años, no tiene acceso a internet. A su vez, el 4 por ciento, no cuenta con televisión por lo que no pueden estudiar a distancia durante las medidas adoptadas por la emergencia sanitaria. Algo que el gobierno no logró contrarrestar, con algún programa o la posibilidad de acceder a estas tecnologías para seguir cursando su educación.
La realidad que se vive en nuestro país, en cuanto a la educación, es un problema grave que no se ha tratado de manera sería, ya que ahora existen más personas que se están quedando sin las posibilidades de una vida mejor al truncar su educación, lo cual traerá como resultado poco desarrollo intelectual, mayor pobreza y desigualdad.
En contraste con esto, podemos constatar que quienes tienen la posibilidad de acceder a educación de calidad, podrán acceder a mejores condiciones de vida.
El Gobierno federal tiene una deuda con la educación y debe cumplir con la inversión a este rubro. México con su basta diversidad cultural ha sobresalido por su ingenio y creatividad; sin embargo, el tema de la educación es muy importante, si queremos sacar a nuestro país del rezago educativo en el que se encuentra es necesario la unidad y la exigencia, de lo contrario las promesas de los gobiernos quedaran como eso, como simples promesas que no se cumplen y no se cumplirán.
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