El programa de Escuelas de Tiempo completo (PETC) era una estrategia educativa encaminada a generar ambientes propicios para mejorar las condiciones de aprendizaje y el desarrollo de competencias de los alumnos de las escuelas de educación de nivel básico. Estas escuelas beneficiaban a más de 3.6 millones de estudiantes, con clases normales y actividades extras como deportes y arte, además de proporcionarles alimentación.
El 51 por ciento de esas instituciones educativas se encontraba en zonas de alta y muy alta marginación en el país y, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el 66 por ciento de los estudiantes, los alimentos que recibían en la escuela era su primera comida del día. Asimismo, un estudio determinó que la jornada ampliada permitía elevar la participación laboral de las madres de familia y sus ingresos en un 36 por ciento.
El 28 de febrero, por medio del Diario Oficial de la Federación, fue anunciada la eliminación del programa Escuelas de Tiempo Completo; la secretaria de Educación, Delfina Gómez justificó de manera muy ligera y poco convincente para los perjudicados la razón de tal acción, dijo que la decisión “tiene como finalidad subsanar las necesidades que tienen otros planteles escolares pues, hay muchos con requerimientos básicos como agua y sanitarios que se deben atender”.
Posteriormente, al ser cuestionado sobre este tema, el presidente, Andrés Manuel López Obrador argumentó que “optó por entregar los recursos de manera directa a las sociedades de padres de familia para que ellos decidan en lo que se puedan ejercer”, ya que, a su decir, ese programa “se manejaba con mucha intermediación”.
Para los pocos lectores que puedan interesarse en esta humilde opinión quiero precisar que: El objetivo de la creación del programa de Escuelas de Tiempo Completo, comparado con la argumentación de la eliminación de la misma en boca de los directamente responsables, deja dos cuestionamientos; uno, o desconocen la cruda realidad en la que viven millones de mexicanos a los que dicen representar, o bien, la conocen, pero la ignoran, y utilizan los recursos para los programas clientelares de los que a esta administración ha caracterizado.
Los que de una u otra manera nos encontramos conviviendo con el problema todos los días en las distintas comunidades y que cargamos con la responsabilidad de la educación, nos queda clara la argucia implementada desde el gobierno de Morena y la 4T, ya que esta acción representa un retroceso y un acto de injusticia hacia los más pobres de México que son los que realmente se beneficiaban con este programa, y hablo de los niños, jóvenes, padres de familia y maestros. No podemos cambiar un programa que instituciones internacionales evaluaron como un gran proyecto (PETC) para sacar del rezago educativo a los mexicanos más vulnerables, por las miserias de infraestructura que el gobierno ofrece en el discurso, y que por la experiencia misma, está probada la insuficiencia y el desaseo con el que se administran los recursos que llegan de manera directa a manos de campesinos que se debaten entre el hambre y la miseria y que es precisamente de esta situación de la que AMLO y su 4T sacan provecho.
Considero necesario invitar a los mexicanos sensibles a pronunciarse en una sola voz para exigir que no solo se dé marcha atrás a la eliminación del programa de Escuelas de Tiempo Completo, sino que, además, se le asignen más recursos a la educación para que todas las escuelas puedan contar con una infraestructura digna y se puedan formar verdaderos intelectuales, hombres de ciencia que a nuestro México mucha falta le hacen.ETQUETAS:
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