Hace unos días, encontré en la prensa dos noticias sobre el gigante asiático que llamaron poderosamente mi atención, sobre todo ahora que Estados Unidos (EE. UU.) ha desatado una embestida de provocaciones contra él. La primera se refiere al ámbito económico; y la segunda, a un asunto de política-política. Es cierto que han pasado los días, pero los asuntos no pierden actualidad ni importancia.
Sobre la economía china nos informa el portal RT: “El Gobierno chino eligió 8,997 PYMEs como "gigantes pequeños", cuya obligación sería contribuir al desarrollo tecnológico del país para superar la confrontación con EE. UU., se anunció el 8 de septiembre en la reunión de este tipo de empresas en la ciudad china de Nankín. El presidente chino Xi Jinping envió una carta en la que expresó que tales firmas “jugarán un papel más importante en estabilizar las cadenas de suministro y promover el desarrollo económico y social”.
Y agrega la nota “los ‘gigantes pequeños’ oficialmente reconocidos gozan de privilegios como incentivos fiscales o prestaciones a nivel provincial o incluso central. El ministro Jin Zhuanglong prometió "mejorar el sistema de regulación" y "acelerar la aplicación de medidas institucionales de apoyo para alentar la innovación, financiamiento y promoción".
Es decir, que el gobierno chino seleccionó a casi nueve mil empresas medianas y pequeñas, que producen bienes, servicios y tecnologías en sectores de importancia estratégica, como son los semiconductores, la fabricación avanzada, energía y minerales de importancia crucial, y les otorgó toda una serie de facilidades para mejorar su funcionamiento. Con esta acción el gobierno se adelanta a posibles fallas en las cadenas de suministro para que las empresas nacionales no tengan obstáculos en su producción, además de impulsar la innovación. Es una clara medida de apoyo tanto a las clases medias como al conjunto de la economía para garantizar las metas de crecimiento económico que se han trazado.
La otra noticia se refiere a eventos efectuados por el Partido Comunista Chino (PCCH), ni más ni menos que el cerebro colectivo que dirige y vigila el espectacular desarrollo económico y social del país, que ha deslumbrado al mundo en los últimos 10 años y tiene como sustento indiscutible los logros obtenidos en el terreno científico y tecnológico. En lo económico el gigante asiático ha logrado altos y sostenidos índices de crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) cercanos al 10 por ciento anual, que no se detuvieron ni siquiera por la pandemia que solamente redujo su monto. En lo social tanto el Banco Mundial como la ONU han reconocido la hazaña de haber sacado de la pobreza a 800 millones de sus habitantes y haberlos incorporado a la oleada de progreso y desarrollo que se deja sentir por su amplio territorio.
El PCCH, fundado en 1921, es el responsable de la marcha del país desde 1949 cuando Mao Zedong proclamó la victoria sobre los invasores japoneses y el establecimiento del gobierno de Nueva Democracia. Actualmente cuenta con una membresía cercana a los 95 millones de personas y tiene meses realizando preparativos para lo que será su XX Congreso Nacional, a celebrarse en octubre próximo, que definirá su postura ante las amenazas y provocaciones de los imperialistas norteamericanos y el rumbo que tomará la nación en los próximos cinco años, así como la permanencia de Xi Jinping como su secretario general.
El portal CGTN español del nueve de septiembre nos da a conocer que se reunió el órgano de dirección colectiva, denominado Buró político, para discutir tres documentos que se presentarán ante el XX Congreso Nacional, se trata del informe que rendirá el Comité Central del PCCh, el Proyecto de Revisión de los Estatutos del Partido y el informe de labores de la Comisión Central de Disciplina.
Para nuestro propósito llama la atención el siguiente párrafo: “En la reunión se consideró que, en el curso de la recabación de opiniones, los diversos territorios, departamentos y partes, así como los delegados del XIX Congreso Nacional del Partido y los recién elegidos para el XX Congreso han formulado numerosas opiniones y sugerencias positivas sobre el texto del Informe del XX Congreso Nacional del Partido y el del Proyecto de Revisión de los Estatutos del Partido Comunista de China. Es necesario llevar adelante la democracia, asimilar ideas útiles de todos; estudiar y absorber las opiniones y sugerencias presentadas por las diversas partes; esforzarse por redactar un informe del Congreso Nacional que responda al deseo común de todo el Partido y el pueblo de todas las etnias del país, que satisfaga las necesidades del mantenimiento y desarrollo del socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era, y que se adapte a los objetivos y las tareas laborales del Partido y el Estado de la nueva era y la nueva expedición.” (Cursivas mías RMD)
Sorprenden dos aspectos, uno sobre el funcionamiento interno del partido y otro acerca de la relación de los miembros del partido con el resto de la población. En el primero, informan que están discutiendo modificaciones a las normas estatutarias que rigen la conducta de los militantes del partido, y que la comisión central de disciplina va a rendir un informe detallado de sus actividades, o sea de las medidas disciplinarias que ha tomado, de las sanciones a los infractores, y de las expulsiones realizadas, para que todo ello sea discutido y aprobado en su próximo Congreso Nacional, lo cual indica que existe una reglamentación precisa y una vigilancia estrecha de la conducta de cada uno de los miembros del partido.
En el segundo aspecto, la relación del PCCH con la población, asombra que aunque son 95 millones los militantes del partido, cerca del 7 por ciento de la población, se dieron a la tarea de recabar opiniones y sugerencias de fuera de sus filas; además, seguirán trabajando para asimilar las ideas útiles de todos, estudiar y absorber las opiniones y sugerencias de las diversas partes; todo lo anterior para alcanzar el objetivo de que los documentos respondan al deseo común de todo el partido y el pueblo de todas las etnias del país.
Inmediatamente da pena ajena si comparamos estas conductas de los políticos chinos a todos los niveles, con las prácticas del partido Morena en el poder, que no ha inventado nada nuevo, pero ha llevado a un grado mayor la degradación de la política nacional, al dirimir sus diferencias a sillazos, y sofocar las opiniones de las bases robándose las urnas, esto en sus actividades al interior de su instituto político; pero sobre todo, cuando los diputados y senadores morenistas traicionan a sus bases que los llevaron al Congreso de la Unión, y de manera acrítica y lambiscona sacrifican los intereses de sus representados para obedecer los dictados del único iluminado que habita en Palacio Nacional.
No cabe duda de que en China existe un partido con alta educación política que sabe conducirse con seriedad y responsabilidad y que trabaja incansablemente para reforzar tanto la unidad entre sus filas, como sus lazos indisolubles con toda la población sin distinción ni discriminación alguna. Un partido así estamos seguros de que sabrá encontrar el camino para derrotar al imperialismo norteamericano y continuar su marcha triunfal en la construcción de una nueva sociedad donde lo importante son los hombres, no las ganancias del capital.
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