Con motivo de la promesa de construir “un segundo piso a la 4T” que hizo Claudia Sheinbaum durante su campaña, conviene preguntarse, ahora que resultó triunfadora en la contienda electoral, en qué consiste la edificación de ese segundo piso en que la virtual presidenta de la república basará el ejercicio de su mandato.
Esto es necesario para darnos una idea de qué es lo que los mexicanos podemos esperar de la próxima administración federal, en el entendido que el sexenio que termina es lo que se pretende tomar como base, es decir, el primer piso sobre el que dará continuidad el nuevo Gobierno.
Podrán decir que aumentó el salario más de 20 %, pero lo que no dicen es que los precios aumentaron mucho más y volvemos a quedar en las mismas o peor.
Si el periodo gubernamental de AMLO tuvo como eje el combate a la corrupción, ¿qué tanto avanzamos en este renglón? Sin detenernos mucho en el hecho de que, a pesar de haber señalado a los “Gobiernos del pasado” como los culpables de todas las corruptelas y desvío de recursos públicos, nunca hubo ningún detenido ni procesado, para saber si en este Gobierno se acabó con la corrupción “barriendo las escaleras de arriba hacia abajo” como se prometió, hay que evaluar si se erradicó o cuando menos disminuyó este mal.
Resulta que en un organismo creado por AMLO con el rimbombante nombre de “Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado” (Indep), la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró malas prácticas de nómina y contratación.
En el tercer informe individual de la Cuenta Pública 2022 entregado el 20 de febrero de 2024, la ASF evidenció que queda pendiente por aclarar un monto de 29 mil 765 millones de pesos.
Por su parte, Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), otra creación de la 4T, en tan solo dos años de operación presentó un faltante de 15 mil 300 millones de pesos, superando al doble los 7 mil 600 millones de la llamada Estafa Maestra de la administración de Peña Nieto; aún así, su director sigue gozando no sólo de cabal salud y libertad, sino que se le premió con otro cargo en la administración pública a pesar de múltiples señalamientos de corrupción en su contra.
Por lo anterior, a nadie se le hace extraño, tal y como lo dio a conocer el diario El Economista, que el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) en México sigue siendo alto. En el IPC 2021, elaborado por Transparencia Internacional, una organización no gubernamental con sede en Berlín, se indica que la corrupción en México está más viva que nunca.
En ese estudio difundido en enero de 2022, que clasifica a 180 países en una escala de 0 (totalmente corrupto) a 100 (totalmente limpio), México, con 31 puntos, ocupa el lugar 124, lo que significa que estamos ubicados entre los países más corruptos.
Otro de los ejes de este Gobierno fue la instauración de un sistema de salud de primer mundo. Todos sabemos que en este caso lo único que se hizo fue desaparecer el Seguro Popular poniendo en su lugar el Insabi, que a la vuelta de unos años, sus mismos creadores tuvieron que desaparecer por ineficiente, porque ni siquiera fueron capaces de comprar las vacunas a tiempo, dejando desprotegidos a 6 millones de niños contra la hepatitis B, tétanos, difteria, rotavirus, neumococo o sarampión.
Consciente de todo eso, unos días antes de las elecciones, López Obrador volvió a prometer, como si él fuera el candidato, que ahora sí, en cuestión de días, tendríamos un nuevo sistema de salud, pero ya nadie lo tomó en serio.
En lo que corresponde a la educación, AMLO propuso la creación de 100 universidades del Bienestar pero, para octubre de 2023, sólo el 58 % de ellas podían ser utilizadas, aunque algunas sólo contaban con un salón y no todas estaban concluidas; además de que el personal docente se quejaba de no haber recibido más del 64 % de los recursos aprobados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Por otro lado, en referencia a la mejora de la calidad educativa, como dijo el maestro Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista Nacional, en su discurso en honor a los mártires antorchistas en Tecomatlán el pasado 9 de junio:
“… mientras en otras partes del mundo se está incorporando a la educación los avances más modernos de la medicina y de la ciencia, nuestros libros de texto se dedican a enaltecer la herbolaria de los aztecas; mientras que en otras partes del mundo se habla de incorporar la Inteligencia Artificial a la producción y la introducción de robots en el campo laboral, nuestra educación sigue mutilando la enseñanza de las matemáticas y otras ciencias”.
AMLO prometió regresar al Ejército a los cuarteles, pero lo que vemos es todo lo contrario; la militarización está en su máxima expresión al asignarle al Ejército todo tipo de tareas y poner a la Guardia Nacional un mando militar y no civil como lo había prometido.
“Desde el primer día de mi Gobierno, no al mes, desde el primer día, los narcos cambiarán las armas por tractores y se convertirán en gente de bien, se los juro”, dijo contundente el actual mandatario en 2018.
Sin embargo, todo mundo sabe que actualmente se comete un homicidio cada quince minutos, según un estudio de la empresa TResearch, sumando más de 180 mil homicidios en su administración, y que la política de “abrazos, no balazos” ha sido buena pero para los criminales.
Para acabar pronto, recordemos que el lema de este Gobierno fue “primero los pobres” pero lo que AMLO presumió en Pitiquito, Sonora, en mayo de 2022 es que en su Gobierno “a los ricos les ha ido bien”.
Y efectivamente, no se pueden quejar: Bloomberg señala que la riqueza de Carlos Slim creció solo de 2019 a 2020 14.8 millones de dólares diarios; mientras que Forbes indica que la fortuna de Ricardo Salinas Pliego aumentó en 4 mil millones de dólares en un año. Citando nuevamente al maestro Aquiles, afirma: “la cobija de la riqueza es solo una, si se jala del lado de los ricos deja descobijados a los pobres”.
En otras palabras, sólo es posible que haya ricos más ricos a cambio de que la pobreza crezca. Podrán decir que aumentó el salario más de 20 %, pero lo que no dicen es que los precios aumentaron mucho más y volvemos a quedar en las mismas o peor.
Presumen de haber creado fuentes laborales, pero olvidan que más del 60 % de la gente que tiene un empleo, trabaja por su cuenta en la informalidad y que la migración va en aumento cada día porque no encuentra en México la oportunidad y el ingreso que se requiere.
Se enorgullecen de “grandes obras” como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas, el aeropuerto, etcétera, pero no toman en cuenta que su funcionamiento y utilidad aún no se ha demostrado.
En resumen, ¿qué queremos decir con esta enumeración de desaciertos del actual presidente y de la 4T? Lo que pretendemos es poner de relieve una verdad que está a la vista de todo el que lo quiera ver: no hay primer piso. Y si no existe el primer piso, ¿dónde se construirá el segundo?
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