Nos falta Vladi. Vladimir Hernández Martínez, quien fuera asesinado el 12 de abril de 2023 en el estado de Guerrero, pertenecía al plenito infantil “Wenceslao Victoria Soto”, del cual fue injustamente arrebatado. De igual manera pido justicia porque en ese cobarde acto criminal también les quitaron la vida a sus padres, Conrado Hernández y Mercedes Martínez. Este clamor no cesará mientras no haya justicia.
Ellos, Conrado y Mercedes, eran padres responsables y tenían la ilusión de que su hijo siguiera su ejemplo de compromiso y trabajo. Cada día se dedicaban a educar y organizar a los más pobres del estado de Guerrero, a quienes la vida les niega toda felicidad por su condición de parias.
Vladi aún no cumplía seis años, pero ya, con su inocencia, daba muestras de empeño y dedicación en sus labores. Su risa espontánea anunciaba al futuro hombre de carácter firme y comprometido con las causas más pobres que hacen gigantes a los hombres. El 12 de abril se cumplió un año de su desaparición física, pero el ejemplo y su legado de congruencia, bondad y alegría perviven y se fortalecen con cada abuso que los poderosos cometen contra el pueblo.
Según el INEGI, en 2020 el nivel educativo del Estado de México muestra que el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 10.1 grados de escolaridad, lo que equivale a poco más de primer año de bachillerato. En 2023, la población de 15 años y más tiene 9.7 grados de escolaridad en promedio, lo que significa un poco más de la secundaria concluida. Es decir, que en 3 años bajamos 0.4 puntos de escolaridad. Esto se debe a que el gobierno mexiquense, conforme pasa el tiempo, invierte menos en educación.
Es por ello que los estudiantes están afectados en su esencia al no tener una educación digna como lo dice el artículo 3° de la Constitución Política Mexicana. Debemos resaltar que de cada 100 personas de 15 años y más, 3 no tienen ningún grado de escolaridad, 48 tienen la educación básica terminada, 27 finalizaron la educación media superior y 21 concluyeron la educación superior. O sea, en el Estado de México, 3 de cada 100 personas de 15 años y más no saben leer ni escribir.
¿Qué pido para festejar el día del niño? Justicia para el pequeño Vladi y sus padres, y que el gobierno garantice una educación digna; es decir, un mobiliario adecuado, butacas en buen estado, sanitarios dignos, laboratorios para prácticas de ciencias, bibliotecas nutridas de libros que ayuden en la formación del hombre nuevo, salas de cómputo para ejecutar la tecnología; es decir, escuelas con un buen ambiente escolar en las que, cuando entren, lo hagan con gusto por tener una educación digna y justa.
Otro importante problema que deben atender las autoridades es el del agua potable. Aquí, en Chimalhuacán, contamos con 34 pozos de agua potable, pero no funcionan, al grado que en muchas de las escuelas se ha pedido a los estudiantes que lleven una cubeta de agua; de lo contrario, es mejor no asistir.
El mejor festejo que podrían tener los niños es tener una educación digna y justa, y tener justicia para todos los niños y niñas que sufren de violencia, como lo sufrió el pequeño Vladimir.
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