El pasado lunes 28 de agosto, regresaron a las aulas de educación básica y media superior más de 29 millones de niños y adolescentes, tanto de escuelas públicas como particulares incorporadas al Sistema Educativo Nacional. A nivel preescolar, primaria y secundaria, aproximadamente 24 millones de estudiantes regresan a las aulas en 232 mil 966 planteles distribuidos en el territorio nacional, mientras que cerca de 5 millones, corresponden a estudiantes de educación media superior.
Para muchas familias el regreso a clases los llenó de emoción, pues la vida familiar regresa a la rutina y muchos recuperan el tiempo para trabajar sin tener la preocupación por encontrar actividades para entretener a los niños en casa. Además, es importante el regreso a clases para la formación académica de los mismos.
Sin embargo, los mexicanos debemos estar profundamente preocupados porque este ciclo escolar no solo ha arrancado en medio de una gran incertidumbre económica por el alza de precios en los útiles escolares (cuadernos, libretas, lápices, plumas, colores, mochilas, etcétera), la inflación ha hecho de las suyas y se encuentra muy por encima de la inflación general anual.
El presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera, informó que la inflación ha provocado un aumento en los costos de producción y distribución de los productos escolares, lo que repercute directamente en el bolsillo de las familias. Esto lo viven los padres de familia porque los gastos para el regreso a clases, correspondiente al presente ciclo escolar, ascenderá por alumno a un mínimo de 7 mil 200 pesos; es decir, un 30 por ciento más que el año pasado y, según un estudio de WorldRemit –empresa de transferencia de remesas–, realizado en 17 países, el incremento puede ser de hasta 56 por ciento anual para este ciclo.
¿Cómo resuelven las familias mexicanas este problema si los salarios de la clase trabajadora son de hambre? El sueldo promedio alcanza apenas los 400 pesos diarios, 2 mil 800 a la semana, considerando sólo a los que cuentan con un empleo formal, ¿qué hará el obrero y jefe de familia si la lista de útiles escolares cuesta al menos mil 600 pesos; los zapatos y tenis otros mil 200 pesos, los uniformes, mil 900 pesos, la mochila, 500 pesos, un gasto total mínimo de 5 mil 200 pesos?
El pueblo pobre ante la falta de solvencia económica termina comprando útiles, uniformes, zapatos y mochilas de uso, y de contrabando, porque para eso les alcanza ya que el precio es abismal con respecto a lo nuevo, ¡son 75% más baratos! O bien. la otra manera de resolver es endeudándose.
Hay datos que dicen que aumentó la demanda de préstamos personales en empresas de tecnología financiera debido a la compra de útiles escolares. La solicitud de préstamos se incrementó entre el 10 y 12 por ciento durante esto dos últimos meses, señaló Alejandro Martí Bolaños, director de Asuntos Corporativos de Providente.
Vemos en redes sociales, como Facebook, que hay anuncios y búsquedas relacionadas con empeños, préstamos, trueques y patrones para la elaboración de uniformes, entre otras alternativas.
El pueblo pobre ante la falta de solvencia económica termina comprando útiles, uniformes, zapatos y mochilas de uso, y de contrabando, porque para eso les alcanza ya que el precio es abismal con respecto a lo nuevo, ¡son 75% más baratos! O bien. la otra manera de resolver es endeudándose
Los mexicanos llenan las casas de empeño y prestamistas para enfrentar los gastos del regreso a clases, después de agotar sus ahorros, el regreso a clases genera deudas y más deudas para los mexicanos.
Ante este verdadero problema, el gobierno de Morena no dice nada y mucho menos propone alguna política que abatan la pobreza y la desigualdad; lo permiten desde las esferas del gobierno actual, que están más preocupados por sus candidaturas y por hacer politiquería; por echar a los mexicanos humo como la de si los libros son “comunistas” o no, que de comunista no tienen ni un ápice, pero que buscan desviar la atención y esconder que para el gobierno de Morena son más importantes los intereses políticos particulares, para seguir conservándose en el poder, y no la atención a la educación de los hijos de los mexicanos que son los que verdaderamente producen la riqueza de esta patria.
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