El desabasto de medicamentos, uno de los daños sociales que ha provocado el gobierno de la 4T continua. Diversos medios de comunicación dieron a conocer que la falta de medicinas empeora la atención de los epilépticos.
El problema es grave. La Secretaría de Salud federal revela que el dos por ciento de la población mexicana tiene epilepsia, eso significa que alrededor de 170 mil jaliscienses viven con la enfermedad; de ellos, 100 mil se concentran en el Área Metropolitana de Guadalajara.
Centros de atención médica como el Hospital Civil de Guadalajara y la Secretaría de Salud Jalisco han reconocido que se han quedado sin fármacos antiepilépticos en más de una ocasión, lo que conlleva a los pacientes a buscarlos por fuera, con costos que pueden llegar hasta los ocho mil pesos al mes.
La Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica denunció el desabasto de medicamentos para niños y adultos con padecimientos neurológicos, como trastorno de déficit de atención, hiperactividad y epilepsia. Especialistas advierten que la epilepsia es una enfermedad que puede afectar a uno de cada 26 menores de edad.
La enfermedad, así como otros padecimientos, se venía atendiendo en gobiernos anteriores. Está documentado que los medicamentos para el tratamiento de la epilepsia estaban incluidos en el cuadro básico del Seguro Popular, pero este programa fue eliminado de un plumazo por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Además, a estas alturas es sobradamente sabido que el desabasto de medicamentos en México fue ocasionado por las malas decisiones del actual gobierno federal.
Investigaciones de organizaciones no gubernamentales entre ellas Impunidad Cero y Justicia Justa, identificaron las causas de la escasez generalizada de insumos médicos y señalaron posibles soluciones al mismo. El análisis final identifica que el desabasto se originó por una serie de políticas públicas mal planeadas y ejecutadas, que tenían como objetivo luchar contra la corrupción en la adquisición de medicamentos y ahorrar en la compra de insumos médicos.
A pesar de que la solución a todo esto no es complicada, pues bastaba repasar los hechos. Si había algún problema en la compra consolidada de medicamentos, pues que se corrija y mejore el proceso. Si había corrupción, que se investigue y sancione a los responsables. Al final, todos estamos de acuerdo en que es inaceptable la corrupción, sobre todo en el sector salud, pero ninguna lucha contra la corrupción puede hacerse a costa de vidas.
Lo que realmente falta es mayor inversión pública en salud y no solo entregar dinero para comprar votos y conciencias. El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), un centro de investigación de la sociedad civil sin fines de lucro ni agenda partidista, señala que la pensión universal de las personas adultas mayores ha reducido la pobreza por ingresos, pero han aumentado las carencias en materia de salud y educación en la población. También revela que hay retrocesos en los indicadores de salud. El gasto que contribuye a lograr la cobertura universal en salud se redujo de 65.8 por ciento en 2019 a 53 por ciento en 2023.
El pueblo de México no puede perder de vista de que si se canceló el Seguro Popular, dejando sin acceso a la salud a millones de familias pobres; se eliminaron las guarderías infantiles, dejando a las madres trabajadoras paralizadas y a los niños sin atención especializada; se suprimió la ayuda a los niños con cáncer, a los enfermos de VIH y a gente con padecimientos crónicos; si hay desabasto de medicamentos en todas las clínicas y hospitales del gobierno, es porque se está ahorcando presupuestalmente a varios organismos públicos, entre ellos del sector salud. De tal manera que el desabasto de medicamentos neurológicos es otro daño social provocado por la 4T.
En el marco de los 80 años de la fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que “vamos avanzando, superando obstáculos; ya resolvimos el problema del abasto de los medicamentos. Ya puedo informar que tenemos medicamentos adquiridos para este año y 2024, era un problema complejo y además con muchos intereses; muy afectado por la corrupción. Eso ya lo hemos resuelto”.
Pero, la realidad dice lo contrario. Miles de pacientes con padecimientos neurálgicos no encuentran en los hospitales públicos los medicamentos para atender sus enfermedades y terminan comprándolos a altísimos costos. En los hechos, la administración morenista está lejos de atender los problemas que aquejan al pueblo de que tanto habla AMLO en sus mañaneras.
No hay otra alternativa, los trabajadores deben confiar en su fuerza numérica. Por lo que tienen la tarea de organizarse y educarse para cambiar el rumbo de nuestra nación. Nadie más podrá hacerlo, solo el pueblo humilde, que sufre todos los días dificultades de todo tipo. La solución de todos los flagelos sociales que azotan a las capas más humildes de la población está en las manos de los que producen la riqueza de este país.
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