Las restricciones sanitarias se siguen olvidando en las principales calles del centro de la ciudad, cada día son más los automovilistas que pasan, se genera tráfico en las avenidas, son más los ciudadanos que caminan por las calles; no obstante, también es cierto que siguen subiendo inéditamente los contagios y Cuernavaca es hoy por hoy, el municipio más afectado por la pandemia, sin embargo, se preparan para retornar a la nueva normalidad.
Los gobiernos Federal, Estatal y municipal no aplanaron la curva de contagios en toda la entidad, poco, muy poco han hecho por impulsar un programa de alimentos básicos para los más de un millón de morelenses que no tienen ingresos fijos y tampoco dotaron de agua e insumos a familias vulnerables que viven en colonias que carecen de estos y otros servicios.
Los poderes no hicieron cuerpo para defender la vida de sus gobernados, como siempre, los diputados ocupándose de cosas distintas a la verdadera necesidad social, los poderes judiciales no lograron exhortar a los Gobiernos a hacer cumplir la ley y preservar la vida, derecho de todos los mexicanos, y los ediles hacen lo que pueden, aunque no pueden construir políticas más eficientes, seguramente por el mal ejemplo que les han dado sus propios gobernantes.
En este contexto social, el olvido gubernamental ya no pasa desapercibido, se comprueba en cada una de las acciones que emprenden o dicen emprender; para ejemplo lo que ocurre con el Gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo y su titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Katia Herrera Quevedo, quienes han ignorado totalmente la petición de dotar de fertilizante a 3 mil 800 pequeños productores que no son ejidatarios, pero que sin duda, también son beneficiarios de la madre naturaleza y aprovechan el temporal para sembrar sus cultivos y cosechar granos y frutos para sobrevivir.
Morelos es una de las entidad que en este 2020 fueron brutalmente castigada por los recortes al Presupuesto Federal, Estatal y por tanto el municipal, que oscila en aproximadamente 130 millones de pesos, incluso, la ex secretaría de la Sedagro dijo que los recortes provocarán que se cancele el programa de fertilizantes, como lo señaló el periódico La Unión fechado el lunes 10 de febrero del año en curso.
Y ante el silencio que guarda la Sedagro para hablar claro con los campesinos, los manifestantes no siguieron esperando, con cubre bocas, pancartas y banderas, realizaron una cadena humana que recorrió más de 400 metros de la avenida Atlacomulco, y con bocina en mano gritaron ser atendidos por funcionarios para plantear sus peticiones, luego de dos horas de permanecer allí, decidieron bloquear la avenida en sus dos sentidos, sin embargo, lo único que lograron fue que la policía vial de Cuernavaca llegará a tomar una fotografía y luego se fue.
Luego de tres horas cumplidas, decidieron anunciar que saldrán a las calles en ocho días, pero además, aseveraron que la Sedagro incurre en un delito grave al negarle rotundamente el apoyo a miles de campesinos que se dedican al temporal y que alimentan a sus familias con base en sus cosechas de maíz, frijol, pepino y calabaza, el Gobierno tiene como fecha límite el 15 de junio para cumplirle a los campesinos ya que el temporal anuncia su llegada; sino hacen nada, las consecuencias serán irreparables.
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