La Secretaría de Educación Pública (SEP) ya dio a conocer el regreso a clases para el ciclo escolar 2022-2023: será el 29 de agosto y concluirá el miércoles 26 de julio de 2023, hay algunas escuelas de nivel superior que ya iniciaron clases como es el caso de la UNAM y la BUAP. Ante el regreso a clases hay varias cosas que no se dicen ni se mencionan por parte de las autoridades educativas, ejecutivas ni de salud.
La desinfección en las escuelas. En el periodo pasado los gastos de todo el material de higiene corrieron a cargo de los padres de familia y de los maestros. Las autoridades se limitaron a proporcionar unidades por productos para el ciclo escolar pasado por escuela. Ante el regreso a clases nada se dice, teniendo como antecedente lo pasado, los padres y maestros deberán de cargar sobre sus hombros este problema, ya que la pobreza se está agudizando más y más, y la inflación sigue sin ningún control de forma ascendente.
Con respecto a la vacunación contra la covid-19, esta no será obligatoria para entrar a las escuelas. Medida, desde mi punto de vista, debiera de ser un requisito para la prevención y la reducción de contagios. La pandemia no ha terminado, aunque el gobierno se centre en otros temas y deje de lado los datos diarios de nuevos contagios y defunciones. Hasta el momento hay casi 330 mil fallecidos y casi siete millones de casos. Se relajaron las medidas sanitarias y llegó la quinta ola.
Tampoco se menciona el rezago educativo agudizado por la pandemia. En días pasados las autoridades de la SEP dieron a conocer algo que denominaron la “Nueva Escuela”, un nuevo plan de estudios para la educación básica que comenzará una prueba piloto en 900 escuelas del país, donde según ellos buscan acabar con “los procesos de colonización y sus dominios”, la propuesta no resuelve nada. Las autoridades debieran de rendir un informe del rezago educativo, de las condiciones de infraestructura de las escuelas y de problemas de preparación del magisterio; un análisis de la realidad y las medidas a tomar para combatir los problemas. El plan de estudios no tiene su origen en la realidad y no tiene como fin solucionar los problemas de la educación, es simplemente político, discursivo y busca echarle la culpa solamente al pasado.
Los problemas de infraestructura de las escuelas siguen sin resolverse. No se plantea nada sobre este problema tan profundo, hay miles de escuelas que no cuentan ni con lo más básico. En las escuelas no se hace ciencia, deporte y arte, simplemente porque no hay condiciones materiales, pero de esto nada se dice. El gobierno federal no tiene bajo su radar invertir más en la educación, las autoridades educativas debieran de entregarle un presupuesto que resuelva este problema al presidente, ya en próximos días se discutirá el PEF 2023 y después de repartir el dinero en las obras del ejecutivo poco o nada se podrá hacer, y de nueva cuenta quienes sufrirán las consecuencias serán los pobres, los hijos de obreros, colonos y campesinos.
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