La mayoría de la prensa poblana, igual que los políticos de la 4T y sus progenitores, se siente con el derecho de acusar, juzgar y sentenciar, ¡sin necesidad de probar!, en sus páginas, micrófonos y redes sociales. Y les retuerce el hígado que el acusado se defienda y los llame por su nombre: calumniadores venales. La prensa, como toda mercancía, se somete al gran poder del dinero que, siempre y a toda hora, le ofrece el político y económico. “La prensa puede ser el dedo indicador de la ruta del progreso”, como dijo el genial Víctor Hugo. Pero también puede ser la endulzadora de la realidad de un sistema descompuesto y en pudrición, porque ese sistema le paga la vida a esos periodistas.
El miércoles 3 de noviembre, buena parte de la prensa poblana nos acusó, una vez más sin pruebas, de ser invasores de terrenos en la capital del estado. No hubo evidencias. Solo imputaciones. Y no estamos de acuerdo. Para desmentir las acusaciones, tomo algunas de las notas más brutales y absurdas.
El periódico digital contrastesdepuebla.mx publicó lo siguiente: “Con toda impunidad, militantes de Antorcha Campesina invaden predios de la colonia Villa Albertina”. La nota de Dulce Gómez nos dice: “Integrantes de la organización Antorcha Campesina invadió terrenos de la colonia Villa Albertina, en Puebla capital, aunado a ello, con palos y machetes amenazaron a vecinas y vecinos, a fin de evitar su retiro. Pese al llamado de la gente debidamente ahí ubicada, personal de seguridad pública hizo caso omiso permitiendo el apoderamiento ilegal de las y los integrantes de esta agrupación”. Hasta aquí la nota de la reportera. Respeto la pésima redacción. En la nota no se prueba de ninguna manera que los invasores sean antorchistas, tampoco hay (en el peor de los casos) alguna declaración de algún vecino o funcionario que sostenga que los invasores sean integrantes de nuestra organización. Pero eso no le importa al medio. Ellos acusan al antorchismo, porque así se los pidió una fuente tan anónima que no aparece por ningún lado. En su nota, y así se van creando las calumnias, el diario “contrastes” nos acusa de varios delitos: 1) De invasión y apoderamiento de una propiedad privada. 2) De amenazar con armas blancas a los vecinos de la zona que llegaron a preguntar lo que pasaba. Y sostiene la reportera, como si hubiera sido testigo de ambos delitos, que el “personal de seguridad pública” permitió “el apoderamiento ilegal”. Así de sencillo: los antorchistas son criminales, invaden, amenazan y son apoyados por la policía.
Pero ahí no acaba el problema. Su editorial, llamado “Juegos de azar”, nos acusa, enjuicia y nos sentencia: “[…] De esta manera los antorchistas realizaron una invasión más [con] toda la desfachatez que los caracteriza. Antorcha Campesina es un lastre para la sociedad y las autoridades no hacen nada por meter a la cárcel a tanto delincuente que forma parte de esa peligrosa agrupación”. Una vez que nos acusan de criminales, ahora exigen que nos encarcelen. ¿Por qué? Porque son voceros del gobierno. Cumplen las órdenes de Miguel Barbosa y demás políticos. ¿No me lo creen? Veamos. Hasta 2019, contrastesdepuebla.mx era de los medios más consentidos del gobierno poblano. De acuerdo con el reportaje titulado “Congruencia, corrupción y dinero público en medios de comunicación”, escrito por Jorge Machuca Luna, para el portal pueblacontralacorrupcion.com, este medio digital habría recibido un total de 585,720 pesos en 2019 desde el gobierno del estado. Además, nos dice el mismo texto, de otros 100 mil pesos por parte del Congreso estatal. ¿Quién no se rinde ante tanto dinero?
Pongamos las cosas en claro. Ningún medio probó realmente que los presuntos invasores fueran antorchistas. Antorcha no invadió, porque no somos criminales. A los medios que aseguren lo contrario, les exigimos que lo prueben. La invasión en la colonia Villa Albertina y en la segunda sección de la Hacienda Las Fuentes inició desde el 2 de noviembre por la noche, cuando la ciudadanía y la población festejaba el Día muertos. Los paracaidistas son gente que responde al mismo grupo que, hace tres años, invadió un predio en el bulevar Carmelitas del que también se nos responsabilizó. En la mañana del 3 de noviembre, alguna gente comenzó a acusar a nuestra organización en las estaciones de radio y, por eso, integrantes del Movimiento Antorchista, acudimos a hablar con los encargados de la invasión para aclarar que nuestra organización no tuvo participación alguna. Ellos aceptaron que no eran de Antorcha. En la mañana del 3 de noviembre, desde la Secretaría de Gobernación municipal hubo comunicación con los líderes en la capital del estado para preguntarles si sabíamos de la invasión y si se trataba de gente antorchista. Les dijimos que no eran antorchistas y que no teníamos nada que ver con ese problema.
Ahora queda claro que a todos: al gobierno municipal, en las redes sociales, en el mismo predio tomado, en estaciones de radio y a través de un comunicado oficial, informamos la falsedad de las acusaciones.
Protestamos contra la venta de la prensa al poder estatal y de que sean las calumnias su forma de operar, porque eso daña a la sociedad que los lee, oye y ve, todos los días. Exigimos una prensa seria, verdadera, que informe a la sociedad de los graves problemas que vive el estado y que deje de ganarse la vida calumniando a los enemigos del gobierno.
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