Estamos a unos cuantos meses de que el gobierno panista que encabeza el licenciado Javier Corral Jurado termine y, lejos de que termine en medio de vítores, aplausos y caravanas de agradecimiento por parte del pueblo chihuahuense, más bien se observa y se escuchan en el clamor popular diversas preguntas y exclamaciones, tales como: ¿Qué fue lo que hizo?, ¿dónde está lo que prometió en campaña?, ¡se la pasó persiguiendo a sus adversarios y no hizo nada!, ¡mi colonia sigue sin agua potable y drenaje! ¡Mi colonia no tiene energía eléctrica!, etc.
Pues efectivamente, el sexenio del licenciado Javier Corral, lejos de haber dejado con un buen sabor de boca para los ciudadanos, o a los antorchistas del estado, no es así. A los antorchistas nos consta que, desde que inició la administración de este gobernador, el Comité Estatal Antorchista se apersonó cada año de manera muy puntual en su oficina para llevarle y entregarle un pliego de peticiones con las demandas más sentidas de los comités de colonos, campesinos y estudiantes organizados.
Haciendo uso de nuestros derechos constitucionales, como son el derecho de petición, de organización y el de manifestación, establecidos en nuestra Carta Magna, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, durante todo el sexenio acudimos de manera pacífica y respetuosa en pequeñas y medianas comisiones a darle seguimiento a las peticiones de nuestro pliego petitorio, que básicamente se reducen a cuatro solicitudes: materiales para el mejoramiento de la vivienda, programas para apoyo al campo, reconocimiento oficial de escuelas y contratación de docentes, y lotes para vivienda popular, entre otras. En esos ya cinco años de tocar puertas, de llevar oficios, de reuniones con funcionarios de tercero, segundo y primer nivel, de ir y venir, subir y bajar, asolearse, pasar frío y pasar hambres, se dicen muy rápido. Pero son cinco años de reuniones que no han sido fructíferas, no porque nosotros no hayamos querido, sino porque este gobierno no da una solución satisfactoria a las peticiones. Y lo peor de todo, es un quinquenio más en el que la clase pobre, la clase humilde y trabajadora volvió a ser víctima de la clase en el poder: no se le resuelven sus peticiones, a pesar que la clase trabajadora es la que genera la riqueza en el país y en el mundo y que engorda los bolsillos de esa clase en el poder. Sí, es esa clase pobre la que paga sus impuestos, y los gobiernos están obligados a regresar en obras y servicios en beneficio del pueblo trabajador.
Que no quede duda de que el antorchismo chihuahuense seguirá en pie de lucha hasta el último día del gobierno de Javier Corral y que quede constancia. Y a manera de reflexión: ¿cómo quiere que se le recuerde señor gobernador?
Compañeros antorchistas y posibles lectores, es el momento en que el pueblo se organice y luche y, como dice nuestro dirigente nacional, el ingeniero Aquiles Córdova Morán: "…urge que hagamos un frente común" para acabar con tanta miseria que hay en el pueblo mexicano.
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