No iniciaban aún los comicios electorales, al menos de manera oficial como el Instituto Nacional Electoral establece, cuando se dieron a conocer tantos actos de proselitismo, mismos que, ante la ley nunca fueron castigados pues, ante matices se declinaba el hecho de un “delito”, como si se tratase de aquella historia en la que el hombre se da cuenta de que su esposa le está siendo infiel pero ésta se defiende diciendo, son ideas tuyas. Una y otra vez, aún ante las evidencias más gráficas y palpables los proselitistas afirmaban que eran artimañas de la oposición, utilizadas para “manchar” la inmaculada imagen del poder federal.
Uno de los mayores actos de violencia inició precisamente ahí y, sin embargo, poco se pudo realmente condenar estas actitudes. No es sorpresa para nadie en el país que, desde entonces, se daba a conocer una lista interminable de intimidaciones, robos, secuestros, asesinatos y un sinfín de hechos atroces contra quienes contenderían en las elecciones de este próximo 2 de junio.
La violencia, durante este proceso electoral duplica, incluso, la vivida en el 2018 así lo afirma un artículo de El Universal con fecha del 29 de mayo de este año en el que se lee: “De acuerdo con el último reporte de Integralia, al 28 de mayo de 2024 se contabilizaron 749 casos de violencia política a nivel nacional, registrados desde el 7 de septiembre de 2023, fecha en la que inició el proceso, y se estima que al término de las elecciones del 2 de junio la cifra se elevará a 760”.
En nuestro estado, las cosas no son distintas pues, según informes de organizaciones de derechos humanos, se registraron al menos 34 asesinatos de candidatos, aspirantes y funcionarios electorales durante las elecciones en Chiapas en 2024. Se reportaron, además, varios casos de intimidación y violencia física contra votantes por parte de supuestos grupos durante el proceso electoral, lo que resultó en varios heridos. Hubo, también, distintas denuncias de compra de votos, lo que generó conflictos y tensiones entre los diferentes partidos políticos. Estos son algunos de los casos más sonados, pero los asesinatos y actos de violencia entre grupos y partidos se han convertido en una constante en la prensa local, uno de los más difundidos, el encuentro entre miembros del Partido Verde Ecologista de México, contra miembros de su coalición del partido MORENA.
Ante este clima de terror, el Partido Acción Nacional, lanzó el día de hoy, un comunicado en el que exhortaba a atender la crisis de inseguridad para no arriesgar la elección 2024 en Chiapas, “tan sólo en estos últimos días de campaña se han registrado asesinatos de políticos y atentados en varios municipios, entre otros episodios de violencia que se desarrollan en diferentes regiones de nuestro estado”, afirmaron. Al mismo tiempo, compartían las planas de los diarios la denuncia de Coparmex, donde se reporta riesgo de violencia en 17 municipios durante la jornada electoral y también la nota “Cierra periodo de campañas electorales con, al menos, 34 aspirantes o candidatos asesinados” en El Economista.
Antorcha ha mostrado fielmente su posición no solamente en el estado sino en todo el país, llamando a unas elecciones pacíficas y que se haga valer el pleno derecho a un sufragio efectivo sin violencia ni represiones, y a que el voto del pueblo se respete. No son nuevos los llamados a la paz que se hacen por parte de nuestra organización; Antorcha hace un llamado enérgico a que el clima de violencia cese y exigimos a las autoridades electorales y estatales que se proteja la vida de todos los hombres que, sintiendo representación por algún partido, trabajan con ahínco durante estos procesos. A eso llamamos a las autoridades.
No sin olvidar que, la violencia en la democracia en México es prueba irrefutable de lo podrido del sistema imperante que, nuevamente, saca sus garras para defender su dominio económico.
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