Abrazos no balazos, una de las estrategias más ingeniosas del presidente Andrés Manuel López Obrador, en cuanto a la seguridad de los mexicanos se refiere, al decir que no confronta a los delincuentes con la Guardia Nacional porque los integrantes de los grupos armados “también son seres humanos”, y deja en completa indefensión a miles de habitantes que han sido víctimas de esta inseguridad, Les da más protección a los delincuentes.
La importancia que el inquilino de Palacio Nacional le da a la seguridad de su pueblo, deja en claro la poca seriedad, obligación y responsabilidad al momento de garantizarla, y es que en nuestro país la inseguridad ha incrementado de manera exagerada. De acuerdo con los datos sobre homicidios, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el número total, en lo que va de la presente administración, va a rebasar los 122 mil 231 homicidio doloso, uno cada 15 minutos, desde el 1 de diciembre de 2018 al 1 de junio de 2022, cifra mayor a los homicidios que ocurrieron durante todo el sexenio del expresidente Felipe Calderón, quien lanzó una estrategia para capturar (vivos o muertos) a los grandes capos del crimen organizados en México, cifra que también supera a los homicidios dolosos del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El aumento de la tasa de homicidio doloso en el país se dispara de manera alarmante, la violencia es recurrente y no se ha logrado a pesar de la presencia de la Guardia Nacional y el despliegue militar en gran parte del país disminuir los grupos y células criminales.
Este panorama desalentador, en el marco de inseguridad que afecta a todos los estados, y Quintana Roo no se queda atrás, se ha convertido el estado con peor competitividad en la península, la delincuencia organizada va creciendo de forma acelerada.
En 2021 el municipio más grande del estado de Quintana Roo, Benito Juárez (Cancún) fue la séptima ciudad del país con mayor percepción de inseguridad, no hay un sólo día que no haya balaceras, sangre, muerte, luto, dolor y desaparecidos en este municipio, y es que Cancún es conocido a nivel mundial por sus hermosas playas y hoteles de lujo.
Las cifras confirman que no han funcionado el plan de seguridad con el que se restablecería la paz y armonía en el país, los dichos y la realidad no han sido las que pregonó el mandatario, no se trata de proteger a los delincuentes ni mucho menos matarlos, esa no es la opción, se necesita implementar una política eficaz pública contra la violencia que será algo difícil que la lleve a cabo, siempre y cuando la 4T, tenga la voluntad política de hacerlo.
Ni abrazos ni balazos, señor presidente, por más que usted lo repita y lo pregone jamás se podrá implementar, los mexicanos seguiremos esperando hasta el último día de su mandato para comprobar que del plato a la boca se cae la sopa.
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