El Seguro Popular atendía a aquellas personas que no contaban con ningún otro servicio público de salud, IMSS, ISSSTE, etcétera; antes de su desaparición por el actual gobierno federal, a más de 55 millones de mexicanos.
Con dicho esquema de atención, esos millones de mexicanos podían, al menos, aspirar a recibir atención y lograr acceder a operaciones costosas; ahora en este gobierno, simplemente se les dejó en el total desamparo, sin cobertura médica, pues el programa creado para sustituir el Seguro Popular, el INSABI no resolvió, empeoró la atención.
Y, ahora, tres años después y para tratar de subsanar el fracaso del INSABI, por decreto, se creó el IMSS-Bienestar con las mismas funciones, con el mismo propósito: “…brindar a las personas sin afiliación a las instituciones de seguridad social atención integral gratuita médica y hospitalaria con medicamentos y demás insumos asociados”; pero, de acuerdo con todos los datos oficiales que existen y, a los testimonios de cientos de personas que han buscado la atención médica, tampoco funciona.
El hoy Presidente de la República centralizó la compra de medicamentos y recursos para prestar el servicio de salud, pero de acuerdo con los conocedores, dicha centralización tenía como objetivo quitarle a estados y municipios el control y los recursos
Asimismo, con el argumento de la “austeridad” y la supuesta lucha contra la corrupción, el gobierno federal, bajo un criterio de control central, que tanto criticaba el hoy Presidente de la República, centralizó la compra de medicamentos y recursos para prestar el servicio de salud, pero de acuerdo con los conocedores, dicha centralización tenía como objetivo quitarle a estados y municipios el control y los recursos para proporcionar el servicio de salud a la población.
Además, de centralización de las compras de medicamentos e insumos, se cambió de organismo para realizarlas, primero se le transfirió dicha responsabilidad a la Secretaría de Hacienda y luego a la oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), es decir, se le dio la tarea de las compras a quienes desconocen completamente del tema, como si se hubiera mandado a comprar todos los reactivos químicos de una fórmula al taquero de la esquina.
Resultado: grave desabasto de medicamentos y su consecuente encarecimiento.
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