Hoy en día, nuestro país atraviesa por una terrible crisis de salud, de acuerdo con el informe “Radiografía del Desabasto: Informe de Transparencia 2017-2021”, elaborado por Colectivo Cero Desabasto.
Según el documento, el desabasto de medicamentos en México registró un récord en 2021, se advirtió que las recetas sin surtir, el calvario de los pobres enfermos, creció en 21 millones en los últimos tres años, ya que, en 2018, aún con la existencia del Seguro Popular, habían 2.9 millones de recetas sin surtir, en 2021 fueron 24 millones.
Tomando en cuenta los datos del informe elaborado por el colectivo, vemos que en los primeros tres años del gobierno de la autollamada Cuarta Transformación aumentó en 21 millones, dejando con ello una terrible crisis de recetas sin surtir.
La privatización de la salud en México sigue en marcha, pues para muchos pobres costear sus medicinas se ha vuelto cada vez más difícil. Los mexicanos debemos anclar el dedo en esto y por ningún motivo permitir que nos arrebaten un derecho elemental
Recordemos que, en 2020, el Instituto de Salud para el Bienestar, mejor conocido como Insabi, sustituyó al Seguro Popular. Las funciones del organismo de salud de la 4T eran prácticamente las mismas, atender a todas las personas que no disponen de seguridad social, brindar, de forma gratuita, los servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados al momento de requerir atención.
Pero mientras todos hablaban de la salud del presidente, a la vista de todos, le clavaron otro puñal al ya moribundo sistema de salud del pueblo.
Ya ni hablemos de un sistema de salud, como el de los países nórdicos, del que tanto parloteaba el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su campaña. Ahora los mexicanos pobres se quedaron sin otra institución de salud.
Antes de la eliminación del Insabi, tuvo una reducción en su personal médico, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), “el número de personal médico por cada mil personas que reportaron estar afiliadas al Seguro Popular (SP) hasta 2019 y al SP/Insabi en 2020, se redujo, pasando de 3.41 a 3.31”.
El mismo Coneval reveló que en sus tres años de existencia, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no hizo explícita la asignación de recursos de los convenios firmados con los estados que se adhirieron a esta estrategia, lo que impidió garantías a la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos. Un punto que revela que contrario al discurso presidencial, la corrupción y la falta de acceso a la salud continuó permeando en la salud.
Urge que a los mexicanos exijamos que se haga valido el derecho a la salud, pues el Insabi fue una fachada para el desfalco, que la corrupción criticada por el gobierno de López Obrador hoy vive y se desarrolla monstruosamente y peor que en el pasado, además de que la 4T condena y ataca a todas las voces que se atrevan a articular una crítica a su política, aunque estas sean instituciones formalmente acreditadas.
No se trata solo de la desaparición del Insabi por ser una institución morenista, por más oposición que sea a la 4T, a nadie le conviene que la crisis de la salud continúe a este ritmo y con este grado de deterioro.
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