Agradezco a la población de Chilpancingo, Guerrero su solidaridad y comprensión durante la caminata de más de seis mil antorchistas que recorrieron las principales calles de la capital guerrerense. Aprovecho este espacio para disculparme por las interrupciones y molestias que ocasionamos debido a nuestra protesta. Reconozco que estos eventos generan inconvenientes en la vida diaria de la ciudad, y valoro la paciencia y el apoyo que nos brindaron.
Este homenaje que conmemora el "Día de los Mártires Antorchistas", tuvo un significado especial en esta ocasión. Nos reunimos en Chilpancingo debido al trágico asesinato de nuestros compañeros, Conrado Hernández, Mercedes Martínez y su pequeño hijo. Aunque sus autores materiales e intelectuales aún siguen en libertad, queremos dejar en claro que el clamor de los antorchistas y de los familiares de las víctimas trasciende el ámbito local. Es un grito que representa a miles de mexicanos ofendidos por la impunidad y los crímenes sin resolver.
Quiero expresar mi gratitud al antorchismo nacional, a los familiares y amigos de los mártires de Antorcha, por el esfuerzo realizado para trasladarse a este estado sureño y muy lejano de sus lugares de origen. Su apoyo en este evento son testimonio del compromiso y de la unidad que nos impulsan a seguir adelante. Esta vez fue necesario trasladar esta conmemoración a la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo de los Bravo, que históricamente se realiza en Tecomatlán, Puebla, cuna de nuestra organización, para poner énfasis en los homicidios perpetrados contra nuestros compañeros, particularmente atroces e indignantes al cobrar la vida de inocentes, incluyendo a un niño de corta edad.
Desde el nacimiento de Antorcha, hemos sorteado y resistido prácticamente a todas las agresiones físicas y verbales que nos han puesto en frente. Sin embargo, persistimos en nuestra existencia política, pues las causas que generaron el surgimiento de nuestra organización siguen presentes en la realidad actual, provocando otros problemas, como el de falta de seguridad, que está ocasionando muchos sufrimientos a miles de familias mexicanas. Las promesas de justicia de las autoridades, no deben quedar en palabras y declaraciones, el pueblo necesita ver a los delincuentes en la cárcel, para que todos aquellos que pretendan delinquir, sepan que se les aplicará la ley.
En Antorcha luchamos por la justicia, la dignidad y por un cambio en nuestro país, en donde la pobreza no genere tantas desgracias. Y estamos convencidos que este México humano y justo no podrá realizarse sin un pueblo organizado, educado, consciente de sus derechos y deberes. Un país así, no permitirá que en su territorio se cometan crímenes imperdonables como los de Conrado, Meche y su único hijo. Este proyecto requiere de la participación de todas las mujeres y hombres buenos de México, por eso el antorchismo los convoca a levantar la voz para parar el baño de sangre en el que se ahoga nuestro país, y a organizarse en el Movimiento Antorchista Nacional, para acelerar la organización de una futura y nueva patria.
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