*En la capital del Estado Grande y en otras localidades, humildes colonos y campesinos se afanaron en la colecta de víveres, agua y ropa destinados para las víctimas de las inundaciones en Tabasco.
Chihuahua, Chih.- "Se siente uno bien, como cuando las aves cantan en el arroyo”. No se supo qué quiso decir doña Gloria Morales con eso, pero viniendo de ella, seguro que se trata de una cosa buena. Es que les llegó de repente a los colonos de la capital del estado, la tarea de repartir volantes y de perifonear, así como de ir casa por casa (las debidas precauciones guardadas, por si al covid-19 se le ocurre pegarle a uno en la ropa o en el cuerpo, Dios no lo quiera) para invitar a los vecinos a participar en la campaña para juntar víveres, agua, medicinas y ropa en buen estado para los damnificados por las inundaciones en Tabasco.
Pa’ luego es tarde. Se instaló el primero de los Centros de Acopio en "el domo&rdquo, como le llaman en Vistas Cerro Grande a las canchas techadas en calle 66 y Media y Nueva España, que es el punto central de reunión de los antorchistas y de los colonos en general, de las colonias aledañas al Cerro Grande.
El segundo Centro de Acopio se abrió lejos de acá, hasta la orilla Oriente de la ciudad, "allá donde se devuelve el aire&rdquo, en el Albergue Cultural de Punta Oriente (Calle Alamil esquina con Parques de Oriente).
Tercero y cuarto: En la ciudad de Jiménez, a partir del miércoles 2 de diciembre, se instalaron mesas de recepción de donaciones en la Plaza de Armas frente a la presidencia Municipal, y en el salón de usos múltiples Clara Córdova Morán de la colonia Tierra de Encuentro.
En San Juanito, Bocoyna, se abrió otra mesa de recepción también.
En la pujante ciudad de Cuauhtémoc, otro Centro de Acopio.
Y en tres colonias de la capital, la gente se instaló en la banqueta con su mesita, sus volantes, sus letreros, una de estas afuera de una tienda de abarrotes para mayor conveniencia
Y los chihuahuenses solidarios terminaron por instalar 9 Centros de Acopio.
Los activos antorchistas se empeñaron en explicar a la gente en la calle, que tras dos meses ya pasaditos de que cayeron las primeras inundaciones, el gobierno del estado, y cuantimás el indiferente y marrullero gobierno federal, se ausentaron de sus obligaciones. Argumentaron que los tabasqueños se han tenido que rascar con sus propias uñas, literalmente aferrados a permanecer en sus techos o acampando, en muchas ocasiones, en sus segundos pisos a donde no llegó el agua, viviendo como pueden, comiendo lo que pueden, bebiendo la poca agua que consiguen y dependiendo de lo que sus similares, obreros, colonos, campesinos de Tabasco y de todo el país, les han conseguido para sobrevivir.
"Sólo el pueblo ayuda al pueblo&rdquo, fue la consigna de la campaña nacional pro Tabasco.
Y no me aguanté, y le pregunté a la señora Gloria Morales que qué quiso decir con eso de que "Se siente uno bien, como cuando las aves cantan en el arroyo”. Ah, contestó, es que en el arroyo, las aves encuentran agua, pero sobre todo insectos que también van a beber, y que es lo que comen ellas, por eso se sienten bien ahí, "y así se siente una cuando ayuda a quienes caen en desgracia”.
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