Se alude mucho a la “histórica” reducción de la pobreza en Yucatán. Destacando el “inagotable trabajo” de las autoridades estatales, cuyo fruto fue gracias a los apoyos entregados o “a través de una visión política humanista es como estamos saliendo adelante”. Pero esa política humanista, el antorchismo y los yucatecos organizados en sus filas no la han visto, toda vez que el pueblo organizado se ha acercado al gobierno y éste lo ha ignorado.
El antorchismo busca, justamente, acabar con la pobreza, por ello mismo se acercó con las autoridades gubernamentales a quienes le plantearon sus múltiples necesidades, mismas que fueron ignoradas a pesar de solicitar diálogo y que al ser negado, se hicieron manifestaciones, donde también el pueblo fue ignorado en reiteradas ocasiones.
Ese “gobierno humanista”, como lo dijo recientemente el gobernador en el contexto de la Asamblea de la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (Goan), es también selecto a quién sí y a quién no apoyar. Yucatán, un estado donde existe una desigualdad de oportunidades, lo que dificulta mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Porque no olvidemos que es justamente nuestra entidad donde tiene la canasta básica más cara en todo el país, factor que no toma en cuenta el gobierno.
Pero dichos “resultados” serían de aplaudir si en verdad se trabajara y sacara, en serio de la pobreza a todos los yucatecos; podemos ver en plena capital, al sur de ésta, que hay colonias sin servicios como agua, luz, electricidad o incluso familias que no tienen una vivienda digna
Los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que tanto elogian dicen que en la entidad se alcanzó las cifras más bajas en la historia, al obtener a 236 mil 684 personas fuera de la pobreza; 105 mil hombres y mujeres salieron de la pobreza moderada y 130 mil 685 quedaron fuera de la pobreza extrema, pero si contrastamos los datos del Índice de Desarrollo Social en el informe anual sobre Situación de Pobreza y Rezago Social 2023 presentado a principios de año por la Secretaría de Bienestar, evidencia que el número de habitantes que no tienen Seguridad Social ascendía a un millón 204 mil 300 pobladores (53.3 %), mientras que esa reducción que aplaude el gobierno, sólo abarcó de ese porcentaje, el 5.8 por ciento, sólo la mínima cantidad de 66 mil 996 personas salieron de esta carencia.
Pero dichos “resultados” serían de aplaudir si en verdad se trabajara y sacara, en serio de la pobreza a todos los yucatecos; podemos ver en plena capital, al sur de ésta, que hay colonias sin servicios como agua, luz, electricidad o incluso familias que no tienen una vivienda digna, mismas que la han solicitado y quienes a raíz de la pandemia se quedaron sin un patrimonio, de esto no se habla y con los apoyo señalados no se van a resolver estas necesidades que en tiempos de lluvias se hace más evidente la carencia. Y a la gente no se le saca de la pobreza con apoyos, estos sólo cubren una demanda inmediata pero no el mejoramiento de colonias, las verdaderas necesidades.
Por otro lado, en dicha reunión del Goan, el gobernador señaló “tenemos que seguir dando certeza jurídica para que vengan nuevas empresas a invertir, salir a promover nuestros estados a nivel nacional e internacional para generar los empleos que la gente necesita”, sí se promueve, pero no para disfrute de los yucatecos, sino para servirles a aquellos extranjeros que vienen a esta maravillosa entidad, misma que va avanzando, pero para beneficio de los turistas.
Al gobierno se le olvida que también los yucatecos tienen derecho a recrearse a vivir mejor y, sobre todo, disfrutar de su estado, situación que suele ser imposible o costosa, por los altos precios que se manejan para el turismo.
La gente no sólo busca empleo, sino tiene otras necesidades que de las cuales tiene que cubrir, a parte de la alimentación, sino también su recreación, vivienda, obras y servicios que de eso se habla y se vio poco durante esta administración, sólo beneficiando en las zonas turísticas que no se le redistribuye a los yucatecos para vivir mejor.
El Movimiento Antorchista, desde hace ya 49 años, ha buscado que el pueblo pobre de México no acabe con su vida en sólo trabajar, sino disfrutar de ésta, recrearse con cultura y vivir para sí.
Si en verdad se quiere acabar con la pobreza, deben de implementar otras políticas y el antorchismo ya las planteó desde hace 10 años:
1.Crear trabajo para todos. Deben dedicarse esfuerzos para la creación de fuentes de empleo para todos los mexicanos que estén en edad productiva, pues más de la mitad de los trabajadores, (57 por ciento), labora en el sector informal.
2.Elevación de los salarios. Mejorar los ingresos de la gente a través de la elevación real de los salarios para que sean bien remunerados y que permitan solventar los gastos familiares.
3.Política fiscal progresiva. Que se cobren más impuestos a quienes ganan más, pues el impuesto que se le cobra al 10 por ciento más rico de México es muy bajo comparado con otros países representando el 19.5 por ciento del Producto Interno Bruto.
4.Reorientación del gasto público. Como cuarto y último punto que el gobierno construya redes de agua potable, energía eléctrica y drenaje, calles, centros de salud, hospitales, universidades, unidades deportivas y áreas de recreación en beneficio de los habitantes de las comunidades humildes, ello evitaría que los porcentajes de pobreza en los municipios.
Solamente así, con los puntos que propone el antorchismo, sacaremos en serio de la pobreza a los yucatecos y a todos los mexicanos, teniendo, ahora sí, motivo de celebración, mientras no se haya erradicado al cien por ciento, no hay motivo para celebrar. Compañeros y amigos que me leen, no dejemos de sumar fuerzas por un proyecto de nación que en verdad busque que el pueblo viva mejor como lo dijo nuestro maestro Aquiles Córdova Morán:
Yo sueño con un mundo de luces solamente
donde el hombre trabaje y viva sin llorar
donde el alma se expanda y vibre tiernamente
como el ave que canta, como el cielo y el mar.
Donde todos los seres tengan pan y vestido,
donde todos los niños tengan aula y hogar,
donde el alma se eleve como el águila al nido
y el espíritu humano pueda libre cantar.
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