Faltan exactamente cinco meses para las elecciones intermedias en nuestro país, dicen los conocedores que será un proceso muy trascendental, pues se disputarán las gubernaturas de 15 estados, 1,063 diputaciones locales, 500 diputados federales 300 por mayoría relativa y 200 por representación proporcional; 1,923 presidencias municipales, estos últimos a excepción de Hidalgo y Durango, se realizarán por primera vez en el mismo día, en todo el país. Sólo en Quintana Roo y Coahuila no habrá renovación de sus congresos locales. Un segundo elemento que hace histórica las elecciones del 6 de junio es la cantidad de electores que deberán participar, pues según el Instituto Nacional Electoral (INE) son 95 millones de mexicanos que están llamados a votar. Un tercer factor que está influyendo este proceso es la pandemia del coronavirus. Los mexicanos tenemos pues la oportunidad de hacer cambiar el rumbo en este segundo periodo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que, por ser mayoría hasta ahora, dominan a su capricho, el Congreso de la Unión y La Cámara de Senadores.
Desde mucho antes del 7 de septiembre, fecha en que oficialmente determinó el INE el inicio del proceso electoral 2020-2021, los partidos políticos, y claro, los actores y representantes empezaron a ver la posibilidad de formar alianzas para asegurar el mayor número de votos. Sin embargo, el partido que ahora ostenta el poder federal, dio muestra, una vez más, de incongruencia, intolerancia y dejó de manifiesto las pugnas entre los grupos que conforman este organismo político, poniendo al descubierto sus intereses mezquinos. Desde el nombramiento de su presidente nacional, quedó claro una vez más, que este partido no busca la unidad entres sus militantes, mucho menos la del país. Pues entre dimes y diretes, dejando en la carrera a Muñoz Ledo, se impuso Mario Delgado como presidente nacional, quien tuvo que ser ratificado por Tribual Electoral; luego vino el proceso de la alianza con los partidos satélite, el verde ecologista y el Partido del Trabajo y otros de reciente creación y reconocidos a modo; finalmente la designación de los precandidatos a las gubernaturas es la etapa, por la forma, los pleitos de grupos internos y la mano del presidente en este proceso, que retrató de cuerpo entero a este partido, que se autodenomina "la esperanza de México”. El caso más ilustrativo es la polémica forma de designación del, aún más polémico precandidato a contender por la gubernatura del estado de Guerrero, el senador con licencia, el ingeniero Félix Salgado Macedonio.
Este partido que supo aprovechar el hartazgo de la gente por los malos resultados de las administraciones pasadas y la poca o nula educación política de la mayoría de los mexicanos, que lo único que les interesaba era un cambio, sin ponerse a pensar en la dirección que tomaría ese anhelado cambio, y mucho menos en pensar que los personajes que dirigirían ese "cambio” salieron precisamente de los partidos que todos aborrecían y odiaban. Y fue así como, con el anzuelo de "primero los pobres” muchos seguidores del nuevo mesías se convirtieron en incondicionales del presidente tanto en la Cámara de Diputados como la de senadores, jugando un papel muy denigrante, muy alejado de los intereses del pueblo que deberían de defender. Esos diputados y senadores que con su actitud de servilismo al Ejecutivo contribuyeron a hundir al país en una profunda crisis económica, aprobaron la desaparición de programas sociales que perjudico a los sectores populares más desprotegidos, que desaparecieron fideicomisos sólo para poner en manos del presidente miles de millones de pesos para uso electoral y lo más infame es el desmantelamiento del sistema de salud, que si bien es cierto no era eficaz, pero era reconocido a nivel mundial, por sus resultados, porque todos los mexicanos gozaban del derecho universal de las vacunas, el cual era oportuna y gratuita, gracias a las cuales se erradicó enfermedades como el sarampión, la poliomielitis, la varicela, etc., en su lugar, la 4T creó el Insabi, que carece de estructura y que no ha sido capaz de controlar la pandemia del coronavirus.
Pues resulta que ahora, en la contienda electoral, muchos de esos "flamantes” diputados y senadores de morena, quieren reelegirse, y otros aspiran posiciones mas altas, quieren gobernar los estados de donde son originarios. Uno de esos es Félix Salgado Macedonio, senador con licencia. Personaje muy polémico, tanto en la vida política como en su vida personal. Pues en su administración de presidente municipal en Acapulco se dispararon los índices de inseguridad y violencia, se le relaciona con ciertos grupos delictivos y tiene en su haber cuando menos tres denuncias por abuso sexual, aun así, el domingo 31 de enero, su partido ratificó la postura de mantenerlo como precandidato. Por lo que se observa, este partido carece de verdaderos cuadros que defiendan al pueblo, solo sostienen, a como dé lugar a personajes que estén dispuestos a defender los intereses de AMLO, no importando si tienen la capacidad y la solvencia moral para ostentar un puesto de esa naturaleza. Por más que le buscamos en su historia política, como presidente municipal de Acapulco, como diputado Federal en dos ocasiones y Como Senador, no hay algo digno que los Guerrerenses le agradezcan y le reconozcan como un ciudadano ejemplar y mucho menos como político. Macedonio, efectivamente es muy popular, pero por los escándalos que ha protagonizado por los excesos de alcohol, Fanfarronería y acoso sexual y además de las ridiculeces como actor de cine y cantante. Pues Morena se empeña en sostenerlo como candidato, apenas hace unos días, el presidente de este partido Mario Delgado sostuvo que Félix Salgado será el candidato de morena por la gobernatura en el estado de guerrero. Creo que este tipo de gobernantes no merece nuestro estado ante tanto atraso económico y cultural que tenemos.
Los candidatos de morena no representan los intereses populares, ellos defienden sus intereses mezquinos, tanto personales como del grupo al que pertenecen y para seguir conservando sus privilegios se convierten en simples empleados serviles del ejecutivo federal, quien a su vez, no desaprovecha cualquier situación para maniobrar, y con el dinero de los impuestos, esta jugando con la vida de los mexicanos, al vacunar al ejercito de servidores de la nación, cuya función primordial de este grupo es realizar operaciones políticas para asegurar el voto, mientras que prolonga el plazo para la vacunación y efectuarla a pocos días de las elecciones y así crear un ambiente mediático. es tarea de todos los mexicanos que no estamos de acuerdo en la forma que gobierna la 4T. Para cambiar el rumbo del país en este próximo seis de junio, no debemos de votar por candidatos de morena, cuya trayectoria política conocemos de sobra que no están para defender al pueblo, busquemos a dignos representantes de las clases populares. Pero ni un voto para morena.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario