Se ha vuelto una costumbre de muchos políticos oportunistas cambiar de partido político como si en eso radicara la esencia para que nuestro país salga del atraso económico en que ha venido cayendo, cuando son esos mismos políticos los que han contribuido al rezago de este país, pero desgraciadamente es más fácil para ellos cambiar de partido que intentar cambiar el modelo económico, el problema por lo tanto no es cambiar de partido sino de modelo económico, y para esto no se necesita un partido como los que ya existen, se requiere también de otro tipo de partido, que logre además un arraigo popular y que haga de este arraigo su fortaleza para lograr así el objetivo que se persigue.
Pero esto no sucederá fácilmente si no hay una verdadera organización de masas y una fuerte politización del pueblo trabajador, por lo tanto, quien cambia de partido solo lo hace movido por intereses personales o de grupo y de ahí no pasa; por esta razón aunque surjan y surjan nuevos partidos políticos, la situación de nuestro país no cambiará mientras no haya un partido de nuevo tipo, donde todos se sientan identificados con los nuevos objetivos y sobre todo convencidos de que dichos objetivos son reales y alcanzables.
Hasta ahora no ha habido nadie, a excepción del Movimiento Antorchista Nacional, de explicar por qué es necesario cambiar de modelo económico y cómo se puede lograr este mismo, pero para hacerlo se requiere de una convicción profunda y científica y no balandronadas como lo hacen muchos teóricos y politiquillos que solo en campañas electorales se “desgreñan” para convencer al pueblo de que ellos sí están dispuestos a cambiar todo lo injusto que existe en nuestro país, pero no se trata de esto, ni de andar de chapulín; aquí como dijo el gran filósofo y economista Carlos Marx, no se trata de interpretar el mundo sino de transformarlo, así en el sistema de partidos, no se trata de pasar de uno a otro, sino de forjar uno de acero, a prueba de todo para que nadie se corrompa, y a este nivel ningún partido existente ha llegado, todos tienen la misma esencia; es decir, mantener el mismo modelo económico mas no cambiarlo, pero aquí se trata de cambiarlo, no de mantenerlo intacto.
Esta es la gran debilidad de todos los partidos en México, porque todos ha sido formados para lo mismo y hasta los que se hacen llamar de izquierda, en México no hay partido de izquierda, todos están buscando mantener y fortalecer hasta donde puedan el modelo imperante y de ejemplo tenemos a los morenistas encabezados por López Obrador, ya que todo lo que han estado haciendo es para apuntalar este modelo, quitar programas sociales, hacer recortes presupuestales, cambiar leyes a modo, desmantelar instituciones públicas, etc., y, ¿quiénes son los que no han alcanzado a entender todo esto? El pueblo trabajador, el pueblo no politizado, el que sigue creyendo que solo un hombre bueno y sabio puede cambiarlo todo y hacer justicia, pero eso no existe, no es posible, si el pueblo tiene sed de justicia, tendrá que arrebatarla con unidad y lucha y el medio que tiene a su alcance para lograrlo es un partido político pero nuevo y distinto, forjado y formado por hombres y mujeres con temple de acero, convencidos de que es el mejor camino en lo inmediato y a largo plazo, de lo contrario, no debe esperar que un presidente de la república le mejore sus condiciones de vida porque eso ya lo padecemos y nada ha cambiado para bien del país. Esta debe ser la lucha del pueblo, hacerse de un partido político para lograr una verdadera justicia y al mismo tiempo crear las condiciones necesarias para cambiar el modelo económico, no tiene otra salida, la historia así nos lo ha demostrado y así tiene que ser por necesidad histórica y no por gusto de nadie.
Hagamos pues del partido un arma de lucha, una herramienta de trabajo y de transformación y que no sirva solo para simples elecciones de cada tres o seis años y con esto mantener sometido y oprimido a nuestro pueblo para toda la vida, pensemos más en el futuro de nuestros hijos y de la patria que queremos, y esto debe ser motivo suficiente para cambiar lo que todos los partidos políticos no han querido cambiar, el modelo económico; un día este sueño tendrá que cumplirse con el pueblo y su partido a la cabeza, la historia así lo está exigiendo también.
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