Desde que Antorcha Campesina, hoy Movimiento Antorchista Nacional, nació a la luz pública, sostuvo con claridad que el principal problema del país, el origen de donde nacen y se alimentan casi todos los graves problemas públicos, era y es la pobreza.
En aquel tiempo (1974), nadie nos tomó en serio ni nos hizo ningún caso, por el contrario, fuimos víctimas de una intensa campaña de insultos, acusaciones y calumnias que distorsionó la imagen pública y la verdadera naturaleza y propósitos de nuestro naciente movimiento. Se nos tachó de paramilitares, brazo armado del PRI, esquiroles pagados por el gobierno para desestabilizar y denunciar a las verdaderas organizaciones revolucionarias, entre muchos otros calificativos.
A casi 50 años de distancia y a poco que se piense, la propia realidad y nuestro acontecer diario demuestran que males como la falta de vivienda, de servicios básicos como agua potable, gas, electricidad y drenaje; servicios de salud deficiente y falta de medicamentos; mala calidad de la educación; marginación lacerante de poblaciones urbanas pequeñas ubicadas en la periferia de las grandes ciudades, olvido absoluto de las poblaciones rurales; emigración del campo a los centros urbanos del país y al extranjero en busca fuentes de empleo y del llamado sueño americano; el crecimiento descontrolado del ambulantaje, el crecimiento del narcotráfico y del crimen organizado tienen todos su origen en la pobreza y la desigualdad que afectan a la gran mayoría de los mexicanos.
A diario, los diferentes medios de comunicación dan cuenta de la difícil situación que padecen millones de mexicanos ante la incertidumbre de no tener que comer al día siguiente, y que según informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), hoy como resultado de la mal estrategia de atención de la pandemia de covid-19, hay 9.8 millones de nuevos pobres en México. De acuerdo con investigaciones del mismo organismo, uno de cada cuatro mexicanos padecería ahora pobreza extrema por ingresos.
Por su parte el INEGI informa que, en el último trimestre de 2020, 6 de cada 10 trabajadores tanto formales como informales, percibían menos de dos salarios mínimos, un salario de hambre si tenemos en cuenta que el salario mínimo es de 123.22 pesos y que el costo de la canasta básica es de 600 pesos.
Con respecto al problema de la falta de vivienda que, por su precariedad e insuficiencia en nuestro país, no aguantó ni las más elementales recomendaciones para enfrentar la pandemia, para millones de mexicanos, el quédate en casa resultó una tortura, un espacio diminuto, sin agua, sin drenaje, sin pavimento.
Estudios realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalan que la crisis por la falta de una vivienda digna en México elevó brotes de contagios de la covid-19 ante el confinamiento, sobre todo en zonas consideradas como de alta marginación o de pobreza extrema, donde el 71 por ciento de las personas fallecidas vivían en condiciones de pobreza.
Problemas como la inseguridad, el mal sistema de salud, la falta de apoyo al campo, la mala calidad de la educación y la falta de servicios básicos, son problemas que ya existían, pero que se evidenciaron aún más con la pandemia y con las erróneas políticas implementadas, durante estos más de tres años de gobierno de la mal llamada Cuarta Transformación. Hoy, como hace 50 años, la realidad demuestra que Antorcha tenía y tiene razón.
En Jalisco, las cosas no son diferentes, solo basta abrir la paginas de un diario local o ingresar a cualquier plataforma digital para enterarse de los graves padecimientos que viven a diario miles de jaliscienses por las precarias condiciones de su entorno. La falta de servicios públicos básicos en un considerable número de comunidades y colonias marginadas y olvidadas de municipios del interior del estado y del área metropolitana de Guadalajara parece no importarle mucho a algunos funcionarios de la actual administración estatal, a pesar de que, por diversos medios y ante diferentes secretarios, la representación estatal del Movimiento Antorchista ha reclamado una solución a una serie de necesidades contempladas en un pliego petitorio presentado, en tiempo y forma, desde el inicio de la actual administración.
Debido a lo anterior, el próximo jueves 07 de abril del año en curso, un contingente de campesinos marcharemos rumbo a Palacio de Gobierno con el fin de buscar la intervención directa del Gobernador del estado, Enrique Alfaro Ramírez, por lo que desde este espacio, ofrecemos disculpas anticipadas a los tapatíos y visitantes por las posibles molestias que se originen por nuestra movilización pacífica y ordenada.
El pueblo, la gente común y corriente, debe saber que organizarse y protestar no es ningún delito, aunque así se lo digan y machaquen todos los días funcionarios insensibles, sino uno de sus fundamentales derechos individuales.
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