El Movimiento Antorchista Nacional puede convertirse en punto de inflexión en el escenario político actual del país pues es la única y verdadera alternativa para los pobres de México. Su gran movimiento de masas emergente es único en el país, como ha quedado de manifiesto por la crisis en que partidos e incluso organizaciones de la sociedad civil no pueden sostenerse ni ideológica ni operativamente sin el amparo del poder público.
El Partido Revolucionario Institucional se desmorona cada vez más, el PAN, aunque aletea, su visión conservadora lo mantiene en la tibieza hasta rondar en el bajo perfil. Y del gobierno de la cuarta “improvisación”, crujen sus bases por su heterogénea composición que no logra unificar siquiera las bases de apoyo que llevaron a su mandatario al poder.
Se debe admitir que, ciertamente, ningún partido político tiene esperanzas de prosperar, en tanto que las contradicciones políticas, económicas y sociales del país aumentan inconmensurablemente. El espíritu de lucha y el abnegado trabajo de base con que cientos y miles de activistas de Antorcha Revolucionaria, convierten a este movimiento y a las masas populares la única élite que forma un bloque, que toma un rumbo propio. La vieja predicción de Engels, de 1887, parece resonar con más fuerza que antes, “al final de la tragedia ustedes (la burguesía) terminarán en ruinas y la victoria del proletariado ya estará consumada, o por lo menos será inevitable”.
Las circunstancias actuales en el mundo y en nuestro país suscitan una amplia esperanza colectiva de crear una sociedad más justa. Es claro también que los protagonistas de la economía y política mundial siguen conduciendo al planeta a una tragedia sin precedentes: guerras comerciales, intervención militar y económica de los países occidentales en regiones y gobiernos estables, una desigualdad galopante, se estima que más de la mitad de la población –según el Banco Mundial- viven con menos de un dólar al día. Una realidad que no puede ocultarse debajo de la alfombra.
Solo para ilustrar mejor esta desigualdad e injusticia creciente entre los que menos tienen y ganan más, basta recordar el drama de Skid Row de Los Ángeles comparada como un verdadero campo de refugiados donde 12 mil estadounidenses carecen de agua y aseo, un epicentro de los sin techo y cuya esperanza de vida es de 48 años. Los Ángeles y otras ciudades de la Unión Americana tienen un cáncer que corroe ya las entrañas de Estados Unidos, llama la atención, porque California es la quinta economía más potente del mundo, que supera el PIB del Reino Unido o Francia.
“Por primera vez en la historia –advierte T. Eagleton- nuestro modo de vida preponderante tiene el poder no solo de engendrar racismo y propagar el cretinismo cultural, de impulsarnos a la guerra o de conducirnos como ganado a campos de trabajos forzados, sino también de erradicarnos del planeta. El capitalismo actuará antisocialmente si le resulta rentable hacerlo, y hoy en día eso podría significar una devastación humana de una escala inimaginable”.
La situación de los pobres de México se agrava aceleradamente. Las cifras oficiales señalan que de 2018 a 2022 hubo una reducción de 8.9 millones personas que viven en la pobreza según estudios recientes del Coneval pero la mitad de la población carece de seguridad social.
Las grandes potencias han convertido al planeta entero en un gran taller económico, la tierra y el mar, la superficie y también la plataforma submarina, etcétera. Bajo esta tendencia natural del capitalismo se encuentran los países desarrollados y subdesarrollados, incluidos México, aunque se busque presentar como “soberano” e “independiente”.
La desigualdad económica se ha profundizado en nuestro país a niveles extraordinarios, 17 mexicanos forman parte de la lista global de millonarios en el mundo: la fortuna de Carlos Slim creció 14.5 por ciento frente a la fortuna obtenida el año pasado en la lista de multimillonarios de Forbes, y parece que los efectos de la pandemia quedaron atrás. La joya de la corona brilla en los negocios de Carlos Slim Helú. Se sabe también que la renta actual de un multimillonario mexicano como Ricardo Salinas equivale a los ingresos de 17 millones de trabajadores de nuestro país.
La situación de los pobres de México se agrava aceleradamente. Las cifras oficiales señalan que de 2018 a 2022 hubo una reducción de 8.9 millones personas que viven en la pobreza según estudios recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) pero la mitad de la población carece de seguridad social.
El país chorrea sangre por todos lados, crece el desempleo bajo el gobierno de la Cuarta Transformación, la ilusión de los mexicanos que votaron por un cambio con AMLO se desvanece, los partidos políticos muestran una endeble unidad de cara a las elecciones de 2024 por la ambición insaciable de sus “cuadros dirigentes”, etcétera. Ante este panorama, México necesita de sus hijos nobles, trabajadores y convencidos de que una patria justa y equitativa es posible.
El Movimiento Antorchista Nacional trabaja desde hace 49 años decididamente en este objetivo. Las antorchistas de la vieja guardia y de la nueva generación han entregado con humildad su servicio -como diría Neruda- a un “considerable ejército que a trechos puede equivocarse, pero que camina sin descanso y avanza cada día enfrentándose tanto a los anacrónicos recalcitrantes como a los infatuados impacientes”.
Trabajamos sin descanso en la organización y educación de las masas populares, con nuestra lucha y nuestra bandera hemos llegado entusiastas a casi medio siglo de existencia. Que nuestra labor política agite a nuestra querida patria desde sus fundamentos, que las clases trabajadoras se den cuenta de que existe una sola alternativa y la encabeza Antorcha Revolucionaria. La unidad, fraternidad y lucha que traen a cuestas, puede y debe reorientar el curso de la historia de México hacia una patria más justa.
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