Se abrió el telón de las campañas electorales, dejando ver a todos los candidatos que participarán en ellas el próximo 2 de junio, comenzando por la elección de presidente de la república, seguido por las de diputaciones federales, las de senadores, así como la de gobernador del estado y las de diputados locales.
En total, los electores tendrán en sus manos cinco boletas para elegir a sus representantes en los diferentes niveles de Gobierno.
Durante las campañas, los ciudadanos reciben mucha información de los distintos medios de comunicación: ven espectaculares, pintas, spots de radio y televisión, la prensa escrita, etcétera, ya que cada candidato pretende persuadir a la población para que se inclinen a favor del partido que representan.
Después de seis años seguimos escuchando el discurso de “que siga la cuarta transformación”, sin originalidad ni propuestas verídicas; sin que conozcan las necesidades de la población.
Muchos candidatos asisten a las colonias a pedir el voto sin conocer sus problemáticas, sin antes haber caminado la zona, sin conocer a la gente ni sus necesidades, sin ningún trabajo que los respalde, sin tener un discurso coherente para la resolución de los problemas. Otros candidatos conocen algo de los problemas de la gente y de alguna forma han estado en contacto con la misma.
Después de seis años, seguimos escuchando el tradicional discurso de algunos candidatos de “que siga la cuarta transformación”, sin ninguna originalidad ni propuestas verídicas; sin que conozcan las necesidades de la población, y dejando un discurso vano, sin sustento, poco creíble para la gente y lleno de vanidad, porque se jactan de tener a la gente en sus manos y comiendo de ellos, por ser de un partido que se encuentra en el poder y que “da los apoyos sociales”.
Asimismo, pronuncian un discurso que engaña a la población, que, “de no quedar, los programas se acabarán”, como si dar dinero en tarjetas fuera la única solución a la problemática en contra de la pobreza, dejando de lado las obras de beneficio social, como las de salud, educación, la creación de empleo seguro y bien pagado, sin tomar en cuenta una política fiscal equitativa, etcétera.
Son necesarias propuestas que permitan la generación de riqueza reflejada en la producción de satisfactores al hombre que le permita vivir mejor y dignamente con su familia. Pero tal parece que con las tarjetas se tiene que cubrir todo, desde la salud, educación, vivienda, agua, alimentación, luz, pavimentación de calles, etcétera.
Por poner un ejemplo, la falta de obra de beneficio social, particularmente en la zona de la Reserva Territorial Vergara Tarimoya 4 y la Reserva de Matacocuite: ambas tienen necesidad de regularizar las tierras ante el Instituto Veracruzano de la Vivienda (Invivienda), la falta de regularización de la concesión de agua que se extrae de los pozos, falta de introducción de red eléctrica, alumbrado público, medicina en los centros de salud, drenaje, pavimentación de los accesos y calles de las colonias, infraestructura para las escuelas como domos y aulas, apoyo a la vivienda, inversión en las áreas de equipamiento, habilitar los campos deportivos; para que los jóvenes practiquen el deporte y la cultura, puentes y un sinfín de etcéteras.
Lejos de resolver los problemas antes mencionados, los agravaron más, porque con el gobierno estatal, los terrenos de interés social ante Invivienda, que antes costaban 13 mil 810 pesos en pagos diferidos a un año, los subieron a 41 mil 436 pesos, afectando ampliamente la economía de las familias veracruzanas; Invivienda tampoco resolvió el conflicto legal que tiene con prescriptores de Vergara Tarimoya en una zona conocida como Sección “B”, no se regularizó el predio en donde está construido el pozo de agua, no se invirtió en la cultura ni en el deporte: no hay una sola obra del Gobierno estatal, teniendo en abandono a los veracruzanos.
Por estas razones los antorchistas apelamos al cambio y daremos nuestro voto de confianza a la alternancia, pero también estaremos atentos a que esas propuestas no sólo se queden en palabras, sino que se materialicen en hechos.
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