Recordando al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que, en su mensaje al país el 1 de diciembre de 2018 dijo que se atendería a todos los mexicanos, sin importar creencias, clases, organizaciones, sexo, partidos, sectores económicos o culturales, aplicando, por el bien de todos el lema “primero los pobres”, casi cuatro años después, de los seis que dura el sexenio, efectivamente, primero los pobres están sufriendo con evidente angustia el incremento de precios de alimentos de consumo básico, empezando con la tortilla, producto básico en la alimentación de los mexicanos, que en Guerrero tiene un costo de hasta 30 pesos el kilo y si se trata de tortillas hechas a mano, cuesta un peso la pieza.
A la par, se sigue incrementando sin control alguno, el precio del pan, hace unos dos meses, vendedores ambulantes ofrecían tres piezas de bolillo por 10 pesos, ahora, uno solo cuesta entre 5 y 7 pesos; el huevo, aceite, frutas, legumbres, bebidas, las tarifas eléctricas, la gasolina, el diésel; el gas Licuado de Petróleo (LP), utilizado en los hogares mexicanos, ha aumentado un 22 por ciento por kilo en lo que va del sexenio de AMLO, como se le conoce popularmente, efectivamente, en detrimento de los más pobres, que engrosaron las filas del desempleo o del comercio informal.
Sin embargo, en las mañaneras, el presidente destaca un considerable ahorro del erario federal en virtud de su política de combate a la corrupción y austeridad republicana, asegurando que, con estas medidas se obtuvo un ahorro de 2.4 billones de pesos, que permitió al gobierno que encabeza mantener la gobernabilidad sin contraer deuda; lo que más llama la atención es que, asegura se redujo la brecha de desigualdad en favor de los más pobres gracias a un mejor reparto de la riqueza, pues los pobres incrementaron sus ingresos en un 1.3 por ciento ¡¡??, cuando en realidad, miles de familias no pueden siquiera adquirir los productos de la canasta básica tras recrudecerse el desempleo y la violencia, en este último tema, también sigue defendiendo su estrategia de seguridad basada en abrazos, no balazos pese a que el país sigue bañándose de sangre.
Y como siempre desde hace casi cuatro años, se va contra quienes no comparten sus ideas, llamó tecnócratas y neoliberales a quienes señalan únicamente el crecimiento económico y no reflejan las realidades sociales, refiriéndose a datos de especialistas en materia económica, quienes aseguran que México enfrenta su mayor inflación en los últimos 20 años, datos conformados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el sentido de que la inflación ha crecido 19.34 por ciento y que el gobierno de la Cuarta Transformación ha sido incapaz de contener el alza de precios en energéticos y alimentos, que lamentablemente, golpea con más crudeza a la población de menores ingresos, es decir, primero a los pobres.
Seguimos recordando, AMLO llegó a la presidencia con promesas de combatir la corrupción, hacer crecer la economía cuidando de los más pobres y pacificar al país; respecto a este último tema, según el INEGI, la tasa de homicidios en México se ha mantenido “estable” y alta durante el actual sexenio, 29 homicidios cada 100,000 mil habitantes (36,685 muertes) en 2018 y 28 de cada 100 mil habitantes (36, 625) en 2021, cifras nada alentadoras pues representa una de las tasas de homicidios más altas de América Latina, sólo superada por El Salvador, Honduras y Venezuela, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Estas cifras dejan claro que, ha quedado lejos la bandera de la corrupción, en la última cuenta pública del Gobierno federal, la Auditoría Superior de la Federación advirtió observaciones graves a la mayor parte de programas sociales y proyectos clave del presidente: millonarias irregularidades por falta de comprobación en la entrega de recursos, pago de apoyos a personas ya fallecidas, pagos dobles, sobreprecios, etcétera; que las malas políticas en materia económica afectan más y primero a los pobres, que no pueden siquiera adquirir los productos de la canasta básica, y que no hay tal pacificación del país, a pesar de que el presidente sigue defendiendo su a todas luces fallida estrategia de seguridad; sólo faltan dos años para terminar con este sexenio morenista y estas tres promesas no han sido cumplidas aunque continúan los eventos propagandísticos oficialista- populistas plagados de aplaudidores, que engrandecen el ego de Movimiento de Regeneración Nacional.
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